El Principito en Venezuela

Cuando El Principito de Antoine de Saint-Exupery visitó el planeta Tierra, encontró un rey que creía que gobernaba el universo. Si El Principito hubiese vuelto la semana pasada y hubiese aterrizado en Venezuela, habría tenido un intenso momento de déjà-vu.

El rey creía que era tan poderoso que incluso los planetas obedecían sus órdenes. Pero cuando El Principito pidió ver una puesta de sol, fue informado de que debía esperar hasta las 6:40 pm porque el rey solamente daba sus órdenes de forma que éstas ocurrieran de todas maneras.

Por siete años, la oposición al gobierno de Hugo Chávez ha actuado como si ellos gobernasen esta pequeña parte del universo. Una de sus actuales líderes, María Corina Machado, incluso sostuvo una entrevista personal en el Salón Oval con el dios de las guerras, George W. Bush.

No debe haber sido una sorpresa, por lo tanto, que la semana pasada la oposición ordenase a los ciudadanos venezolanos ir a misa el día de las elecciones, 4 de diciembre. Que fue un día domingo. Por supuesto, muchas personas fueron a misa... las mismas personas que van a misa todos los domingos. La oposición incluso tenía sus cámaras de televisión en las iglesias para demostrar que la gente fue a misa. Una vez más, ellos sentían que tenían universo bajo su mando.

También ordenaron que los venezolanos no votaran en las elecciones del domingo y cerca del 75 por ciento de los votantes registrados no lo hizo. Eso no debió haber sido una sorpresa -incluso en los Estados Unidos el 65 por ciento de los votantes no votan en una elección que no sea presidencial. Pero al día siguiente los dos principales periódicos de oposición titularon en sus primeras páginas acerca de la abstención del 75% -otra prueba más de que aquí la oposición es quien manda.
Además de estas dos grandes hazañas, ellos ordenaron a los candidatos que iban a perder que se salieran de la contienda antes de que los votantes pudieran rechazarlos legalmente. Esto les dio a esos políticos una manera organizada de salvar las apariencias. Eso también garantizará la continua posibilidad de tener en los periódicos, por unos cuantos años más, su imagen y sus inútiles quejas sobre un gobierno muy popular.

Para mi asombro, sin embargo, la oposición se olvidó de anunciar que iban a ordenar que lloviera gran parte del país, de modo de desalentar a los votantes a salir de sus casas para ir a votar. Al parecer se olvidaron de incluir en el presupuesto enviado a la National Endowment for Democracy del gobierno de los Estados Unidos, el pedido de algunos meteorólogos de primera categoría que pudiesen ayudarlos, también, a decirle a la Madre Naturaleza lo que debía hacer. También debe hacerse notar que en su miope visión, la oposición no se dio cuenta (como de costumbre) que probablemente el 90-95% de la población venezolana no fue a misa el domingo ni tampoco le puso ninguna atención al hecho de que más de tres millones y medio de personas no acató su orden de no ir a votar.

Como dijo El Principito cuando dejó al rey: "los adultos son muy extraños".

Afortunadamente la elección se llevó a cabo sin gran cantidad de violencia física, la gran excepción fue la voladura de un oleoducto. Pero tan pronto como los resultados de las elecciones fueron anunciados, la señora Machado disparó algunas balas verbales hacia el árbitro electoral, aún cuando los observadores internacionales dijeron que aquellos habían hecho un buen trabajo. Machado parece ser la distinguida representante del gobierno de los Estados Unidos en Venezuela. Su "organización no gubernamental" SUMATE, es uno de los muchos grupos anti-gobierno en Venezuela que ha recibido fondos de la National Endowment for Democracy.

Habiendo hecho estos comentarios acerca de la oposición, también son pertinentes algunas observaciones sobre los partidos que apoyan a Chávez.

Hay que reconocerlo: hicieron un trabajo miserable. Tres millones y medios de votos no es nada para reírse, pero Chávez quería diez millones. Para muchas personas, los líderes de estos partidos se están poniendo como el geógrafo con el que se encontró el Principito. Él describía las montañas, ríos y océanos pero nunca visitó ninguno. Lo mismo está sucediendo con muchos de esos políticos. Están más preocupados por mantenerse en el cargo que de servir al pueblo y permanecer de verdaderamente en contacto con ellos. Sus electores se han convertido en votos y no en seres humanos.

Chávez tuvo y tiene todavía una gran cantidad de fieles seguidores, pero uno escucha repetidamente críticas hacia aquellos que se dicen líderes del partido político. Chávez ganó el referendum que se hizo en su contra, no gracias a los partidos políticos sino a los esfuerzos de la población sin afiliación a partidos políticos. Sin embargo, muchos de quienes trabajaron arduamente para que Chávez se quedase en la presidencia, han sido excluidos de más participación política. Muchos de estos líderes de la base son fuertes y no van a permitir eso, pero muchos otros podrían simplemente tirar la toalla a causa del agotamiento.

El Principito preguntó al geógrafo por qué él no contaba flores y el geógrafo le respondió que porque las flores son efímeras. En cierto sentido tenía razón, pero eso no significa que las flores no fuesen importantes sobre la faz de la tierra. Lo mismo podría decirse de los seres humanos.

Pienso en un joven del barrio donde viví, que le dijo a un reportero: "para muchas personas nosotros somos la mierda de Caracas. Pero recuerde que la mierda también es fertilizante. Y de esta mierda usted va a ver algún día algunas flores hermosas". Yo he visto eso hacerse realidad. Los políticos del partidos pro-Chávez mejor toman nota de esas flores, efímeras o no.

¿Qué pasará ahora?. Contar con los esfuerzos continuados de la oposición de decir que Venezuela tiene un gobierno autoritario y que, al tiempo que gana elección tras elección, decir que Chávez no está gobernando democráticamente.

Puede ser que usted que vea en los Estados Unidos al Presidente Bush lucir un poquito más cansado. Junto a sus otros problemas, creo que él debe despertarse día tras día en la Casa Blanca lleno de envidia por ese principito, Chávez, cuya popularidad en Venezuela y por todo el mundo nunca ha sido más alta. Bush puede ser que incluso tenga pesadillas recordando los más de cuarenta mil personas abarrotadas en el estadio de Argentina ovacionando a Chávez -una hazaña que él nunca podría llevar a cabo en ninguna parte del mundo.

Pero el presidente Bush probablemente no dejará que tal acontecimiento lo incomode demasiado. Él todavía está al mando del universo. ¿O usted no se ha dado cuenta? Él es quien ordena al sol salir y ponerse cada día.

Charlie Hardy (cowboyincaracas@yahoo.com)


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