¿Cómo será la 6ta República?

La violencia "in crescendo" en los principales centros urbanos de Venezuela no corresponde a la ruta histórica de la patria de Bolívar. Han ocurrido momentos de mucha tensión y explosión, pero en cada coyuntura se ha encontrado la salida pacífica y política. Es el contraste con la la guerra civil permanente colombiana, con millones de muertos y víctimas, que hoy intenta resolverse mediante el diálogo y la negociación entre el Presidente Juan Manuel Santos y los dirigentes de las Farc, en la Mesa de La Habana.

La fórmula de hoy ha sido una Cumbre por la paz, un Acuerdo nacional en tal sentido y el nombramiento de una Consejera presidencial para la paz. En el certamen ocurrido recientemente en el Palacio de Miraflorez, se escucharon diversos planteamientos y varias propuestas para salir de los problemas sociales y políticos propiciados por las dificultades económicas (inflación descomunal, escasez, desabastecimiento, colas, fuga de capitales, etc), la ineficiencia del Estado, la corrupción boliburguesa, la vulneración de los derechos humanos por el Sebin y la GNB, y la injerencia de poderes globales que buscan el control de la inmensa riqueza petrolera venezolana.

Los asistentes a la Conferencia de paz (que se repetirá el próximo 20 de marzo) tienen diverso origen y sus visiones no son coincidentes en muchos temas. El elemento principal era el de la convivencia y el control a la inseguridad.

Dicho certamen ha sido un punto central de la historia en curso y las coincidencias establecidas parecen dar vida a otro momento político de la nación. Mi conjetura se orienta a sugerir la conformación de un nuevo Estado y otro régimen político, entendido como mecanismo de mediación entre sociedad civil y poder político. Esta en ciernes la 6ta República; la que se organizó con la Constitución de 1999 parece haber periclitado, por causa de la corrupción boliburguesa (de Ministros, altos ejecutivos oficiales y generales conservadores de los aparatos armados), de la misma manera como sucedió con la primera etapa de la revolución sandinista en Nicaragua en 1990.

Algunos radicales sugieren, con textos seudo leninistas de Manual en mano, que lo que sucedió es una muy inteligente "jugada política" del Presidente Maduro para ganar tiempo y sortear los difíciles momentos de su gobierno. Están equivocados. No entienden que el proceso revolucionario se ha debilitado mucho en los últimos meses. Que la correlación de fuerzas es adversa para el proyecto socialista y los riesgos de perder lo conquistado en materia de derechos humanos es muy grande. La astucia, que la existe, del campo revolucionario esta en otros ámbitos, no en el incumplimiento de la palabra empeñada para bloquear la violencia "guarimbera" y establecer un marco de paz y entendimiento civilizado. Amenazar con una guerra popular generalizada es completamente infantil y delirante. Los primeros en salir corriendo serán sus promotores, mientra mueren miles de inermes ciudadanos. La derrota esta a la vuelta de la esquina y es el escenario preferido por los núcleos recalcitrantes de la burguesía y la 4 Flota Norteamericana ubicada en el Caribe.

Viene el cogobierno ampliado con la derecha legalista (ya tienen gobernaciones y alcaldías, conquistadas electoralmente con millones de votos) y sus proyectos económicos capitalistas, como el esbozado por el empresario Lorenzo Mendoza en sus 12 puntos. El tipo de sistema político será lo que A. Lijphart (1) denomina consociacionalismo, en el que conviven democráticamente (y sin la amenaza pistolera) diversas facciones sociales, religiosas, étnicas y territoriales. Por supuesto, el Plan de la Patria y el proyecto socialista que plante una transición post capitalista tendrá su espacio con los derechos y las garantías políticas respectivas. Espacio que debe contar, para ser protegido adecuadamente, con una nueva dirigencia más ética y coherente en sus principios y discursividad. Respetuosa de la critica y la controversia en todos los escenarios, especialmente en el lado de los revolucionarios que son censurados y aplastados por la prepotencia de los "caciques rojos" enriquecidos en todas las territorialidades del poder y el dogmatismo de los izquierdistas de Manual.

Pretender prolongar con fuerza, demagogia y maniobras de corto plazo la cleptocracia boliburguesa es lanzar al abismo el programa revolucionario y socialista del Presidente Hugo Chavez.
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1. http://en.wikipedia.org/wiki/Arend_Lijphart



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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