​"La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad". Simón Bolívar

Resumen:

El llamado al "gran diálogo nacional con toda la venezolanidad sin excepción" representa un ideal de unidad y reconciliación que ha marcado la esfera política venezolana. Sin embargo, a pesar de su valor simbólico, este llamado enfrenta profundos obstáculos históricos y estructurales que limitan su efectividad real:

* Desde una perspectiva teórica, el diálogo político requiere espacios públicos inclusivos y condiciones de igualdad comunicativa, como señala Jürgen Habermas.

* Además, Hannah Arendt advierte que el lenguaje político sin acciones concretas puede generar desilusión y alienación ciudadana.

* La reconciliación, según John Paul Lederach, requiere verdad, justicia y reconocimiento de las heridas sociales, elementos que suelen ausentarse en los diálogos nacionales venezolanos.

Históricamente, los distintos procesos de diálogo nacional en Venezuela, desde el Pacto de Puntofijo hasta las negociaciones recientes, han sido percibidos más como rituales simbólicos que como mecanismos efectivos de transformación, alimentando un escepticismo colectivo:

* Este ciclo ha limitado la capacidad del país para construir una esfera pública verdaderamente plural y participativa.

* Para que el diálogo nacional trascienda la retórica, es necesario establecer bases institucionales sólidas que garanticen la justicia transicional, la transparencia y una real vinculación entre palabra y acción política.

* Solo en estas condiciones podrá la utopía del diálogo nacional con toda la venezolanidad convertirse en una experiencia concreta y transformadora.

(​1). Discurso, Esfera Pública y la Prueba de la Simetría:

* ​Según la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas, el diálogo político efectivo requiere un espacio público inclusivo con condiciones de simetría comunicativa y ausencia de coerción. La frase plantea ese ideal de "toda la venezolanidad sin excepción", presupone acceso universal a la deliberación, pero en la práctica, la esfera pública venezolana está fragmentada por hegemonías mediáticas, censura y polarización, limitando la posibilidad de un consenso genuino:

* ​Desde la óptica de Hannah Arendt, el diálogo es expresión de la vita activa política, donde la pluralidad humana se ejerce a través de la palabra y la acción concertada. El llamado a la alegría busca activar la esperanza para la participación ciudadana, pero Arendt advierte que el lenguaje político desconectado de la acción concreta genera alienación, debilitando el vínculo entre promesa y cumplimiento. El contraste simbólico entre la utopía de la alegría y la realidad de la crisis subraya esta desconexión.

(​2). Reconciliación, Memoria Colectiva e Inclusión: ​La frase se centra en la totalidad ("venezolanidad sin excepción"), pero choca con las condiciones estructurales de la paz.

* Según John Paul Lederach, la reconciliación requiere verdad, justicia, respeto y mecanismos de inclusión. Aunque la frase invita a un proceso de diálogo nacional, carece de las referencias a elementos estructurales necesarios: reconocimiento de agravios, reparación simbólica y garantías para la no repetición de exclusiones o violencia.

* ​El escepticismo histórico del pueblo venezolano se sustenta en una memoria colectiva marcada por proyectos de diálogo inconclusos o instrumentalizados. La legitimidad del llamado depende de su capacidad para generar consensos racionales bajo transparencia y participación efectiva. Sin estos, la apelación a la unidad parece un gesto performativo sin efecto transformador, un mero ritual simbólico.

(​3). Contextualización Histórica de los Llamados al Diálogo Nacional en Venezuela: La historia reciente de Venezuela demuestra que el "gran diálogo nacional" ha funcionado más como un ritual simbólico que como un proceso político sostenido, lo que ha generado una semántica de la desconfianza en la ciudadanía:

* El Pacto de Puntofijo (1958): Primer intento moderno de diálogo político exitoso, con acuerdos entre élites, pero excluyente hacia sectores de izquierda y populares, plantando las bases para futuros desencantos.

* ​Diálogos tras el "Caracazo" (1989): Procesos que carecieron de enfoque en justicia social y reparación frente a la violencia estatal, fallando en reconocer las demandas de sectores marginados.

* ​Acuerdos después del golpe de Estado de 2002: Mesa de Negociación percibida como instrumentalizada, limitada y sin resultados duraderos.

* ​Diálogo nacional de 2016 e Intentos recientes (2019-2023): Procesos marcados por la desconfianza y el incumplimiento de acuerdos, demostrando que el diálogo sin compromiso político y acciones concretas no logra sostener la promesa de consenso.

​Estos casos evidencian la discontinuidad del proceso. La ciudadanía observa este patrón y simbólicamente reproduce su escepticismo.

(​4). Recomendaciones:

* ​La función utópica del llamado a la alegría es doble: orienta como horizonte moral y moviliza esperanza. Pero como advierte Ernst Bloch, el verdadero potencial radica en vincular el ideal y los medios concretos para lograrlo. La distancia entre promesa y experiencia cotidiana puede alimentar la desafección política.

* ​Para que un diálogo nacional genuino sea efectivo, la conclusión académica es imperativa: crear las bases institucionales para la simetría comunicativa, la justicia transicional y el vínculo real entre la palabra y el cumplimiento.

* ​El desafío real reside en reconstruir las condiciones comunicativas y transformar esa utopía discursiva en un diálogo institucionalmente verificable e inclusivo. Solo con estas bases podrá la frase que convoca al "gran diálogo nacional con toda la venezolanidad sin excepción" trascender de un ideal utópico a una experiencia concreta y transformadora para el país.

(5). Conclusión:

La retórica de la unidad debe estar respaldada por una praxis de la justicia. La efectividad del llamado está condicionada a la voluntad política de crear las bases institucionales para la simetría comunicativa, la justicia transicional y el vínculo real entre la palabra y el cumplimiento, elementos que la historia venezolana, hasta ahora, ha negado.

Referencias Bibliográficas:

(i). Habermas, Jürgen. Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus, 1987.

(ii). Arendt, Hannah. La condición humana. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001.

(iii). Bloch, Ernst. El principio esperanza. México: Siglo XXI Editores, 1990.