Un fraude llamado Consejo de Seguridad

Desde el comienzo de la vida la humanidad busca convivir pacíficamente, paradójicamente, ese comienzo es el origen del abuso militar, del vejamen, de la xenofobia, del racismo, de la corrupción política, serios problemas de legitimidad institucional en los Estados.

Pocas sociedades desde el principio de la historia se beneficiaron de las conquistas que explotan personas y recursos naturales; estos imperios son precisamente los que comandan el Consejo Permanente de la ONU, 5 países con derecho al veto y 10 países sin veto, es toda una tontería si consideramos la degradación ética de Naciones Unidas.

EL Consejo Permanente de seguridad con derecho al veto EEUU, Francia, China, Rusia y Gran Bretaña, se sostienen con esa membresía porque son los principales vendedores de armas convencionales y tecnología nuclear, con esa tecnología surgió la segunda camada de países con armas atómicas Israel, Sudáfrica, Pakistán, India, Corea del Norte, situación que agravo las tensiones por regiones en la tierra. Geopolítica ideal para continuar con el negocio de las armas.

El resto de miembros no permanentes del Consejo de Seguridad están sujetos a los acuerdos comerciales, económicos y militares que tengan con EEUU, Europa, China y Rusia. Con EEUU, especialmente, si deciden tomar o apoyar una resolución vinculante en favor de algún país sobre la paz y la seguridad internacional que esté en contra de la decisión de Washington, empiezan los chantajes y las amenazas con los acuerdos bilaterales, así, es incómodo cualquier roce con los EEUU, opinan algunos gobiernos.

Es todo un fraude esta situación con el Consejo de Seguridad, unos países apoyan otros se oponen y así ha transcurrido la mitad del siglo XX y lo que va de este. Nadie entiende ahora ¿Por qué? EEUU, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China gozan del fuero del veto y porque no Alemania, Japón, Brasil, Venezuela, Irán, Corea del Norte, Ecuador, Cuba, Bolivia y todas las demás naciones del planeta.

Hay voces que reclaman reformar el Consejo y reubicar la sede de la ONU. Evidentemente es indispensable si de lo que se trata es unir a los países en una convivencia pacífica.

No sé, si pertenecer al Consejo de Seguridad por dos años el país gane prestigio o le dé presencia global capaz de influir en las geopolíticas de algunas regiones mediante la diplomacia sin caer en el dialogo vacío hasta que EEUU, sugiera otras orientaciones.

Hasta hoy, ni Naciones Unidas ni el Consejo de Seguridad han contribuido a la paz duradera ni a la seguridad internacional desde nuestros intereses nacionales y regionales, es más, ya no inciden en el curso de los acontecimientos mundiales como las masacres en Libia, Siria, las invasiones a Irak, Afganistán o el continuo abuso de Israel en Palestina y Líbano o en el más largo bloqueo de la historia por parte de EEUU a Cuba o en la nueva esclavitud ejercida por los países desarrollados en África, Asia y América Central. Las superpotencias inciden por intereses de común acuerdo, cuando de afectar se trata, las economías de los países sancionados económicamente por la ONU.

La formación de la comunidad internacional con la globalización liderada por EEUU, se produjo sin el consenso de la mayoría de los Estados, simplemente la ONU y el Consejo de seguridad aceptaron este liderazgo por los acuerdos comerciales con este país.

La economía global utilizando al dólar como abanderado financiero ha invadido los mercados pequeños haciéndolos más estrechos con los monopolios de la ciencia y tecnología, produce escases de capitales, multiplica la indisciplina fiscal produciendo el estrangulamiento económico imposible de superar sin la “ayuda” de EEUU.

Sabemos que todos los factores de dominación internacional se producen a partir de las patentes tecnológicas civiles y militares amparadas por la política de Naciones Unidas al servicio exclusivo de EEUU.

Después de su creación, inmediatamente, la ONU se convirtió en un lobo de dos cabezas. El Consejo de Seguridad Permanente con su veto no logra impedir las decisiones arbitrarias, al contrario, las fomentan de acuerdo con sus intereses, se convirtieron en vengadores universales para eso utilizan la mayoría de las veces el veto.

Utilizar este poder político y militar para cercenar las libertades no es practicar democracia es fascismo cuyos mecanismos producen guerras y dependencia considerada la nueva esclavitud que sostiene la pobreza la desigualdad, la violencia, el calentamiento global, el narcotráfico, todos estos elementos están firmemente conectados con el subdesarrollo e involución de las sociedades porque inciden frenando la inteligencia y la libertad.



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Raúl Crespo


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