Alejandro Sanz y su pandilla jamás osarán opinar sobre las miserias del mundo del espectáculo

Bien bueno que Alejandro Sanz, Franco De Vita, Maná, Juanes, Don Fito y toda la pandilla de artistas del espectáculo internacional pro EEUU pretendan meterse a políticos. Me parece excelente que en vez de seguir cantando letricas floridas y edulcoradas por sus promotores comerciales, se dediquen ahora a recrearnos con sus comentarios políticos. Que interesante que ahora sepan un poquito lo que significa la libertad de expresión, esa que existe y de la sabrosa en Venezuela. Me alegra que dediquen parte de su tiempo en criticar las supuestas tendencias dictatoriales del líder Hugo Chávez Frías.

Pero me contentaría aún más que de vez en cuando se acordaran de cuestionar las miserias, las injusticias y desviaciones de los medios artísticos y ese mundo de millonarios insensibles donde se mueven con entera libertad. Me gustaría que tengan los cojones para de vez en cuando alzarle sus voces a sus amos. Es decir a las casas disqueras, al sistema mediático que los promueve como ídolos y que luego en la madurez física, los desecha como lo que son en su mayoría: simples piezas de un gran engranaje de recreación comercial, cuyo fin no es la recreación cultural de los pueblos o el canto reflexivo y auténtico de los poetas transmutados en trovadores. Para los artistas que firmaron ese documento de apoyo al grosero Sanz y a los que se han sumados a ese torbellino de reclamos y regaños al presidente de Venezuela, habría que recordarles que en ese mundillo del espectáculo, de la frivolidad extrema, de la publicidad artística, de la promoción mediática, de la prensa de farándula, las casas disqueras, las cadenas de televisión, radio y empresarios de eventos, sin duda existe un prodigioso campo inexplorado y virgen para la crítica y la opinión libre.

Sin embargo jamás los he visto levantar las banderas de su libertad como artistas. Jamás han osado ustedes enfrentarse directamente a esa Industria Cultural del entretenimiento. Esa donde se cometen las peores injusticias, donde con una frecuencia pasmosa se promueve la chabacanería, la superficialidad, la repetición de esquemas, las modas rítmicas, voces de dudosa calidad trabajadas en el laboratorio de los ingenieros de audio y letras que son un verdadero insulto a la inteligencia, al arte, a la lírica y al espíritu creativo. ¿No será acaso que estas estrellas de la imagen son artistas de pacotilla, producidos por la tecnología digital más avanzada de nuestro tiempo?. Si son tan valientes como para exigirle al Presidente de Venezuela que los respete y los deje cantar libremente, quisiera también verlos alzar sus voces para reclamarle a sus amos mayor participación en las producciones, mayor libertad de creación y el respeto a su condición humana.

A estos estrellados los quiero ver cantar, verdaderamente, sin ataduras comerciales ni recetas,sin estudios de mercadeos que les indican lo que pueden o no decir, y que les condiciones el ritmo o su género. Quisiera que fueran más solidarios con sus colegas solistas o grupos, que luego de ser exprimidos por el sistema del entretenimiento comercial son arrojados al cesto de la basura y del olvido, en muchas ocasiones sin la justa retribución a su talento, sin el debido respeto a su dignidad de artistas y a sin consideración alguna a sus carencias económicas en la edad del retiro. Deberían tomar en cuenta que ese sistema bestial, de competencia feroz pero falsa, de acuerdos cocinados en las alturas de los grandes poderosos de los medios comerciales y casas discográficos internacionales, que ustedes defienden hasta con el alma de la dignidad, apenas si es capaz de generar uno que otro "triunfador", una que otra "Estrella", llámese Alejandro Sanz, Shaquira, Juanes, con altas cotizaciones y chaqueras enormes, para darse el lujo de insultar a presidentes sin ninguna verguenza y con absoluto desconocimiento de causa sobre la realidad política de nuestra Venezuela.

En ese medio donde se mueven tienen bastante material para sus canciones y críticas. No sean cobardes. Digan lo que sienten. Qué opinan de EMI. Qué opinan de la Sony Music, de la Warner, De las casas discográficas de Miami. Por qué no reclaman a Televisa, Univisión, Venevisión, HTV y MTV, más apoyo para su gremio artístico. Por qué no cuestionan contratos que cosifican el arte musical y los convierten en algo menos que una simple imagen mediática.
Deben recordar estos amigos de modas y conveniencias comerciales, que para ese monstruo que ahora los endiosa y los mima por conveniencia política y empresarial, son sólo productos. Lejos están de ser artistas, no son creadores, no son intérpretes sensibles, no son cultores, no son patrimonio de un pueblo. No son otra cosa que una cancioncita facilita de tararear. Son un video clip bien producido, unas giras extravagantes con sabor a gloria capitalista. Son el objeto del deseo de fans dispuestas a darlo todo por un beso o una firma hecha de mal humor. En su mayoría, con contadas excepciones tan raras como sorprendentes, son caras bonitas, de verbo fácil, ideales para un mercadeo insulso, sobre todo dirigido a la juventud alienada. En conclusión esa industria que los fabrica como helados de chocolate, que se derriten al más mínimo calor, es una hidra muy eficiente para producir dividendos a una escala global. Y estas estrellas son sencillamente sus corderos, su rebaño, sus marionetas, sus payasos.

A ese señor Alejandro, al otro Franco, a su corte de amigos, les recomiendo que sigan ejerciendo libremente su derecho a opinar sobre política y a cantar de vez en cuando. Pero dudo que en realidad tengan las agallas, la inteligencia y el talento como para denunciar los males de nuestro tiempo. Porque sencillamente no les importa reflexionar y opinar sobre temas actuales, la adicción de la la juventud a las drogas, la violencia, los crímenes ecológicos, la explotación económica, la pobreza, las enfermedades, el saqueo cultural, los genocidios, las guerras imperiales, la destrucción de los pueblos indígenas, el mercado del sexo , los abusos contra los derechos humanos, y las prácticas ruines que práctican sus jefes mercantiles al momento de seleccionar o promover a sus futuras estrellas..
El día que estos señores realmente sean libres y puedan hablar sin temor a perder lo poco o mucho que han conquistado como cantantes de moda, sin el miedo a ser literalmente vetados o boicoteados por decir lo que piensan políticamente, sin temor a los tentáculos del poder mediático de Miami, Nueva York, Los Angeles, Londres, Madrid, México, Bogotá, Buenos Aires, Caracas, que les condicionan éxitos, ventas, compras, eventos y lujos, ese día estaremos en capacidad de entender que tanta alharaca contra Chávez, es realmente sincera, y no obedece a un deseo de figuración y autopromoción global, con el propósito de ganarse las bendiciones eternas y reconocimientos de los grupos transnacionales y organizadores de premios que los han colocado en esos puestos de "estrellas", y al que sin duda le han vendido su alma y dignidad . Pero obviamente eso jamás pasará. Este Alejandro y su Pandilla son los payasos de un circo internacional que no descansará jamás en su estrategia de sembrar desconfianza, mentiras y manipulaciones contra el proceso político bolivariano.


Juan Ruiz Correa Periodista
alfreruizcorrea66@gmail.com


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