El arado y el mar

El olvido y la persecución de las ideas son armas principales de la restauración

En la dominación de una sociedad cumplen papel principal los intelectuales, en las ideas están las cadenas de los dominados y también su liberación, es el mundo de las ideas donde se desarrolla la decisiva lucha de clases. 

En esta lucha de las ideas las clases dominantes usan la deformación, el olvido, el aislamiento de los hechos, la fragmentación del hombre, esas son sus armas frecuentes y fundamentales. Pocas veces se usa el choque frontal, la lucha de los argumentos, franca, directa como búsqueda de la verdad, es sustituida por la mentira, y mientras un gobierno es más represivo, más débil, más apela a la mentira, ésta es la reina.

Con peculiar fuerza las clases dominantes arremeten contra los líderes de la Revolución; cuando los líderes tienen tanta altura que dificulta su olvido, entonces intentan deformarlo, lo adoptan pero castrado de sus ideas liberadoras.

A las clases dominantes les asusta una masa politizada, con capacidad de pensar, informada y formada, contra eso conspiran. Recordemos los esfuerzos de Chávez para la educación política, y recordemos el saboteo eficaz desde adentro a todos esos intentos. 

Deformación, olvido del liderazgo, ignorancia de la masa son pilares en los que se apoya la dominación. En estas circunstancias prospera la manipulación, la masa cree y no lee; la televisión, la escuela, la iglesia tienen terreno propicio para sus artimañas.

Aquí estamos en medio de una feroz lucha de clases, y ésta se eleva a grado máximo. Los capitalistas de lado y lado necesitan borrar a Chávez, deformar sus ideas, desacreditarlas, simultáneamente la masa debe ser sometida a un proceso de embrutecimiento, que se ocupe de lo subalterno, que no ponga sus ojos en las causas, sólo debe ver la superficie. Estimular lo más simple, perseguir a pendejos, denunciar a tontos, calmar la sed de venganza mezquina, el chisme, peleas que distraigan. La masa debe moverse por los instintos básicos, no por el pensamiento.

La persecución de las ideas va acompañada de la persecución de quienes las propagan, a éstos se le descalifica sin ningún pudor, contra ellos todos vale. Ya en la primera alocución del Presidente a la Asamblea se declaró la persecución de los llamados “extremistas”, “ultraizquierdistas”, y el parlamento con mayoría del gobierno linchó con sus gritos a los que no aceptaban los giros tempranos que ya anunciaban la entrega del Socialismo. Allí se declaró la guerra a las ideas chavistas. Se preparaba la entrega que después se concreta cada día que pasa. 

La masa honesta, que conoció a Chávez se desespera porque siente el olor de la derrota, no atina a comprender qué está pasando, dónde se perdió el rumbo, se confunde esperando la orientación de líderes que sólo espesan más la oscuridad, que parecen más extraviados que ellos. 

De esta manera, la masa sin guía comienza a dar tumbos, a reaccionar de manera errática: ataca cuando debe retroceder, retrocede cuando debe pasar a la ofensiva; así sólo beneficia a sus verdugos, construye derrota, es incapaz de defender el legado de Chávez, no lo comprende. En esta confusión se refugia en lo personal, como puede obtiene beneficios, no importa que sea a costa de sus semejantes. 

Espera que de sus entrañas surjan los líderes que le señalen el camino de la esperanza.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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