Nuestra moneda se fue al diablo

El camarada Juan Carlos Valdez publicó dos artículos sobre el acabose de nuestra moneda. Leí ambos, con todo el rigor que un neófito en economía puede ofrecer. Traté, buscando ese rigor, de sintetizar los aspectos esenciales de tales documentos. Pido disculpas a Juan Carlos por mí atrevimiento. Ellos fueron:

1.- Lo que impulsa la inflación es el tipo de cambio...

2.- La liquidez en dólares es 2,5 veces más de lo que pudiéramos comprar con los bolívares existentes...

3.- La subida del precio de cambio no obedece a la oferta y demanda de divisas, es solo especulación...

4.- Para el BCV la inflación es siempre un problema monetario. Es exactamente lo contrario, el precio en alza de la divisa, impulsa la inflación...

5.- El Estado no compra dólares con bolívares. Los dólares del Estado provienen de la venta de petróleo y otros minerales...

6.- Al subastarse los dólares del Estado se generan dos distorsiones importantes: a) se estimula el mercado paralelo y b) se desvía el destino y propósito natural de las divisas del Estado...

De los seis, los tres últimos son Política de Estado. Hasta en mi modesta escala lo siento. Soy profesor jubilado de la UCV, como tal me pagan 540 Bs. mensuales. Sigo como profesor en el postgrado de la UBV, recibiendo por ello 450 Bs. Es decir, luego de 40 años como docente universitario, me pagan más o menos 1.000 Bs. mensuales. Pero, el Estado, en gesto benévolo, me manda dos bonos en dólares: el de Alimentación y el de Guerra Económica. Su suma, más lo que le dan a mi esposa por la misma actividad, nos lleva a recibir 360 dólares mensuales. Con esos bonos sobrevivimos.

Una buena parte del gentío -nosotros no- que recibe estos bonos hacen, con los bolívares del sueldo, lo mismo que los que ganan mucho más: comprar dólares en el mercado paralelo, así sean sólo tres cada mes. En realidad no compran dólares, lo que están comprando -como dice Juan Carlos- son criptomonedas de una empresa gringa, con valor estable equivalente al dólar. Es decir, no es libre oferta o demanda, sólo especulación de los grandes y desespero de los chicos. Bien lejos del socialismo.

Socialista sería que el Estado saque sus dólares de las mesas de cambio para, con ellos, proteger el aparato industrial nacional y desarrollar, con fuerza, el comunal; dándole al Petro -ahora en serio- un valor igual al barril OPEP. Ese que ahora está por los 65 $. Claro, dejando bien claro cuánto es el ingreso neto, mes a mes. Eso siempre ha sido un misterio, cosa que ha facilitado que algunos altos gerentes le metieran mano.



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José Manuel Rodríguez


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