La corrupción en Venezuela: ¡que se me quemen las manos!

Con esta lacónica retorica inauguraba Rómulo Betancourt la democracia representativa en la Venezuela petrolera; y con ella a la corrupción democrática en 1960. Luego, el 2 de octubre de 1998 Hugo Chávez promete acabar con la corrupción en las fuerzas armadas, en PDVSA, y en todo ente de la administración pública; más tarde otro Chávez se rinde apocadamente ante Hidra, y así se perfecciona la corrupción como forma de ganar la lealtad político partidista (2008).

¿Será que no estamos preparados para tanto bien?, parrafeando al padre de la patria Simón Bolívar (1819): ni el federalismo (hoy mal llamado descentralización), ni democracia representativa, ni participativa, ni rentismo petrolero; bien sea capitalista o socialista. Bolívar proponía un centralismo pero ilustrado, no despótico (corrupto) que impera desde 1830 en el suelo sagrado de su patria.

En este sentido, el padre de la patria al exhortar a la moral y a las luces se refiere al ser virtuoso, ilustración moral que deviene de la fe espiritual que tenía Bolívar. El oscurantismo espiritual ha mantenido, y mantiene hoy en día a historiadores, y al magisterio venezolano distante del pensamiento bolivariano existencial. Es por eso que todo plan de formación ética naufraga, y la nación se hunde cada vez más en los abismos de la corrupción. Son ensayos y errores tristes de nuestra historia.

Ver para creer. Entre 1998 al 2008 la corrupción moral fue el término de la transformación. Dicha corrupción se manifestaría con los estruendosos casos de corrupción administrativa, PDVAL 2010, la emisión descontrolada de deuda externa, CADIVI, largo etcétera. El 20 de octubre del 2012 (olvidado Golpe de Timón) otro Hugo Chávez reconocería que había que retomar la guerra contra Hidra. Hasta allí llego él. Estos fueron los hechos. Pero las palabras dicen mucho también.

Oír para entender. En el discurso presidencial, en el marco del show zamorano del sábado 14 de enero, se dijo: "Bolívar nació en cuna de oro, pero murió con camisa prestada". Aquí no hubo la acostumbrada comparación con Chávez. ¿Y cómo? A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los ilustrados del derecho. ¿Quién creó la red de dominación político partidista?

Hoy, muchos y muchas están atrapados en esa red de ignominias. Un ser poderoso y oscuro los sostiene con todas las pruebas. Esta red impone una ofensa gravosa a la nación bolivariana:

desde la distribución de los bonos de la república, de PDVSA, las acciones de CITGO, las entregas de contratos por sobornos a empresas extrajeras como Odebrecht, entre otras, la repartición de extensas porciones del territorio nacional al capital "amigo", la manipulación continuada de las paridades cambiarias (base y fuente de la propaganda partidista llamada "guerra económica"), largo etcétera, hasta las bolsas CLAP al pueblo hambreado por la corrupción y el pago de la deuda externa a ellos mismo y al capital extranjero.

Ahora en respuesta al inicuo, el soberano venezolano arde con el fuego sagrado y clama por Justicia a su Redención. Estas oraciones no cesarán hasta que nuestra amada Venezuela sea libre de la corrupción.

"Sólo el pueblo virtuoso se salva"

emedina62@gmail.com



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Edwin Medina


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