La pobreza para los organismos internacionales y demás personificaciones del capital es la causa de los males de la sociedad. Sin embargo, la pobreza es más bien el resultado sintético que expresa las contradicciones de la sociedad capitalista. La noción de la pobreza en la tradición teórica conocida es un concepto “pobre”.
La pobreza tiene, para el enfoque de la burguesía y del capital, un sentido “aditivo”, atemporal, sin historia, y no “relacional”. Lo aditivo consiste en que se añade algo, ingresos o necesidades insatisfechas. Se refieren a la privación de ciertos bienes, ausencia de ingresos para acceder a recursos, donde cada perspectiva tiene mediciones para contar a los considerados pobres.
Lo sustantivo de la pobreza son las relaciones de clases, que implican la explotación de la fuerza de trabajo, que conlleva a que en el capitalismo abunden los “pobres virtuales”, que son los obreros, que sólo poseen su fuerza de trabajo, que depende del capital para encontrar sus medios de subsistencia. Por ello como dice Marx el obrero es un “pauper virtualiter”, porque en cualquier momento puede quedar excluido de los medios de subsistencia, y quedar a la merced de la caridad o de la ayuda del gobierno. El obrero desocupado es un pauper real, que deviene en población sobrante para la burguesía, para el capital, para el cual carece de utilidad, porque no produce plusvalía de forma inmediata, ni de forma indirecta.
Marx plantea el tema de la depauperación del proletario, pero no en el sentido absoluto, sino relativo, porque el empobrecimiento de la clase obrera es una realidad, donde el pobre se hace cada vez más pobre y el rico cada vez “más rico”, por la extracción de plusvalía. Habrá pobres, mientras en las relaciones de producción haya predominio del capital sobre trabajo.
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