Un muerto y varios heridos de bala en incidentes ocurridos en el centro de Caracas opacaron este miércoles las negociaciones entre el gobierno y la oposición, que avanzan en busca de un acuerdo electoral para salir de la crisis. Los incidentes se limitaron inicialmente a la plaza principal del centro de Caracas. La policía usó bombas lacrimógenas contra un pequeño grupo de sus colegas en huelga.
Los incidentes se ampliaron con la participación de "chavistas", que salieron en defensa de los policías en huelga.
En pocas horas, los choques tomaron buena parte de las calles céntricas, donde se escucharon detonaciones de armas de fuego junto con los estruendos de los gases.
"Secuestro"
El alcalde de Caracas, Alfredo Peña, quien tiene bajo su mando a la dividida Policía Metropolitana, al parecer contribuyó a la confusión.
En dramáticas llamadas telefónicas a las estaciones comerciales de televisión, Peña denunció que se encontraba secuestrado junto a otros opositores al presidente Hugo Chávez.
El secuestro se limitó a la imposibilidad de Peña de abandonar su despacho debido a los gases lanzados por la policía bajo su mando, aunque el alcalde denunció amenazas armadas en su propia oficina, versión que no ha sido confirmada.
Aun así, Peña admitió que los efectivos que controla utilizaron balas de goma, que el muerto es un transeúnte y que entre la decena de heridos "hay varios en estado grave".
Amago de golpes y huelga
También se registraron incidentes en el Congreso, con amago de golpes entre diputados oficialistas y de la oposición.
Asimismo, hubo protestas de empleados de la industria petrolera contra lo que calificaron como el uso indebido de las instalaciones por parte de activistas "chavistas".
En este ambiente, la "Mesa de negociación y acuerdo" continuó sin mayores avances sobre el "referendo consultivo" que la oposición exige para solicitar la inmediata renuncia de Chávez.
El gobierno, por su parte, denunció a nivel internacional la decisión de la oposición de aliarse a los militares rebelados contra Chávez y atrincherados en una plaza de Caracas.