Bogotá, junio 25 - El exjefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Elkin
Casarrollo aseguró en un testimonio revelado hoy que la Fuerza Aérea
apoyo una incursión de su estructura en la región del Alto Naya en 2001.
En una versión rendida ante la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía,
citada por Caracol Radio, Casarrollo ofreció detalles de esa
cooperación en dicha región, donde las AUC asesinaron a más de 50
personas, incluidas niños y mujeres.
El exjefe paramilitar
sostuvo que en un combate con la insurgencia previo a la incursión al Naya
-entre los límites del Cauca y Valle del Cauca- la Fuerza Aérea los
apoyó en ese enfrentamiento a través de un avión de combate.
Al
respecto, Casarrollo afirmó que la comunicación con la Fuerza Aérea fue
coordinada por alias Luis, un exteniente del Ejército, quien
posteriormente fue identificado como Freddy Antonio Cadavid.
Incluso el exjefe paramilitar sostuvo que él mismo se comunicó por radio
con el piloto del avión de combate a través de una frecuencia entregada
por "Luis".
Esto, según comentó en su testimonio, le permitió
coordinar directamente con el piloto de la aeronave militar para que
bombardeara el sitio donde se encontraba la insurgencia.
Por otra
parte, también se conoció en una versión entregada por Eladio Vivero,
secuestrado por las AUC en ese entonces, dicha estructura armada
ultraderechista contaba con un amplio de apoyo de la Fuerza Aérea.
Vivero manifestó que en junio de 2001 se dio un enfrentamiento entre
las AUC y las Farc en un sector de Jamundí y escuchó cuando uno de
los jefes paramilitares llamó al Batallón Pichincha con sede en Cali y
pidió apoyo aéreo y efectivamente llegaron dos helicópteros.
Asimismo, contó que las aeronaves dispararon contra las posiciones insurgentes y posteriormente un oficial del Ejército le advirtió al jefe
paramilitar que se retirara del sector pues una compañía se dirigía
hacia el lugar de los combates.
En abril de 2001 la AUC
ingresaron al Alto Naya y durante 15 días asesinaron más de 50
campesinos, indígenas y afrodescendientes.
Esta masacre fue
realizada a pesar de los múltiples llamados de alerta y advertencia de
la Defensoría del Pueblo, los organismos de Derechos Humanos nacionales e
internacionales.