Es tiempo de decidirse

El filosofo contemporáneo francés Alain Touraine mantiene posiciones políticas claras. He allí su éxito intelectual. Sostiene que si alguien pretende que no es de izquierda y tampoco de derecha, simplemente significa que él, realmente, es de derecha.

Si como grupo o persona acuerda ser innovador, solo para imitar los modernos o cauteloso para no contrariar a los conservadores y con ello evita sospechosamente tener que radicalizarse, sin duda es, en fondo y forma, de la derecha.

Rasgos políticos que se acentúan en los momentos de crisis. La derecha, entre mas peligrosa es la situación mas moderada y conservadora se torna. Si piensa en moverse sin duda lo hará mas a la derecha, y en extremis, al centro.

El problema se agrava cuando se tiene que presentar un programa político de Gobierno, como en el caso de los partidos de la MUDeca. Ellos han evitado desde siempre presentarse como lo que son –derecha- asunto que no se puede criticar, es su democrática guarimba y se debe respetar.

Lo grave es querer escamotear sus intenciones luciendo banderas, lenguajes y modos –de izquierda- que no le son propias ni posibles.

Entendido que este documento político –“el Programa”- no es otra cosa que una forma de entender, motivar y orientar el sentido de la vida de un país y los humanos que en ella habitan.

En este momento histórico no hay espacio para la duda pues, uno tiene que decidir por la izquierda o derecha. La llamada “Tercera Vía”, al final termina como en el caso de Tony Blair, en la mas radical derecha, que llevó al pueblo inglés y sus trabajadores hasta el horror del gobierno de la Thatcher.

Otra experiencia, aún en prueba, es la China, un entreveraó que solo ellos entienden y justifican y solo el tiempo histórico podrá calificar. Eso de ser capitalista en la costa y socialista en el resto del país, sigue siendo una incógnita.

Se debe partir de un axioma y desde allí construir. Por ejemplo aceptar que los problema políticos están constituidos por ecuaciones de variables complejas que contienen incógnitas nada precisas.

Aunque la “Tercera Vía” supone que existen y se pueden resolver los problemas sociales y económicos por la experticia y el conocimiento “profundo” que existe al estado puro, es una tesis difícil de sostener. Sobre todo desde esa orilla proponer alternativas unívocas, es experiencia negada, que los tecnócratas, “chicago boys”, “yupies” e “Iesa brothers” de Carlos Andrés Pérez probaron y los llevó al paredón histórico del caracazo.

Por lo tanto, propuestas resultantes originadas en la formula: “yo estudie el problema” , “lo comprendo” “técnica y objetivamente, por lo tanto, lo resuelvo”: es “racionalidad” valida en el campo de física y la mecánica, mas no en el mundo social. Bien lo saben los genios pinocheteros y los “cedices” de por aquí.

Son formulas “ultra-racionales” que terminan en el fracaso. Olvidan las dimensiones de lo “sensible”, lo “moral”, lo “emotivo” cuyo fundamento, podemos asegurar, está alimentado en variables animadas por prejuicios y pasiones propias de lo humano. Ojo: entiendan, no son meros programas de trabajo la materia que tratan, sino símbolos y contenido que mueven afectos y sobre todo esperanzas.

Mirar la propaganda y publicidad de los precandidatos de la MUDeca, en estas primarias y las otras que piensan para derrotar a Chávez, demuestra la carencia que delato. Son spots llenos de ira, faltos de emoción, exentos de afectividad y esperanzas para la gente. De allí su poca eficacia en materia de atracción de nuevos apoyos.

Notable como este modelo resolutivo de la derecha engendró fenómeno aparecido en el Periodo del Directorio napoleónico, que buscando limitar la violencia de la Revolución Francesa y terminó actuando con mas crueldad que ella.

Prodigio que termina por instaurar en poder el “centrismo del Directorio”; debemos saber que existe y existirá siempre la ambivalencia y notable contradicción de un centro derecha y centro izquierda.

Podemos concluir que un gobierno de centro nunca será un gobierno moderado. El centrismo se alimenta de razones de la derecha que buscan el equilibrio y se conduce con los criterios de los expertos, técnicos, tecnócratas que todo lo cocinan con la pura y dura razón emanada de la extrema (racionalidad). Paradójicamente termina como en el caso del Directorio post Revolución francesa, por ser un gobierno de extremistas del centro.

