Colombia y México su política exterior es la cocaína

Cantidades industriales de cocaína es capturada en todos los países, la cocaína llega a EEUU y Europa, a pesar de la supuesta lucha contra el narcotráfico. Los carteles mexicanos en conflicto con los carteles estadounidenses CIA y DEA por esas 400 toneladas que requieren los adictos estadounidenses; los laboratorios se multiplican como una enfermedad en Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia a pesar del esfuerzo por evitarlo y Washington, con el plan Colombia mas Santos y Calderón, verdaderas marionetas de un complot para desestabilizar América Latina con la cocaína de la violencia, mortífera arma de combate social y político sin que exista manera de evitarlo.

Juan Manuel Santos, con mucha experiencia en medios de comunicación camufla la violencia de extrema derecha contra líderes sociales que a diario sangran a Colombia, Santos continua con la herencia de Uribe, se nos pretende vender que el gobierno de Santos se separa de la línea seguida por Uribe, analistas y medios de comunicación colombianos se pronuncian al respecto siguiendo un hábil ardid para que Colombia se integre a UNASUR aparentando ser más conciliador y menos belicoso que Uribe, lo que le sirvió para restablecer relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela y Ecuador, llenándolos de violencia cocalera que afectan políticamente a esos dos paíse.

13 Meses después de llegar a Nariño, Santos no tiene el control de las FFAA la tiene Washington, ellos deciden con las agencias de inteligencia CIA, NSA y DEA, trabajando en conjunto con la Iglesia, los empresarios, los banqueros para proyectar cuando se dialoga con las FARC, utilizados como cortina de humo para continuar con el lavado de dinero del narcotráfico, monto que según una universidad colombiana representa entre el 2 y el 4% del PIB (producto interno bruto) situado en 432000 millones de dólares 2010, cifra manipulada, la cocaína representa mucho más que la cifra informada una vez lavado el dinero en el sistema bancario.

Un estudio de la DEA a mediados de los 90 decía que anualmente llegan a los EEUU unas 200 toneladas de cocaína para unos 28 millones de adictos, considerando que la adicción es progresiva y se multiplica con facilidad ya que EEUU no alienta el tratamiento de los enfermos como política de salud la adicción se multiplico igual que la cantidad permitida para alimentar esa enfermedad, en ese entonces la DEA informaba que la venta de cocaína vendida al detalle en las ciudades estadounidenses generaba unos 200 o 250000 millones de dólares al ser rebajada en su calidad, de esa cantidad regresaba a Colombia entre el 4 y el 6%, el resto del dinero permanecía en EEUU.

Hoy, según la ONU el tráfico de cocaína genera unos 300 o 400000 millones de dólares con la intermediación de los carteles mexicanos el monto de dinero que regresa a Colombia aumento por el pago directo de los mexicanos situándose entre un 20 o 25% del valor por kilo de la cocaína sin el riesgo que los carteles estadounidenses CIA y DEA lo incauten, por supuesto que estas cifras son de difícil verificación por lo clandestino del negocio, sin embargo, si no fuera rentable tanto política como económicamente para Colombia, México y EEUU, ese negocio ya hubiera sido erradicado.

Es que ese negocio arrastra otros negocios que satisfacen a Washington como la venta de armas livianas, desestabilización política por el incremento de la inseguridad, lavado de dinero e inversión comercial, sostenimiento de policías y militares así como una mayor amplitud en la operatividad de la banca local, obviamente a la opinión pública se le manifiesta la captura de cientos de toneladas provenientes de la guerrilla y de los carteles colombianos y mexicanos sin que el narcotráfico pueda ser erradicado a pesar de existir la suficiente tecnología militar como recursos humanos para destruir el narcotráfico desde su eslabón primario, pero, como no hay voluntad política por el interés económico que genera el tráfico de estupefacientes y porque la cocaína es utilizada como arma de guerra psicológica eficaz políticamente para desestabilizar gobiernos por el trastorno social que acarrea, el tránsito de cocaína continua alimentando las arcas oscuras del sistema de los países involucrados en el negocio por los EEUU.

En el trayecto desde Colombia, se encuentran Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, hasta llegar a México, sin lugar a dudas la región más violenta del planeta no solo por la pobreza o por ser rutas para el narcotráfico o por el tráfico de personas hacia los EEUU sino por las guerras civiles que envolvieron a Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, provocaron una especie de castigo norteamericano sumiendo más a la región en una tremenda depresión social y económica-política.

Ahora México y EEUU pretenden involucrar a todos los países centroamericanos en la lucha contra el narcotráfico tipo México, proyecto que requerirá presidentes lacayos, serviles y alcoholizados tipo Felipe Calderón, quien encabezo hace unos días el 201 aniversario de independencia mexicana en medio de una generalizada violencia compartida con los 81000 efectivos del ejército, marina y policía federal que desde el 2006 combaten a los carteles sin ningún éxito excepto en la violencia, ahí sí el triunfo es sobradísimo ¿Por qué implementar un programa fracasado como el mexicano, colombiano, en otros países para llenar solo de cadáveres las ciudades centroamericanas?

Las 50000 personas presentes en la plaza de Zócalo celebrando el 201 aniversario de la independencia demuestran la depresión nacional que aflige a México desde que Felipe Calderón llego a la presidencia; la escritora y activista política de izquierda Elena Poniatowska dijo “la violencia ha mermado el ánimo de los mexicanos, no hay nada que celebrar”, por su parte el escritor y poeta Javier Sevilla manifestó “el grito de independencia se ha vuelto impronunciable, en lugar de vivas debe haber silencio por las victimas en nombre de los intereses globales de un país extranjero que secuestra a nuestros hijos e hijas, se les desaparece, viola, asesina y corrompe”.

3170 Enfrentamientos, 31913 ejecuciones, 3 650 homicidios, ligan permanentemente la violencia al crimen organizado que Washington y México pretenden extender a toda Centro América usando la cocaína para desestabilizar socialmente grandes regiones; la cocaína es un arma de guerra de silenciosa eficacia penetra constantemente el sistema para desequilibrar la cultura política ayuda a EEUU a que este intervenga con la mesa servida.

Analistas y expertos dicen que para el 2012 Calderón podría terminar con 91000 asesinados si la lucha no es desmilitarizada.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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