Adiós a los curas y monjas: soy apóstata

No podría endilgarles responsabilidad alguna a mis padres por haberme bautizado e inscrito en la religión católica sin mi permiso, ellos fueron victimas alienadas por la sociedad y el poder secular del Vaticano. Tampoco los culpo por obligarme a estudiar en un colegio católico que imponía la misa previa al ingreso a clases; rito plano y antilógico que jamás entendí al igual que la llamada Santísima Trinidad o las Vírgenes. La de mi colegio era la de Lourdes pero la de la ciudad donde nací es la Coromoto, siempre me pregunté por que no había apariciones de ellas en Japón, China, Rusia, Corea, Vietnam, Irak, Irán, Marruecos o en la Luna. Mi ciudad natal es llamada capital espiritual de Venezuela, en principio por que allí la jerarquía eclesiástica venezolana decretó que debía ser Patrona de Venezuela, muy cerca, en Acarigua dicen que apareció otra llamada de La Corteza, un poco mas allá en Lara; La Pastora, en el Zulia La Chinita, en el centro del país no oficialmente la de Betania y en oriente, en la Isla de Margarita también tienen su aparición, pareciera que el Cielo tiene visión geo-política.

Nunca me gustó el Cielo, ese tan bucólico y azul, lleno de viejitos barbados, ángeles y eunucos, todo tan asexuado y limpio. El Infierno parecía más atractivo, el jefe era un tipo rebelde, rojo, luchador y obtuso contra el gran poder celestial. Por tales razones me incliné menos a leer La Biblia y quedé prendado por La Odisea, La Ilíada, la obra de Poe, H.P. Lovecraft, Baudelaire, y cualquier otro escritor ¨maldito¨ como Marx o Gramsci. Dicen algunos amigos, que mi ex esposa al intentar leer uno de los libros de la biblioteca que no me devolvió, el libro prendió en llamas y se volvió cenizas; era Las Flores del Mal de Baudelaire. A veces el pueblo creyente lo pone a dudar a uno, por ejemplo en una oportunidad la Virgen apareció en un barrio de mi ciudad dentro de una cotufa, la cual fue expuesta por varios meses en la cocina de la vivienda de donde salió de una olla de maíz cotufero, luego parece que una rata se la comió. También tuve que correr urgente a ver las lagrimas de sangre que manaban de una estatua pedestre virginal; cuando se secó el agua con oxido en la concavidad que había en la cabeza de la estatua, se acabó el éxtasis.

Menos santos, dicen que por aquí salía El Silbón, La Sayona y otros espantos horribles, los cuales parecieran que migraron por no se les volvió casi ni a mencionar. Mas espantoso y macabro es la historia que muchos niños y adultos no saben o no quieren escuchar, pocos quieren recordar los crímenes en nombre de Dios que se han cometido en la historia, la persecución religiosa a científicos y disidentes, genocidios durante las Cruzadas, La Inquisición y El Santo Oficio, Los Borgia, los curas asesinos, psicópatas y pederastas. Las monjitas no se quedan atrás, un ejemplo de ello es la hoy Santa Teresa de Calcuta, la cual pregonaba que para llegar a Dios había que sufrir, negándoles a todos los enfermos que atendía su congregación el oportuno alivio al dolor, alivio que si recibió ella mientras estuvo hospitalizada. Parece que su conciencia la traiciono al final de sus días, ya que ella creía que estaba poseída por el demonio y tuvo que ser exorcizada antes de morir. Y si usted no quiere que sus hijos se trasnochen, cuélgueles un cuadrito de Ratzinger en los cuartos de sus niños para que se deleiten con tan hermosa y dulce mirada. La misma que puede uno observar en estos santos varones criollos de la oligarquía eclesiástica comandados por la trinidad de Porras, Lukert y Urosa.

Solo espero que mi solicitud de apostasía sea pronto ejecutada oficialmente por el obispo de la ciudad. ¡Gracias a Dios soy ateo!

lupolibero@gmail.com


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