La posibilidad de una Ley Habilitante: una oportunidad de oro

¡Revolución o nada Presidente Maduro!

No es fábula, la amenaza de intervención directa o simulada contra Venezuela es una realidad clara. No disponemos para nuestra defensa de armas sofisticadas, ni poderosos ejércitos que garanticen una resistencia eficaz ante semejante poder bélico. La única defensa que tenemos radica en nosotros, en nuestra unidad y convicción. ¡Sólo el pueblo salva al pueblo! Nunca como ahora se hace más contundente la consigna de que “el pueblo unido jamás será vencido” Es por tanto en la unión del pueblo donde esta nuestra posibilidad de supervivencia. Conciencia, claridad de objetivos, pasión, decisión, reciedumbre, convicción, firmeza, fidelidad al modelo de vida revolucionario, coherencia entre la ortodoxia y la ortopraxis para entusiasmar y convencer al pueblo que nos ve, he aquí la clave para nuestra defensa es un pueblo movilizado y consciente esa es nuestra verdadera fortaleza.

Nada es más nocivo contra esa unidad necesaria que el desencanto, el desaliento o la decepción que anida en el pueblo cuando el postulado teórico o la utopía realizable rueda por el suelo aplastada por el mal ejemplo de un funcionario o un dirigente indolente, soez, saboteador o incluso ladrón. Con temblor y horror vemos el impacto que funcionarios y dirigentes exhibiendo los antivalores de la soberbia, la arrogancia y la petulancia con desfachatez grotesca tienen sobre la fe y la esperanza de un pueblo cuyo único y último refugio termina siendo su inalterable fe en lo que significó Chávez.

A la larga, de poco podría servir el indiscutible legado del Comandante, le gente podría terminar perdiendo la fe con las consecuencias harto evidenciadas en la historia de la soledad de un Gólgota o un San Pedro Alejandrino. Casos y casos abundan en los periódicos, las pantallas de los televisores o los programas de radio de la maquinaria demoledora de la derecha, pero también en el día a día del pueblo en carne y hueso. Basta ver donde estaban y cómo vivían hace unos 5, 8 o 10 años y donde están y como viven hoy algunos de estos arrogantes. Un rosario de gente que reclama haber sido engañadas y manipuladas por funcionarios y/o líderes de pacotilla es la mejor prueba. Un desfile de miserias explotado hasta el desgarramiento por los medios para la manipulación de masas de la contrarrevolución que se relamen de gusto. Algo demoledor que se debe terminar ya Presidente Maduro. No habría mensajero sino hubiese mensaje. Es verdad que los medios de la contra hurgan en las miserias…pero las encuentran Presidente Maduro y las encuentran porque en muchos casos dolorosamente las hay y las estamos permitiendo querido Presidente.

La actual Asamblea Nacional dirigida por Diosdado Cabello tiene una indeclinable tarea. No hay excusas. Estoy persuadido de que tirios y troyanos en lo más profundo de su corazón estarían de acuerdo. Hay que aprobar esa Ley Habilitante que permita legislar de suma urgencia contra la corrupción. Hay que parir una ley inapelable, dura y eficaz. Una ley que posibilite y de vida a una verdadera contraloría social. ¿Cómo? De la única manera que se puede. El pueblo organizado debe tener el derecho de exigir cuentas y además, obtener y verificar resultados. Sin recovecos jurídicos. Invirtiendo la carga de la prueba de ser necesario. Cualquier funcionario o dirigente cuyo nivel de vida sea superior a sus ingresos legítimos debe demostrar el origen de esos bienes y entre tanto debe ser culpable ante el Tribunal del Pueblo para luego serlo en el ámbito de la justicia formal tal como lo señalaba el filósofo de la Ética, Baruch de Espinoza: primero la inapelable sanción popular y luego la sanción legal. Para la satisfacción de los escrúpulos que seguramente tendrán algunos así lo hizo el sistema fiscal de los EE.UU. en plena crisis de los años 30. Los fiscales de la renta -con todo respeto- visitaban la vivienda de un ciudadano y éste debía demostrar el origen de sus riquezas o ser procesado por un inclemente sistema judicial. Esto lo hizo –para tranquilidad de escrupulosos opositores- el paradigma del modelo capitalista: los EEUU ¿cómo no habríamos de hacerlo en un proceso revolucionario?

Un funcionario o dirigente que devenga un sueldo de 7 o 9 o 10 mil bolívares al mes debe demostrar como hizo –en el marco de una ética revolucionaria que en muchos casos cacarea con insistencia- para pasar del angustiado desempleado que salía día a día a buscar 20 bolívares para seguir subsistiendo, incluso compartiendo “heroicamente” un regalito con la ancianita que sentada en un semáforo le recordaba que hay que seguir “luchando” y el estatus que hoy exhibe. Este “líder” o funcionario debe demostrar –reitero con argumentos revolucionariamente éticos- el origen y razón de vehículos, espalderos, haciendas o la casa recién comprada con un valor de millones de bolívares. Si estos bienes fuesen bien habidos…pues disculpe usted la molestia, la patria se lo agradece… y si no puede demostrarlo usted es culpable, se le confiscan sus bienes y usted va preso, eso es justicia Revolucionaria (nótese la mayúscula). Si son legalmente adquiridos pero desdibujan el deber ser de un socialista de conciencia (pregonar igualdad pero vivir como un burgués)… pues muchas gracias por sus servicios y váyase usted con su música a otra parte pero usted no puede seguir pregonando socialismo porque su modo de vida es un testimonio –al igual que el de los fariseos- de la falsía del socialismo que pregona. No proponemos nada que no hubiese propuesto el mismo Simón Bolívar, sólo que él –mucho más profundo y radical- no proponía la cárcel sino el paredón. A problemas graves soluciones gravísimas.

Mientras no se haga algo así estos canallas seguirán destruyendo los sueños de libertad, justicia e igualdad de un pueblo. Estos desfachatados seguirán llevando agua a los molinos de la contrarrevolución. Estos canallas, además, seguirán proveyendo de piedras a las resorteras de quienes disparan a la Revolución desde el otro lado de la trinchera. Es un tóxico que se exhibe en los medios revolucionarios y que siembra desazón en cada oportunidad que se presenta. Si no se hace algo radical seguirán causando división, desaliento y tristeza. Estos hipócritas facilitan el camino para el retorno de los brujos Presidente Maduro y esto no podemos permitirlo Presidente.

Debe cambiarse un sistema jurídico que permite dos aberraciones imperdonables. De un lado, que las denuncias legítimas no hallen el curso debido, y del otro, que cuanto conspirador abierto o disfrazado haga denuncias al boleo para después no confirmarlas pero causar –entre tanto- el letal efecto mediático pretendido. Sólo durante el 2013, miles, ¡léase bien!, miles de “denuncias” mediáticas jamás han sido confirmadas por los “denunciantes” cuando fueron invitados a confirmarlas. La inmensa mayoría escurrió el bulto tras la pantalla de fuentes que no deben revelarse o el muy socorrido…a mí me dijeron... ¡Ya basta! Compatriotas de la Asamblea Nacional…a grandes males, grandes remedios… tienen ustedes la palabra.

¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE!

¡¡¡VENCEREMOS!!!


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Martín Guédez


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