... lo que impulsa el debate sobre la democracia.
El Departamento de Estado de EE. UU. ha expresado un apoyo excepcional a la decisión de El Salvador de abolir los límites a los mandatos presidenciales, allanando el camino para que el presidente Nayib Bukele busque la reelección indefinida. Los críticos argumentan que esta controvertida medida socava la estabilidad democrática, informó La Edición de CNN.
La legislatura salvadoreña, controlada por el partido Nuevas Ideas de Bukele, aprobó rápidamente la enmienda constitucional en una votación a finales de la semana pasada, lo que provocó una reacción inmediata a nivel nacional e internacional. La enmienda allana el camino para que los presidentes ejerzan múltiples mandatos consecutivos.
Ahora, EE. UU. respalda públicamente el liderazgo de la nación centroamericana.
"La Asamblea Legislativa de El Salvador fue elegida democráticamente para promover los intereses y las políticas de sus electores", declaró un portavoz del Departamento de Estado en un comunicado. "Su decisión de realizar cambios constitucionales es suya. Les corresponde decidir cómo debe gobernarse su país".
El presidente estadounidense Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio han elogiado previamente la eficacia de Bukele en la reducción de la delincuencia y han citado a El Salvador como modelo de cooperación regional en materia de seguridad. Rubio y Bukele establecieron una relación mucho antes de que este se convirtiera en el principal diplomático de Trump. Tras su visita a El Salvador como senador en 2023, Rubio celebró el liderazgo de Bukele y su ofensiva contra las bandas criminales, instándolo a fortalecer las instituciones democráticas salvadoreñas para atraer más inversión extranjera.
Cuando la administración Trump comenzó a deportar migrantes de Estados Unidos al infame Centro de Confinamiento para Terroristas (CECOT) en El Salvador —muchos de ellos presuntos pandilleros venezolanos—, Rubio actuó como un punto de contacto clave. Viajó a El Salvador al principio de su mandato como secretario de Estado y colaboró personalmente con Bukele y altos funcionarios salvadoreños en el caso de Kilmar Ábrego García, según consta en documentos judiciales. Rubio también trabajó directamente con Bukele para negociar un complejo intercambio de prisioneros: 250 venezolanos deportados de Estados Unidos a El Salvador a cambio de 10 ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela.