Una de las cosas que podemos leer con agrado, fluidez y cierta tranquilidad es precisamente cuando un texto está bien elaborado, donde su semántica es fácil de comprender y ligero a todo público. En cuanto a las críticas que se viene dando sobre Mario Silva, de las que he podido leer varias, no tienen sino una constitución de un juego cuasi destructivo, como queriendo sembrar el germen para que la Hojilla desaparezca. Es bueno que la gente sepa, en especial los “revolucionarios” que el concepto de la Hojilla debe continuar, sea Mario su conductor, creador o su principal figura.
Quienes no entiendan que en una guerra de este tipo “cuarta generación” la aparición de la Hojilla viene a complementar a los otros programas que han sido creado para estar en el frente de batalla de nuestra revolución. Que el señor bachiller Mario Silva haga uso de ciertas palabras “groseras” porque no responde a los cánones de la estupidez burguesa de ciertos elementos que viven como marionetas del tiempo en su egoísmo individual. Lo más penoso, es que quienes se sitúan en esa vertical equivocación autollamándose revolucionarios muchas veces muestran una ceguera o miopía de bobos.
Me explico, no se puede pretender anunciar criticas sin comprender el contexto de la preguerra al cual el país ha sido sometido por los cuatros puntos cardinales, y donde sobre todo no se lucha contra un país, sino en contra de un imperio y los lacayos de este imperio. La excelencia es EEUU, la España de Aznar, el México de Fox el cachorro y del narco Calderón, la Inglaterra imperial, del Israel asesino, del Perú vendido y de la Colombia ni se diga, todos los paisas como que son unos come’mierda, lo podemos ver con el candidato Petro, de Uribe ya sabemos bastante. Pero a lo que quiero ir, es que entiendan que programas como la Hojilla es tan útil y necesario en este batallar, en este desmentir, en ese desmontaje de la desinformación y de la manipulación mediática.
De allí, la cohesión, la sincronía de la Hojilla en el concierto de armas para contrarrestar el bombardeo diario al que es sometido el país. El que no le guste su estilo, el que no comparta su forma, maneras, palabras, que por lo sano se acueste, que no se torture la noche para amanecer lleno de su propia rabia. Les recomiendo que vea, por ejemplo Dossier y que fijen nada más y nada menos que el globo que usa Walter Martínez en el fondo. No se pongan a entender lo que dice Walter: nuestra contaminada y única nave espacial, dando otra vuela sobre su eje imaginario”. Porque si no comprender el lenguaje franco, diáfano de Mario, entonces no están a la altura de digerir las archirrepetidas palabras de mi lejano profesor Walter. Aclaro al público lector que ni conozco a ninguno de los dos, solo que a ambos les veo en sus respectivos programas a casi 8 mil millas de distancia. Tampoco escrito esto en defensa exclusiva de Mario, solo que creo que es mi responsabilidad como hombre nuevo de ayudar a que comprendan algo que por razones desconocidas los “críticos” de Mario, no ven.
Por último, es bueno que critiquen, no importa si se equivocan, lo más importantes y serio es reconocer las fallas, corregirlas y avanzar en busca de la perfección si es posible. Lo que no es válido, es quedarse en un vaso de agua o aislarse por una falla de vista. ¡Ojo! Espero que no me incluyan en ese saco de los pagados, panas o compinches, pues nunca he aceptado prebendas, coimas ni soy partidario de favorcitos, menos de jalar bolas, por si a las mosca pana.
Patria Socialismo o Muerte
¡Venceremos!
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