Han trascurrido ya trece largos años desde que fue derrotada la revolucion bolivariana por la contrarrevolución madurista-capitalista. Y tamaña desgracia y despropósito fue hecho por la "nueva burguesía revolucionaria parasitaria" organizada en el partido madurista, despojando al chavismo con socialismo de su papel protagónico. No se puede negar, que "Por Ahora" han podido desbaratar la revolución bolivariana. Recordemos los avances alcanzados: en salud pública, en educación popular, en salario justo, en trabajo, el impulso al desarrollo industrial nacional, en la empresa petrolera, todo se vino al suelo para beneficiar a los capitalistas. Queda claro, que este es un gobierno de los empresarios y contra el pueblo.
Incluso, debe también recordarse. que la contrarrevolución madurista desde el referendo del 2007 ya venía ejecutando sus planes de impedir la construcción del socialismo. El saboteo a la reforma de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) que dejaba intacto el viejo estado burgués, sin temor a equivocarnos fue su primer gran triunfo.
La propuesta que Chávez hacía en aquel entonces, tenía el claro propósito de desmontar el estado burgués que la CRBV no pudo desmontar, y en su lugar Chávez proponía un conjunto de reformas que estableciera las bases del nuevo estado comunal que la contrarrevolución madurista detesta y no ha dejado nacer. Es un dislate confiar en que obsoletas instituciones como gobernaciones, alcaldías y concejos municipales creadas por el mismo estado burgués vayan a autodestruirse y ayudar al nacimiento del estado y la sociedad comunal, hay que ser o bien cínico o bien tonto. Si de verdad se quiere hacer una revolución socialista donde todo el poder sea controlado por una sociedad organizada en comunas, pasa obligatoriamente por destruir las bases del estado capitalista, sino es una caricatura de revolución.
Otro triunfo importante que no puede dejar de tomarse en cuenta, fue la traición y la manipulación de los sentimientos y el sentido común del chavismo auténtico para confundirlo, desmoralizarlo y desarticularlo, y lo fundamental, apartar al pueblo del poder. Era estratégico para la contrarrevolución madurista conseguir este objetivo para poder destruir la revolución y restaurar el capitalismo.
Sin embargo, la dialéctica de la historia es necia y está llena de incertidumbres y eventos raros. Por eso la propuesta de una Junta Patriótica de Salvación (JPS) se empeña en manifestarse, en asomarse a la historia que probablemente empiece a andar ya que objetivamente no se ve otra vía en el campo popular. Y la JPS lo viene haciendo como una idea-fuerza, que emerge de la misma hondisima y devastadora crisis por la que está atravesando el sistema de dominación burguesa en Venezuela devastando la vida de los venezolanos. La JPS se empeña en aparecer para oponerse y superar el fatalismo que el madurismo contrarrevolucionario ha implantado en el imaginario popular y dar testimonio de que la realidad actual si puede ser cambiada por una deseada.
En otras palabras, la JPS contiene una solución alternativa radical a esta crisis, tiene la sabiduría y el conocimiento científico y técnico colectivo para transformar la realidad y guiar el curso de los cambios. Mientras que su figura la toma de las entrañas de la historia patria con sus debidas adaptaciones a la realidad actual. En este sentido, la JPS no es copia ni calco de ninguna experiencia por muy exitosa que esta sea, es naturaleza contrahegemónica genuina, es materia en bruto que brota de las ciclópeas luchas libradas por el pueblo venezolano por su libertad e igualdad.
La JPS está hoy obligada a subirse a los hombros de la historia de Venezuela y de las revoluciones anticapitalista mundial, para extraer de allí toda la experiencia de lucha acumulada y así poder vislumbrar a través de la flecha del tiempo la calidad que hoy debe tener el proceso de la liberación para presentarse ante las clases oprimidas venezolanas del siglo XXI como una sólida herramienta política adecuada para la batalla contemporánea por la libertad y la igualdad, la misma lucha que comenzaba a desarrollarse cuando Chávez andaba en el plano terrenal, pero que luego fue traicionada por el madurismo para poner al país nuevamente al servicio de los empresarios capitalistas.
La JPS no pretende ser una institución de poder permanente, tal cosa no está en su deber ser. Su carácter es transitorio porque nada más busca impedir que los productores empobrecidos de la Venezuela del siglo XXI sigan siendo objeto de dominio y esclavitud de la maquina destructiva del capitalismo, que enriquece a unos cuantos y lanza a la pobreza a millones. Por lo tanto, su propósito trazado es contribuir a que las clases empobrecidas puedan comprender la importancia y el significado que tiene para ellas mismas actuar organizadas, articuladas, unidas y teniendo conciencia de clase para sí, cohessionadas en torno al Plan de la Patria original 2013-2019, para poder cumplir con su rol en la refundación de la VI República Bolivariana de Venezuela pero manteniendo una ubicación principal, eregidas como una auténtica clase de productores libremente asociados.