Esta figura mía
de tan flaca da ganas de reír
parece una lección de anatomía
con flux de casimir
Retrato 1940
Aquiles Nazoa
Un domingo lluvioso hacedor de nostalgia y melancolía fui a La Casona de Aquiles para pasar la tarde con él.
Cuenta Aquiles que fue un niño feliz y muy pobre. Con las alpargatas rotas. Dialogamos. Aquiles Nazoa responde a mis palabras con sus versos y poemas.
Embelesado como estaba por las gotas de la lluvia que caían sobre el techo de La Casona, le pregunté: ¿te gusta la lluvia?
Respondió:
Han llegado las lluvias
muchos recuerdos gratos vienen a mi memoria
cuando empieza a llover:
mis tardes en la escuela,
mis primeros zapatos,
mis primeros amigos...
...de contento mas grande ni mayor
alegría que salir, en el cinto las alpargatas rotas,
a vadear las corrientes, chapoteando en el barro
Lluvias
Aquiles Nazoa
-extractos-
Hoy, me dijo Aquiles, al despertar con el cantar y el arrullo de la lluvia, escribí:
Ayer
volvió a llover...
…vino la lluvia a refrescar jardines
y a impedir la salida de los cines
Ayer
volvió a llover...
…la lluvia es una niña que no tiene
-porque vive desnuda- camisón;
sueltas las trenzas por el aire viene
repartiendo pestón.
Ayer
volvió a llover...
…los poetas, que son sentimentales,
la ponen a bailar tras los cristales.
Ayer
volvió a llover...
¡Oh, bardos! como estáis de equivocados
al no cantar la lluvia en los tejados,
Ayer
volvió a llover...
…colándose por grietas y rincones
y mojando las camas y las sillas;
metiéndose indiscreta en las hornillas
y apagando carbones.
Ayer
volvió a llover...
…Porque la lluvia es bella en los cristales,
pero forma terribles barrizales
Ayer
volvió a llover...
…En la calle, en la plaza, en el camino,
a tal punto que sales
de puntillas, salvando manantiales,
hasta que llega algún chofer cretino
y te pone lo mismo que un cochino.
Ayer
volvió a llover...
Mi corazón
es un niño arrullado por el son de la
lluvia de plata,
que cae desde el cielo en una lata
-tin,tan,ton-
bajo el alero roto del balcón,
Ayer
volvió a llover...
…y en medio de esta lírica cantata
a dúo de la lluvia en el balcón,
un muchacho infeliz se medio mata
porque se le desliza una alpargata
y se da un resbalón
Ayer
volvió a llover...
La lluvia
Aquiles Nazoa
La escuela, Aquiles, ¿te gustaba la escuela en tu niñez?
Responde Aquiles:
Comienza el año escolar
y septiembre en Venezuela
vuelve a ser como una escuela que se abre de par en par
¡Oh escuela de mi niñez
donde en las tarde llovía,
quien pudiera en un tranvía
ir al encuentro otra vez!
Cerca ya de la vejez,
no te he podido olvidar
pues en mi afecto un lugar
donde aun me cantas, existe,
y en el que siempre mas triste
comienza el año escolar
con tu pueril mirador y tu violenta lechada,
yo te creía pintada con
lápices de color
y en tu jardín interior,
que era un jardín de novela,
llegué a pensarte gemela
del viejo Tontoronjil
¡y es que en mi infancia era abril
y septiembre en Venezuela!
(...)
¿Donde están tu lindas maestras que nos mataban de amor?
A veces un tierno olor
a tela nueva, a canela,
de tu ambiente me revela
la vieja aroma, dormida,
¡y entonces toda la vida
vuelve a ser como una escuela!
y hoy, al volver la excursión
de niños a la mañana
yo he vuelto a oír la campana
cantando en mi corazón.
