Chávez en el mundo de la Luz y de la Oscuridad: Viaje al Cono Sur



INTROITO

Los estudiosos creen que la luz, la luminosidad, la claridad, está íntimamente asociada con el bienestar y la tranquilidad espiritual de los seres humanos, y que por supuesto lo contrario, la oscuridad, es motivo de miedos, de temores, y está íntimamente asociada con el desasosiego del alma, con el desespero. Algo parecido pasa con la temperatura: alguien “frío” no tiene sentimientos, una mujer “caliente” es una diabla en la cama, y así se asocia lo frío con la oscuridad y lo caliente con la claridad. El fuego da claridad y calor. Nos transportamos hacia el año 500 mil AC, en una caverna, en la noche, con el montón de predadores afuera, y entendemos la situación. ¿Se imaginan la alegría de estos congéneres al ver salir el sol? Por eso es que la oscuridad está asociada con silencio, hermetismo, soledad, tristeza, mientras que la claridad está asociada con alegría, vitalidad, bulla, bochinche. Por eso es que en las noches solo apagamos la luz cuando uno va a dormir. Las mujeres gordas, con tetas chorreadas, barrigonas, aprovechan esta oscuridad para hacer ustedes saben qué. Puro tacto y olores. Cero visión. Y muchos maridos le dan gracias a esa oscuridad. Lo contrario pasa con una carajita que esté bien buena. Ella empeñada en apagar la luz para no ver ese cadáver ambulante que quiere pegársela, y uno, con los ojos desorbitados, queriendo aprovechar al máximo los 10 mil bolívares que costó la viagra. Y dígame si uno es miope.

CHÁVEZ PROMOTOR DE TURISMO

A alguien que trabajaba en PDVSA lo botaron por haber abandonado su puesto de trabajo en el paro terrorista que ustedes bien recuerdan. Y ese alguien consiguió una chamba temporal en Santiago de Chile gracias a las gestiones de esos contratistas que están enchufados en todas partes. También he de informarles que en los viajes de turismo al exterior la partida que más come dólares, y por cierto la que generalmente duele más pagar, es el dormir. Así que cuando uno tiene a alguien que le puede cubrir ese gasto, conque uno consiga el pasaje y los gastos de comida es suficiente para uno echarse un viajecito y conocer. Así que como mi amigo fue a Chile gracias a Chávez, yo aproveché y viajé. Con dólares de CADIVI. Gracias a Chávez.

SANTIAGO DE CHILE: FRÍO Y OSCURIDAD

Quizás fueron los resquemores anti pinochet que yo siempre guardo en mi corazón. Pero lo primero que observé al llegar al lobby del aeropuerto fue tristeza. Y desolación. Sobre todo que el día anterior tuve que hacer una escala de 8 horas en Santa Fe de Bogotá y aproveché para conocer por lo menos el “downtown”. Música y movimiento en el microbús que me llevó del aeropuerto al centro de Santa Fe de Bogotá. Pero en Santiago de Chile el silencio era sepulcral. Y no literalmente. Frío, casi a cero grados, lo que hizo la situación peor. La gente no habla, no conversa. Ni en los autobuses, o en el metro. En la calle la gente ni siquiera tropiezan entre sí. No levantan la cara, no hacen “eye contact” ni a balazos. Como las hormigas.

CHÁVEZ: PRIMER CONTACTO

En la noche conocí a los venezolanos compañeros de trabajo de mi amiga. Y después de 2 o 3 copas de vino emergió el escualidismo: que si Chávez asesino que si Chávez dictador, que si el revocatorio. Y yo observando. Y la palabra Chávez aparecía cada vez con más frecuencia. Pero era entre venezolanos escuálidos y eso ya es una enfermedad, así que no les paré mucho.
Para conocer la Sierra Nevada que bordea parcialmente a Santiago alquilé un carro, pero comenzando a subir, ya en zona rural, desolada, nos paró una alcabala civil, con dos obreros que gentilmente me explicaron que debía alquilar unas cadenas para los cauchos del vehículo por si había hielo en la vía. Eran muy locuaces (a diferencia del chileno citadino), y cuando supieron que éramos venezolanos surgió la pregunta “...¿y cómo está Chávez?...”. Yo me quedé boquiabierto. En esa montaña, con ese frío y soledad, que dos obreros hicieran esa pregunta, esa referencia, me indicó que nuestro Comandante es tremendo embajador. No antecedieron ningún título a Chávez. Chávez es del pueblo.

