El proceso de sustituciones

“Las sustituciones y los liderazgos no se decretan son producto del trabajo en el seno de nuestras comunidades al calor de las luchas populares. Solo así emergen los líderes, que necesita la Revolución”

La rebeldía de los pueblos excluidos del mundo es un hecho que no cambia en esencia en ningún país, solo las condiciones y la forma como se manifiesta esa rebeldía, presentan diferencias. La Republica Bolivariana de Venezuela ha manejado sus cambios o procesos de sustituciones por la vía electoral, forjando un camino hacia la construcción del hoy llamado Socialismo del siglo XXI.

Conscientemente se evidencia un crecimiento político en los venezolanos, por un lado un sector mayoritario que ha permanecido durante muchos años excluidos, por otro, una oposición que emerge al calor de la pérdida de sus privilegios. Dos bandos en conflicto, los cuales se pretenden enseñar a dirimir en democracia, por la vía electoral. Hoy, después de los resultados del referéndum del 2 de diciembre, el bando opositor comienza a entender que las elecciones son un camino que debe transitar.

El pueblo, que mayoritariamente ha apoyado de manera incondicional a nuestro líder, comienza una auditoria de gestión popular con miras a las próximas elecciones a realizarse en nuestro país, auditoria que le permitirá evaluar si la dedocracia y cogollocracia, en su momento, fueron las mejores elecciones de los mas aptos para ocupar cargos de elección popular (Gobernadores, Alcaldes y Concejales, entre otros). Resultados de una auditoria que dirá si aquellos que quieren reelegirse cuentan con el apoyo popular. Muchos no pasaran la prueba, otros, simplemente, se irán a sus hogares a disfrutar…… de una gestión que solo sirvió para la garantía de un bienestar mas prometedor de su núcleo familiar y de sus cercanos colaboradores, ¡que carajo! VIVA LA REVOLUCIÓN, de ella vivimos.

Es muy probable que algunos de los que quieran reelegirse, por fin se decidan, se dignen a gobernar, sacaran recursos a granel represados en los bancos, se acordaran de los barrios, de sus aceras, de sus cloacas, incluso, recordaran que hay pueblo en sus Estados, Municipios etc., pueblo que un día le brindo el apoyo al buen tino del líder en la selección de esos hombres y mujeres por los cuáles un día fuimos a depositar nuestra confianza. Simplemente nos defraudaron, muy pocos cumplieron. De ser un país rojo rojito hace cuatro años, nos enfrentamos en estas elecciones a que nuestro mapa político se torne bicolor. Los responsables saldrán con su cara bien lavada y pregonaran por un periodo de tiempo cantos de revolución bajo la sombra del egoísmo. Traidores que un día se vistieron de pueblo y nos encantaron con el toque de flauta de su miseria individual.

El proceso de sustituciones de esos “lideres” se convierte en una plegaria a la esperanza, a una nueva fuente de inspiración revolucionaria, en un clamor de justicia terrenal. El presidente Chávez, como motor indiscutible de este proceso político, debe abrir los espacios para la reflexión honesta, sumado a la discusión popular, en el logro de un equilibrio que permita que la caída sea lo menos dolorosa posible, no permitir que el dolo y el amiguismo tomen nuevamente la construcción de formulas electorales al margen de la voluntad de las mayorías. Escuchar al pueblo es de sabios. Se hace necesaria la unidad política y social, así como el reforzamiento de los valores éticos, los valores morales y crecer en conciencia. La lucha en contra de la corrupción e impunidad debe ser frontal, nos ahoga y el mensaje no llega.

No es un secreto que se perciben síntomas de descontento en el colectivo, la fractura sufrida el 2 de diciembre es un grito para la reconstrucción de la propuesta política, y la rectificación de errores. La Revolución se mueve a pasos de gigante, es dialéctica, los reveses solo sirven de impulso necesario para entender las fallas tales como el personalismo y la confianza desmedida, la falta de un proceso sensato y honesto de autocrítica, la ineficacia e incapacidad, así como ir a un ritmo desafinado, que nos esta marcando el pueblo, son causales de ese deterioro estructural de la propuesta. Se hace necesario adecuar la estructura administrativa del Estado Venezolano y lubricarla con la sapiencia del compromiso, con fe, con optimismo y la dinámica trasformadora de un Estado que solo busca el bienestar de todos y la mayor suma de felicidad. Estamos a tiempo todavía, el concurso de todos es necesario, no permitir que designen por nosotros a los candidatos a gobernaciones, alcaldías y demás cargos de elección popular es un deber, y un compromiso a asumir por las mayorías. El bienestar y reafirmación de esta naciente Revolución dependerá de nuestra voluntad de .escoger a los mas aptos y fieles representantes de nuestro pueblo, debemos exigir el respeto que como pueblo se nos debe.

Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos.

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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