Deja, pues, que en tu salón
tome el último lugar
y permíteme soñar
que vuelvo a la edad sencilla
en que el mundo es un Mantilla
que se abre de par en par
Glosa Para Volver a la Escuela
Aquiles Nazoa
-extractos-
Aquiles, te digo, quien no ha llevado esa tu ternura por el cantar de la lluvia cuando cae en los techos de las casas o golpean el cristal de las ventanas? ¿y tu infinito amor hacia tu escuela? ¿y tus fábulas llenas de amor para los animales humanizados? ¿quien no ama a la Abuela Tortuguita a quien señalas tan fea pero con tanto amor que uno termina amándola y viéndola más bella que nunca?
Buen día, tortuguita,
siempre con la triste expresión de una
viejita que está mascando el agua...
para ver el día el pescuecito alargas
mostrando unas arrugas...
que das la impresión de que llevaras enrollada
una toalla en el pescuezo o
una vieja andaluza muy gastada...
te ves más ridícula y más torpe
con las medias rodadas y
el enorme paltó de hombros caídos...
con él caminas dando tumbos,
moviendo ahora un pie y otro mañana...
esa vieja casaca
que se ve que no es tuya,
pues casi te la pisas cuando andas...
te pasas la vida hablando sola...
¿Quién atendería tus tontas palabras...
con esa carita de persona acatarrada
y expresión de viejita chocha...
que a tomar el sol sale cada mañana
y se queda horas y horas medio dormida en la ventana?
Buen Día, Tortuguita
Aquiles Nazoa
-extracto-
Buen día, tortuguita,
periquito del agua,
abuelita del agua,
payasito del agua,
borrachito del agua,
filósofo del agua.
Termina Aquiles esta fábula con esa tierna composición poética de nuestra tortuguita.
Ahora voy a contarte un cuento, dice Aquiles, de un caballo que era bien bonito: Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines.
Todos estábamos muy contentos con esa costumbre del caballo y el caballo también porque como se alimentaba de jardines, cuando uno le miraba los ojos las cosas se veían de todos los colores en los ojos del caballo.
Al caballo también le gustaba mirarlo a uno con sus ojos de colores, y lo mejor del asunto es que en los ojos de ese caballo que comía jardines, se veían todas las cosas que el caballo veía, pero claro que más bonitas, porque se veían como si tuvieran siete años. Yo a veces esperaba que el caballo estuviera viendo para donde estaba mi escuela. Él entendía la cosa y veía para allá, y entonces mi hermana Elba y yo nos íbamos para la escuela a través de los ojos del caballo.
¡Que caballo tan agradable!
La Historia de un Caballo que Era Bien Bonito
Aquiles Nazoa
-extracto-
Cuanta tristeza había en el corazón de Aquiles en su último día de colegio, a tal punto que escribió su propia Elegía:
Hoy es mi último día de colegio;
la escuela ha amanecido lloviznando;
la maestra me manda a cortar unas flores;
yo me pongo los guantes del jardín
Para ir al entierro de mi niñez
vienen algunas hormigas llorando;...
Recuerdo que en el pecho una casita
me pinté con creyones aquella tarde
tenía una ventana por la que algunas veces se asomaba mi madre
y una puerta por la que yo salía para irme a la escuela
Lástima grande que se me haya borrado:
si la tuviera me metería a llorar dentro de ella.
Elegía a Aquiles Nazoa
Aquiles Nazoa
-extracto-
Muere Aquiles el 26 de abril de 1976, en un accidente de tránsito en la Autopista Caracas-Valencia. Contaba 55 años de edad. Venezuela llora, se cubre de luto. Ha muerto el poeta. Ha muerto el niño de las alpargatas rotas.
Josefina Cedeño
Caracas, octubre 2020.
Fuente:
-Humor y Amor de Aquiles Nazoa. Séptima edición, mayo 1979
-Aquiles Nazoa, Poeta Enhumorado, Edición Conmemorativa Centenario 1920/2020 Misión Cultura Venezuela/Fundación Biblioteca Ayacucho.