Autarquía alimentaria urgente para Venezuela

En Venezuela la única persona en el gobierno bolivariano que comprende la importancia de la soberanía alimentaria en una época de crisis mundial parece ser la Vicepresidenta Delcy Rodriguez. La inminencia de una tercera guerra mundial ya es evidente. Los campos contenedores ya están delimitados; solo falta la chispa que haga explotar todo. La chispa ya la hubo con el uso de los atacamas operados supuestamente desde Ucrania por técnicos de la OTAN, presumiblemente norteamericanos. No se pueden utilizar sin la información de satélites norteamericanos cuya data solo los norteamericanos están entrenados a utilizar. Sergei Lavrov dijo considerar eso un acto de guerra. Solo la infinita paciencia de Vladimir Putin ha postergado una respuesta rusa destruyendo las fábricas de la Lockheed- Martin- fabricante de los misiles Atacms- como ejemplo de vínculo entre ofensor norteamericano y un género de reciprocidad. Si se desatase la guerra Venezuela y Cuba, ambos países dependen de importaciones para su alimentación, deben prepararse prepararse no solo para un bloqueo deliberado sino para una falta de suministros alimentarios, por obra de los ataques exitosos de nuestros aliados a la marina mercante de nuestros adversarios. Un modo de prepararse para eso ha sido el propuesto por Delcy Rodriguez: buscar la Soberanía Alimentaria. Pero ya es demasiado tarde para lograr eso que en el fondo es cuestión de que la agricultura nacional baste para alimentar a la población nacional en todo momento.

Para impedir una hambruna nacional por falta de aprovisionamiento externo, así como hace Israel para adelantar más cruelmente el Genocidio que comete en Palestina Palestina. Para evitar eso basta con una provisional Autarquía Alimentaria. Esto es importar ahora en tiempos de paz y almacenar en silos. Nuestro proveedor más cercano debiera ser Brasil. Otro proveedor natural puede ser Argentina.

Yo viví en Argentina varios años allá por la década de los 70 y había desarrollado un proyecto para exportar trigo a Venezuela.Durante la cosecha austral (noviembre- diciembre ) los precios son los más bajos y conviene comprar porque a partir de esa época los precios solo subirán. Mi proyecto contemplaba la erección de plantas de silos en la entrada de Arias, un pueblo entre el sur de la provincia de Córdoba y la entrada del Triángulo de la pampa fértil que constituye el triángulo entre las provincias de Buenos Aires y sur de Santa Fé. Formado por Colón, Pergamino y Venado Tuerto, una región donde la producción es muy alta y donde abundan las plantas para secado y ensilaje. La Región del sur de Córdoba también es parte de la pampa húmeda y muy fértil (3-4 tons por ha.) y tenía pocas plantas para ensilaje y por eso mi proyecto contemplaba construirlas en Áreas en el límite entre Córdoba y Santa Fé porque tenía terminal de ferrocarril para montar la planta en un terreno vació de la propia estación de tren. El negocio era comprar en tiempos de cosecha secar y ensilar para luego enviar por tren hacia el puerto de Buenos Aires donde sería embarcado el trigo en buque granelero hacía Venezuela. El Proyecto incluía aprovechar las instalaciones portuarias de la refinería de Punto Fijo para montar en ese clima desértico y seco una planta de ensilaje horizontal (recipientes terrestres cónicos ). Al lado de los silos en Punto Fijo convenía instalar un molino, que produjese harina para el consumo humano, que sería distribuida por la red de carreteras que desde Coro abarca todo el territorio nacional (oriente. centro y occidente ). El proyecto no se ejecutó porque la empresa argentina asociada que debía construir los silos quebró en 1978, en medio de aquella accidentada época de la economía argentina que conducía el ministro Martínez de Hoz. Que desencadenó con su política de créditos fáciles la hiperinflación. En aquella época el BID tenía 180 millones de US$ , para financiar la construcción de silos en Argentina. Este proyecto aún es realizable para prevenir una hambruna en Venezuela antes de que una guerra mundial nos dejó aislados del comercio mundial alimentario. Como nuestro proveedor de trigo también puede ser Rusia que tuvo una cosecha superabundante de 60 mil millones de tons. Lo que es indispensable es comenzar de inmediato la construcción de una planta de ensilaje. Las plantas de ensilaje vertical del tipo BUTLER son más caras, pero mucho más rápidas de construir y ocupen menos espacio de modo que pueden instalarse en cualquier espacio de los puertos existentes. Propongo al gobierno bolivariano este proyecto para anticiparse a la perspectiva de una guerra mundial que deje a Venezuela que como Cuba depende de la importación para abastecer de alimentos a su población. En política, como en el deporte, la anticipación es clave para la victoria.



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Umberto Mazzei

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia (Italia ) y Profesor Emérito de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto Sismondi de Ginebra (Suiza)

 umbertomazzei2@mail.com

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