Las narconovelas de Televen son otra droga

Hay adicciones comportamentales, crean hábito y modelan disconductas. Colombia exporta ahora telenovelas en las que se habla del consumo, se enaltece a los capos y se vende como normal una sociedad girando alrededor del narcotráfico. TELEVEN  se hace cómplice de la invasión mediática que hoy día somete a una inmensa parte de nuestra población.  

He visto con agrado como se toman medidas en contra del diario El Nacional ante la publicación de fotos de corte necrofílico con intenciones políticas, estas medidas fueron tomadas para defender a la población de niñas, niños y adolescentes. Y yo me pregunto: ¿No  hay que defender a nuestros niños y nuestro pueblo ante la cotidiana transmisión de estos culebrones que de forma hipnótica  destruyen valores y promueven la misma sociedad capitalista que  estamos cambiando  con nuestra revolución? 

Uno de los grandes problemas de la revolución pacífica y democrática de Venezuela consiste en que lo que la revolución va construyendo, la oposición lo destruye  a su paso. Hacer la  revolución implica, o debería implicar, lograr defender lo logrado. Creo que se debe prohibir la transmisión de novelas colombianas que aborden temas o personifiquen a traficantes. Son un nido de anti valores que seguramente  influyen mucho más  en la generación de violencia, que la foto de la morgue que publicara el Nacional. 

Cambiar los horarios a supuestos horarios de adultos no es la solución puesto que estos horarios no se respetan en la mayoría de las familias y a decir verdad son muy pocas las familias que logran entender el grave peligro que estas novelas pueden producir. Si estamos en revolución se deben tomar medidas que protejan la sociedad que estamos diseñando, en nombre de la libertad de expresión no se puede defender  la transmisión  de estos bodrios que  son simplemente  una apología del delito. 

El presidente de Panamá  anunció a su país el peligro que vivía la sociedad ante las narconovelas,  lo que ocasionó una revuelta de  sus “defensores” y autores como Jorge Franco, autor del libro Rosario Tijeras y cuya adaptación televisiva se estrenó el pasado 13 de febrero por la cadena RCN, que acaba de transmitir El Capo. 

"No es un deber de la literatura, ni del cine, ni de la televisión, que cuenta historias, enaltecer los valores nacionales. Para eso están el himno nacional", señaló Franco en entrevista con El Tiempo de Colombia. Esta bien claro el poco interés de autores como Franco en lo que sus obras están ocasionando en los televidentes. 

Quizá Televen nunca se halla convertido en una emisora con posiciones políticas contrarias  a la revolución bolivariana, como RCTV, pero puedo asegurar que  sin posiciones políticas le está haciendo mucho más daño con la transmisión de las narconovelas. 

Colombia exporta cocaína a todo el planeta, por tanto debe  crear y fortalecer sus mercados y para ello  ahora exporta las novelas narcotizadas con el reflejo de su sociedad podrida, prostituida y violenta, todo gracias al imperio de la droga. La droga si es un arma política, pues esos millones de venezolanas y venezolanos que a diario se pegan a las pantallas a consumir  capítulos llenos de sexo, drogas y violencia, son personas que terminan por no asumir los nuevos valores que necesitamos para el socialismo. 

brachoraul@gmail.com



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Raul Bracho


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