La realpolitik

Esta expresión del idioma alemán traduce el termino de política real en castellano, y se refiere a aquellas aplicaciones políticas que dejando al lado la ideología y  la ética, se impone cuando las necesidades superan las posibilidades de solución dentro de los parámetros fundamentales de la teoría a aplicar, es decir su aplicación es una necesidad de supervivencia.

 Por lo general se acude a su aplicación cuando por un mal manejo ideológico o por aberraciones en la aplicación de este, abonado como en el caso de Cuba por factores externos de peso (el bloqueo estadounidense), la dirigencia de un Estado (Nación), se encuentra política o económicamente en un callejón sin salida (“con el culo contra la pared”)  para poder solucionar la problemática básica de subsistencia, es decir la subsistencia tanto de dicha dirigencia como clase, como del país mismo que dirige.

 Los ejemplos abundan, tanto los exitosos (por lo común a nivel macro), como es el caso de China (quien se abre a la economía de mercado justificando aquella frase de Deng Xiaoping  “no importa el color del gato con tal que case ratones”), o los que a la larga debilitan a dicha clase dirigente haciéndola vulnerable hasta su extinción como en el caso de de Gadafi en Libia.

 En otros casos como el de la Cuba actual, con su liberación de la iniciativa privada a niveles del pequeño capital, su aplicación es un aliviadero  para la administración pública, que ante el fracaso de no haber podido solucionar los problemas básicos nacionales de auto sostenimiento es decir de producción, debe acudir a este contrasentido ideológico para no volver a caer en el terrible “periodo especial”, por el cual pasó, una vez que dejó de ser subvencionada al caer la Unión Soviética, al parecer además la dirigencia cubana se está curando en salud, no vaya a ser que falle también el ingreso económico que obtiene por los servicios que le presta a nuestro país  la República Bolivariana de Venezuela.

El dilema en cuanto a Venezuela es preocupante, ya que  la inversión social no se ha acompañado de un aumento sustancial de la producción de bienes y servicios, además de la corrupción existente en el manejo de los dineros públicos. Siendo el panorama actual de difícil solución sin que el gobierno se vea obligado a hacer  concesiones de neto corte capitalista y de dependencia foránea. Situación que a mi criterio se puede resumir así.

 Ante una demanda de bienes y servicios exigida (y con razón en cuanto a lo que corresponde a los productos básicos de subsistencia), por la población venezolana, el gobierno para su importación solo cuenta para satisfacerla una fuente mono productiva; es decir los ingresos petroleros, abriéndosele así las siguientes posibilidades: a) la posibilidad de mantener dicho ingreso, ya en a mi juicio en el camino del agotamiento como describo con la nominación numero como describo en  el primer caso, b) la de aumentar dicha fuente productiva por diversificación de ingresos como en los casos que a continuación número con las cifras 2 y 3.

 1) Lo que se está haciendo actualmente, a saber, pedir préstamos a sus aliados internacionales (China) pagaderos con crudo, lo cual al final debe tener un límite si no se aumenta la producción.

2) Aumentar la producción de crudo, los obstáculos a superar son; por una parte los obstáculos técnicos, creo que a duras penas, dado principalmente por el mal manejo de la industria petrolera,  tanto por la incapacidad como por la corrupción de buena parte de quienes la dirigen, esta posibilidad se ha puesto cuesta arriba (¡coño!, si hay incapacidad hasta para el mantenimiento adecuado de las instalaciones y del aparataje funcionante), por otra parte, el lanzar al mercado internacional un excedente de lo que hoy producimos puede influir en un espiral de suministro a nivel mundial que incidiría en una caída de los precios del petróleo, dado la crisis capitalista actual a nivel mundial.

3) Lo que se ha debido hacer: Además de las alianzas porcentualmente favorables a la Nación para lograr procesar el petróleo pesado de la faja del Orinoco, lo cual me ha parecido una política acertada del presidente Chávez, con esta misma metodología de alianzas económicas, se ha debido intensificar de manera exponencial el desarrollo de micro refinerías a todos los niveles del proceso de obtención de derivados petroleros, los cuales suman miles de productos. A mi criterio, a pesar de los quince años perdidos en este aspecto, creo que todavía ese camino puede ser viable, es más, el hacerlo abriría la puerta de ingresos de más divisas para el desarrollo productivo en múltiples áreas de nuestra economía, impulsando así el país hacia su independencia económica.

 Sin embargo este camino amerita cambios que dudo este gobierno pueda o quiera hacer, por una parte, la limpieza a fondo del liderazgo gerencial de PDVSA., hay que hacer privar el conocimiento técnico gerencial por encima del político, con una supervisión política de los resultados obtenidos por esta nueva gerencia.

 A lo anterior debe unirse una exposición progresiva pero clara y contundente a la masa poblacional, de que en pro de la obtención de resultados que a mediano y largo plazo beneficiarán a toda la población, hay que hacer sacrificios en cuanto a la obtención de bienes de consumo en el área de lo superfluo. Ardua misión, dado el dadivismo politiquero (marginal a los innegables logros de inversión social que en estos quince años se han logrado), es decir la política clientelar que con dineros públicos han sostenido muchos  gobernadores, alcaldes y otros políticos o candidatos a cargos públicos, a base de la repartición de  artefactos y hasta de dinero efectivo para amarrar los votos, o intentar borrar la impresión en el público sus signos externos de neo riqueza.     

La otra salida si se aplicare la “realpolitik” en toda su expresión, sería el de otorgar concesiones a empresas extranjeras, a fin de que desarrollen en nuestro territorio la industrialización de los derivados petroleros, con concesiones por un tiempo determinado luego de lo cual estas serían revertidas al país en plena producción, lo peor en este caso sería el no encontrar empresas que en estas condiciones quieran invertir, y exijan para hacerlo se les otorguen todas las libertades propias del libre mercado.    

Para terminar quiero aclarar que lo que aquí estoy expresando no tiene nada que ver con mis deseos o con mi ideología, solo expongo la situación como la veo, con la esperanza de que si existen otras salidas viables que en este momento no logro captar alguien las exprese.    



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Arnaldo Cogorno


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