CHÁVEZ: SEGUNDO ENCUENTRO

Fuimos a un bar a ver el juego de la vinotinto y Chile. La mesa nuestra, con una bandera venezolana, casi todos venezolanos, con la excepción de un argentino que como buen vecino le tiene arrechera a todo lo que huela a Chile, y la mesa del lado como con 10 chilenos que solo se pararon y hablaron cuando el gol. La única cerveza (una jarra como con dos litros de cerveza) que se bebieron se las brindé yo. Y después de esa cerveza se rompió el hielo y gritaron “Chávez, Chávez”. Mis acompañantes, todos escuálidos, arrugaron la cara, y entonces los chilenos cambiaron el cántico por “fuera Chávez, fuera Chávez”, y mi mesa se alegró y les enviaron otra cerveza pero como ya se iban no la aceptaron. Yo me arrepentí de haberles brindado la primera. Esos coñoesumadres.

CHÁVEZ EN BUENOS AIRES

Fuimos a la capital de Argentina por un fin de semana. Qué contraste!!! Bulla, alegría, luz, música, y de paso mucho más barata que Santiago. Ésta y Bogotá mucho, pero mucho más caras que Caracas, y que por supuesto Maturín. Pero Buenos Aires a la mitad. Y esa vitalidad. Lamentablemente en algunas esquinas acumulación de basura y algunos muchachos reciclándola. Lo que no se vio en Santiago. Al salir de una zapatería me dijo el dependiente, un señor mayor, “...saludos a Chávez...” Pa’ cagase.

CHÁVEZ VENDEDOR

En una venta de artículos de cuero en Buenos Aires, con muy buenos precios por supuesto, dos de mis acompañantes comenzaron a escoger, a probarse, chaquetas, zapatos, carteras, sombreros, correas, y pare usted de contar. La dependiente enseguida nos ubicó como venezolanos y comenzó ese protocolo de convencimiento: que si el cuero es original de vacas argentinas (no de toros, sino de vacas y jóvenes pa’ más vaina), que patatín que si patatán, pero mis acompañantes no se decidían. Y la propietaria aguantando y explicando ventajas tras ventajas del cuero argentino. Yo no soporté ese martirio y salí a dar una vuelta. Cuando regresé todavía estaban en ese macán, y ya la cara de la dependienta dejaba entrever la arrechera que cargaba. De pronto la mujer dijo “..suerte que tienen ustedes de estar aquí en esta democracia y no en esa dictadura con ese mono traidor de Chávez..”. Verga, yo me quedé como Shakira. Y en menos de lo que canta un gallo mis compañeras compraron todo lo que se habían probado y más. Después supe por qué la dependienta había dicho eso: una de mis acompañantes tenía un prendedor, pequeño pero visible que decía “SÍ al revocatorio contra Chávez”. Así que gracias a Chávez la dependienta hizo su venta. Muy buena, por cierto.

CODA

De regreso a Santiago el contraste fue peor. La gente no saluda ni responde a los saludos. Uno puede aceptar que alguien no salude, ¿pero que no responda al saludo? Solo los vendedores respondían, pero nunca comenzaban. Solo respondían. Y lo necesario. No creaban conversación. Y la música de las emisoras me dejó loco: pura música vieja, de los años 60 y 70. Barry White con su “Love History” la escuché cuatro veces. Enrique Guzmán con “Adán y Eva” (¿se acuerdan?). Leo Dan, Sandro, Palito Ortega. A una vendedora con pinta de hippie le hice ese comentario, y le dije que pareciera estar en la época de San Salvador Allende. Que a lo mejor ese querer revivir esa linda época estaba haciendo nido, que a lo mejor esa música eran puros mensajes subliminales. Ella coincidió conmigo y me dijo “San Salvador Allende está más vivo que nunca...Pinochet trató de acabar con él, mató a cientos de miles, condenó a la pobreza a millones de chilenos, les cortó la lengua, les inyectó miedos y temores, los condenó al oscurantismo, pero como dijo San Salvador, ya las semillas de las alamedas germinaron, y éstas están creciendo, y muy pronto caminaremos entre ellas... “. Después de esto entendí el silencio sepulcral del chileno. Miedo. En una sola palabra: miedo. Gracias Pinochet. Espero que te pudras en el infierno. Y muy pronto.

Así que después de pelear y ganar la batalla de Santa Inés por la ratificación del mandato del comandante Chávez, sigamos luchando para afianzar más nuestra democracia. Para impedir que a Venezuela el fascismo la transforme en un sepulcro. Como hizo con Chile.



LUIS RIVERO BADARACCO.
Maturín, 16 de Junio del 2004.
LGRIVEROB@CANTV.NET


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Luis Rivero Badaracco


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