Expertos en estupidez

No deja de impresionarme la capacidad que tienen los medios privados para encontrar expertos para toda ocasión.

Estos expertos son personajes que alquilan su prestigio hasta agotarlo a punta de pronósticos que nunca se materializan, de afirmaciones que niegan la realidad y que ciegan más a los ciegos que se niegan a verla, de oscuras revisiones históricas que rayan en el más abyecto reptilismo.

Son perfectas herramientas para mantener a una audiencia estúpida, para aquellos que prefieren la opinión de un ‘’experto instantáneo’’ siempre y cuando éste les diga lo que quieren escuchar. Alguien que les refuerce la idea de catástrofe a punto de ocurrir a la que se han hecho adictos. Alguien que les diga que no se equivocan al preferir guardar sus neuronas en una caja y dejarse llevar por los ‘’cantos de ballenas’’ de cualquier mamarracho, siempre y cuando sea de oposición.

Así tenemos economistas que, con sus caras tan lavadas, tratan de justificar lo injustificable y a falta de explicaciones, deciden acusar al gobierno de cualquier idiotez como tratando de tapar el sol con un dedo, ¿O será con un maletín?. Ayer vi a uno, economista él, que afirmaba que los funcionarios públicos que depositaron fondos de sus instituciones en Lehman Brothers debían ser juzgados y condenados por negligentes. Es decir que los negligentes, para este ‘’experto’’, son quienes confiaron sus ahorros a estas entidades del delito y no los directivos irresponsables que se robaron el futuro de un gentío y la estabilidad ese sistema ‘’perfecto’’ de manos invisibles, que solo se ven cuando exigen y se embolsillan la ayuda del estado, ese que, según ellos, nunca debe intervenir, bajo la amenaza de ‘’o nos salvan ahora o nos hundimos todos juntos’’.

Esta crisis nos regala expertos petroleros, de aquellos que, gustosos, degradaron a bitumen al petróleo del Orinoco. Bituminosos e impúdicos personajes que se horrorizaron tantas veces ante las cámaras porque el petróleo con el que ayer se embarraron, hoy compra salud, educación, comida y viviendas para quienes más lo necesitan.

Fascinados, vaticinan como se desplomará el precio de nuestro petróleo a niveles nunca vistos. Salivosos, advierten que ya no habrá más misiones y sin misiones ya no habrá más Chávez. Porque, según estos expertos de la estupidez y sus recetarios del Fondo Monetario Internacional, en tiempos de crisis lo primero que hay que recortar es el gasto social. Bien lo saben ellos que nos metieron el paquete de Paquetico en tiempos de Carlos Andrés.

Aplaude esperanzada la audiencia mononeuronal. Desempolvan sus pitos y banderas siete estrellas por si acaso. ¡Se quema la casa! -Dicen jubilosos, sin terminar de darse cuenta de que viven también dentro de ella.

Yo, sin ser experta, les sugiero que desempolven sus neuronas. Que Venezuela ya no es la misma. Que si hay que apretar cinturones, no serán los de los más pobres. Que no se alegren tan rápido, mis amigos, porque se van a llevar otro de esos chascos a los que, creo, se están acostumbrando.

Si por un solo momento se sentaran a pensar ya se estarían preguntando por qué estas lumbreras no han pegado ni una sola. ¿No será que son expertos, si, pero expertos en estupidez?


carolachavez.blogspot.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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