Mas contemporánea es la tiranía de Pinochet y su post-producto, esa reblandecida e incomprensible vía “socialista”, denominada “Coalición política de centroizquierda”, falsificado consomé, inventado por quienes lo sustituyeron y fue mantenida por 18, dieciocho años, 18, para cuidar los tesoros de la dictadura.

Alguno dicen que las viejas palabras ya no sirven para entender el presente: acusan los términos de derecha e izquierda de esta falla. Podría ser, pero vayan a preguntarle al pueblo si sabe lo que es una y que es otra; se sorprenderían estos teóricos postmodernistas que quieren inventar, para ocultar.

Obvio que mundo cambia de manera inesperada. Como afirma Alain Touraine, hasta en su geografía, no se sabe si Europa en 50 años, será un continente atrasado o avanzado. Si habrá o no izquierdas y derechas. Porque este continente tiene poco crecimiento, mucha gente de la tercera edad y muy poca o escasa voluntad para revolucionar las cosas. Mientras que el resto del mundo, para su asombro, sí lo posee y muy fuerte, en: África, China, América.

Se necesita que los intelectuales den un nuevo primer mapa, lleno de errores, pero que por lo menos indique lo que ocurre y digan, por ejemplo, algo sobre la contradicción entre izquierda y derecha. Deconstruyan este problema y descubran su realidad.

Estamos partiendo de la hipótesis de que los llamados intelectuales quieran hacerlo. Implicaría, según Alain Badiou que al tratar de inventar algo nuevo, rechazarían la búsqueda de la celebridad y del dinero. Implicaría, negar venderse a empresas de publicidad, por ejemplo. Y no es tan fácil. Hay que tomarse muy en serio la responsabilidad de los intelectuales tan comprometidos hoy con otra clase de necesidades y tensiones.

A los intelectuales compete pensar en los cambios: los tecnológicos, la destrucción de los grandes regímenes totalitarios, las formas de la tiranía financiera. Finalmente en inducir procesos de transformación muy profundas que afectan a la vida cotidiana de la gente.

En cierto sentido, afirma Badiou, el mundo intelectual, y el mundo político viven hoy desorientados. No hay respuestas aceptadas para entender la vida política de hoy. Hay que reinventar las categorías básicas para comprender la realidad y negar o mantener la sempiterna dualidad entre izquierda y derecha.

¿Quien quiere aceptar y apoyar y responsabilizarse por la explicación real de la crisis de 2008¿. ¿Quién delata la lógica pervertida que la gestó¿ y su vigencia: sobre todo hoy, cuando en toda la galaxia manda el poder financiero -que se desinteresa totalmente de las inversiones y la economía, y convierte el beneficio en la única meta-. Modelo liberal adonde “Lo social” desaparece, en aras de la “productividad” y la ganancia. ¿Es eso de derecha o de izquierda?

Podríamos concluir que las categorías de derecha e izquierda no están asistidos hoy en día de mecanismos de discusión efectivos que ayuden a la comprensión de nuestras sociedades. Pero sostengo que su vigencia es un secreto que todos conocen.

Aunque es definitivo, -con izquierdas y derechas- concluimos que sino aceptamos que la dignidad humana y la política que evite las desigualdades sociales, como lo primero en cualquier programa de gobierno y este principio, sea aceptado por todos, no habrá acuerdo social posible. Ojo no hablo de esa bobería del capitalismo popular, que es sencillamente obvio desecho intelectual y materia excrementicia.

Pero señores, debemos convenir en que este tema de las visiones de la derecha y de la izquierda sigue siendo determinante, por ahora. Son recurso para entender lo que cada programa de gobierno propone. De allí la conveniencia de que en el terreno de lo concreto se determine, por ejemplo, cuando menos, si ese Programa político de la MUD adecopeyana es de izquierda o de derecha.

Al final solo se pide que sean honestos, claros, directos. Que expongan sin medias tintas lo que este parapeto electoral esconde. Aunque dudo que se atrevan, nadie quiere que lo vean desnudo o en calle con los pantalones caídos. Mejor háganse los loquillos.

tuliomon@gmail.com


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Tulio Monsalve


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