Chávez, el pueblo y Dios de por medio

En las elecciones el pueblo venezolano demostró tener una consciencia que mira hacia el futuro socialista, democracia que está por venir. Es necio e irracional continuar resumiendo una etapa ya pasada del proceso manifestó el pueblo con la reelección del presidente Chávez, también dijo con su voto que hay que resolver los problemas que nos aquejan con hechos efectivos y revolucionarios; de solucionarlos y caminar hacia la transición no debería nublar la mente la mas mínima sombra que a Dios le gusta el cambio.

Dios está actuando. Con la mezcla de meritos y deficiencias Chávez llegara hasta concretar la transición y ese es el futuro en perspectiva para la revolución y el socialismo que son caminos paralelos y simultáneos.

Puesto que hay un futuro socialista en perspectiva ya actualizado por las experiencias del proceso y en virtud de preparar lo venidero de Chávez tomaríamos, por decir así, la medida de Dios, el seria el Ser que ayudo al pueblo y a Chávez a lograr el socialismo, y por eso que está haciendo le quedaríamos agradecidos porque requerimos un socialismo post Chávez.

Dios ha estado haciendo lo que hacen los atamos. Revelándose y conquistando el agradecimiento del pueblo que una vez más voto por Chávez para que la revolución permaneciera como único actor del drama atribuyéndole como autor a un genio libre e ilustre respaldado por el pueblo y por Dios, para que mejore el proceso con la experiencia de estos años para establecer  una nueva cultura y conducta revolucionaria.

No voy a entrar al campo del materialismo y del deísmo más de lo puntual porque para Chávez y la masa que creen en Dios, la materia y Dios significan lo mismo. Del poder que hizo este mundo es el mismo poder dado a Chávez para que continúe liderando la revolución salvando el cáncer ni más ni menos, algo complejo, no solo por la enfermedad sino por la misma revolución que debe concretar en estos tiempos mediatos la transición al socialismo. Otro análisis es carente de sentido.

La mayoría de las mujeres y hombres por instinto y otra parte con un simple análisis apoyan lo que ven y sienten del proceso por estar acostumbradas muchas veces al carácter vacio de nuestros análisis, es con toda seguridad un reproche a Dios, injusto ese juicio, sin embargo, si el principio de la convicción es real entonces Dios, Chávez y el pueblo seguirán construyendo el camino al socialismo.

Nunca como hoy los procesos revolucionarios son simultáneas en la región, cada una de ellas coexisten con sus formas propias, sin embargo, existe un denominador común en todas ellas Venezuela y Chávez, quedo demostrado en las últimas elecciones presidenciales que los procesos de Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay se potencializaron con el triunfo de Chávez y su visión particular con el ALBA, UNASUR, CELAC, PETROCARIBE, versiones para que cada país adquiera su singularidad al adoptar sus diferentes compromisos con la integración.

Se construyo todo un andamiaje para enfrentar al capitalismo y sus mil caras, el proceso se expresa bajo la forma de interrogación sobre lo que hará Venezuela de aquí en más para frenar al neoliberalismo y su sociedad burguesa, porque, el bolivarianismo y el chavismo son los referentes más sólidos para una transición que marque el rumbo socialista en Sudamérica.

Dios es importante a todo lo largo de la existencia de la humanidad no es probable que se limite solo a tener importancia con Chávez y su fin último; ahora bien, el principio del socialismo para el pueblo y para Chávez es Dios, el ayudara a resolver las diferencias  y los problemas que deben solucionarse en el proceso si el concepto revolucionarios es el verdadero.

Por otro lado, nuestro principio como izquierda declara que el famoso inventario de perfecciones divinas proclamadas por la Iglesia o por la teología o bien no significa nada o incluye asuntos que podemos percibir como falsos por su doble moral, pero, si la Iglesia está dispuesta a cambiar su hipocresía santurrona respecto al capital desde los sermones políticos y se integran a lo que significa Dios para el pueblo y para Chávez con su proceso de igualdad social, entonces, estaríamos hablando que la Iglesia del pueblo está cumpliendo con la verdadera evangelización.

El pueblo y el gobierno han sometido a la Iglesia a diferentes pruebas como a estudiar las definiciones dadas por Dios a la institución, inmediatamente vemos que algunas de esas definiciones y principios siguen de pie otras sucumben cuando la revolución de una manera social las puso al análisis.

La Iglesia a la que me refiero no tiene nada que ver con esa Iglesia de cúspide, esa institución de la jerarquía eclesiástica que no empata con un proceso de cambio porque no aceptan la igualdad. La revolución para el pueblo es un asunto vital y practico que coincide con la descripción tradicional de Dios y su relación practica con la vida; a este hecho la Iglesia debe toda su existencia e importancia histórica como la justicia y la infinita capacidad de amar del socialismo y de la Iglesia del pueblo, las dos vinculadas eficientemente con la vida de la gente.

Dios, para el pueblo no es esa imagen de madera o de metal que aparece crucificada como un eterno recordatorio de lo que pasa si se enfrentan a un imperio, poder de domesticación sobre el que descansa toda la religión católica levantando su propio capital de forma pedante y manipuladora que el pueblo ya no come porque despertó gracias a una mejor educación y conocimiento.

Así, la palabra de Dios, ahora, es activa, rebelde y revolucionaria como fue la palabra de Jesús o como lo es para el Vaticano y la jerarquía eclesiástica la teología de la liberación.



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Raúl Crespo


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