A la Industria turística se le ha denominado: LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS, por tratarse de una gran generadora de empleos, aunque no es una Industria productora de materias primas (Primaria) ni transformadora de estas (Secundaria), sino una Industria de Servicios (Terciaria), pero capaz de generar multitud de empleos bien remunerados y sobre todo muy estables.
Países de larga tradición en esta Industria como lo son: España, Francia, Reino Unido, México y varios países del Caribe (Jamaica, Islas Vírgenes, Bahamas), poseen Empresas promotoras de la actividad turística que generan muy buenos ingresos, que permean hacia sus empleados, empresas conexas y en especial hacia las finanzas del país, por constituir un importante flujo de divisas derivadas de los turistas provenientes de otros países, sin olvidar el movimiento turístico interno del propio país, sobre todo en la llamada “temporada baja”.
Se desarrollan alrededor del turismo, múltiples empresas de todo tipo y tamaño, desde megaempresas, grandes empresas, medianas, pequeñas y microempresas e igualmente pueden crearse Cooperativas que acompañen al resto de las Empresas a satisfacer la demanda de los bienes y servicios que precisa el sector. Entre estas Empresas podemos mencionar;
1°) Empresas de Transporte: Aéreo, terrestre y acuático.
2°) Alojamiento: no sólo Hoteles de gran lujo, llamados “Cinco Estrellas”, sino los de menor categoría, acorde con los presupuestos de los menos pudientes, posadas turísticas y aún la utilización de casas particulares, sobre todo en épocas de “temporada alta”.
3°) Alimentación: además de los restoranes de muy alto costo, los menos lujosos, los restoranes populares de comidas regionales típicas, hasta los puestos de comida móviles, siempre con el control y la educación sanitaria imprescindible, para minimizar la posibilidad de transmisión de enfermedades o de intoxicación alimentaria.
4°) Artesanías y Productos típicos de la región o del país.
5°) Servicios de Guías turísticos, Agencias de viajes, Orientadores de los visitantes.
6°) Otros Servicios directos al turista o a las Empresas prestadoras de Servicios,
Debemos advertir que los países con amplia tradición en el sector turístico, no han llegado a serlo de manera espontánea o casual, producto del azar o mediante la improvisación; lo han logrado basándose en largos años de educación, no sólo de las personas directamente ligadas a la actividad, sino lo más importante educando a la población general, para lograr un cambio de conducta, la internalización de la importancia que es para el país, para él como habitante y para el resto de la población, el fomento del turismo, tanto interno como externo, para lograr el progreso y desarrollo de la patria. Ello no sólo se logra a través de la educación formal sino en especial mediante la educación no formal, con campañas de concientización del ciudadano para que aprecien al turista, tanto extranjero como nacional, como un amigo, un aliado y no como un enemigo o un intruso. La generación de ingresos para las Empresas y los habitantes, conlleva a la cancelación de Impuestos, tasas y patentes: nacionales, estadales y municipales canceladas por las Empresas y por particulares dedicados directa o indirectamente a la actividad turística.
Por intermedio de la educación, insisto formal e informal, todo habitante y toda Empresa nacional o foránea, instalada en nuestro territorio, debe colaborar en la exaltación de los valores propios del buen ciudadano, porque sin lugar a dudas lo que más atrae al visitante y lo hace recomendar a otros el destino turístico visitado y sobre todo volver a dicho sitio, es la atención y amabilidad de la cual haya sido objeto por parte de las personas involucradas o no en el negocio turístico.
En nuestro país esta cultura no existe. Vemos al viajero nacional o extranjero de dos formas: la primera, como una molestia, un ser desagradable y la segunda, como una víctima, para ser explotado o estafado, sacándole la mayor cantidad de dinero posible. El trato al visitante debe ser respetuoso, amable, cordial, similar al que quisiéramos se nos suministrara si estuviésemos en la misma situación.
Debemos recordar y en especial lo deben hacer quienes se dedican de manera directa o indirecta a este negocio, que descansa primordialmente en el turismo interno, pues la mayoría de los ingresos de la industria turística en los países con llamada tradición en la actividad, provienen de los visitantes del propio país, aunque los extranjeros son sumamente importantes por el aporte de divisas a la economía de dichos países. Ello implica organizar planes de turismo interno, sobre todo en temporadas bajas, por supuesto, a menores precios para hacerlos más atractivos a las personas de menores recursos económicos, ya que poseen los mismos derechos a disfrutar del descanso merecido y necesario que aquel poseedor de mayores ingresos.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, proclamada por la Asamblea Nacional Constituyente el día 20 de Diciembre de 1999, Título III, Capítulo VI: De los Derechos Culturales, Recreativos y Educativos, Artículo 111, se enuncia el Derecho de todas las personas al Deporte y a la Recreación, pero este aspecto es desarrollado en dicho artículo de manera muy marginal y superficial, dedicándose casi exclusivamente al aspecto deportivo, que lógicamente es tan importante como el recreacional, pues ambos son positivos para el ser humano, en la prevención de enfermedades y el mantenimiento da la salud, pero mientras ha existido una Ley Orgánica del Deporte, no existe una normativa legal que promueva, regule y planifique los aspectos relacionados con la Recreación, base fundamental de la Industria turística nacional.
Las vacaciones de los trabajadores y los estudiantes son incompletas si tienen que permanecer en sus lugares de residencia, puesto que el cambio de ambiente y viajar a un sitio distinto, no sólo sirve para disminuir la tensión psicológica (stress), sino que permite conocer mejor la geografía de nuestro país, en lugar de promocionar, como se hace, los destinos turísticos fuera de nuestras fronteras, que sólo benefician al país anfitrión y ello acentuaría el amor del venezolano por su tierra, lo cual se ha ido perdiendo progresivamente, pues se ha desnacionalizado al habitante de esta hermosa y generosa nación. Debemos, como lo hacen en otros países, privilegiar lo nuestro, porque en nuestro país existen toda clase de paisajes naturales: playas fantásticas, montañas majestuosas, selvas inigualables, sabanas extensísimas, islas maravillosas, ríos navegables de todo tipo y tamaño, entre ellos el soberbio Orinoco, uno de los más importantes y caudalosos del mundo, cuevas y cavernas preciosas que constituyen un inmenso atractivo para los especialistas en su exploración (espeleólogos), monumentos naturales de todo tipo y parques nacionales, como difícilmente existen en otro lugar del mundo, porque lamentablemente nosotros los venezolanos no conocemos nuestro país y el esnobismo nos lleva a preferir los Everglades de la Florida a los Esteros del Sur del Estado Guárico (Camaguán) o los del Estado Apure, no alterados por la mano del hombre y situados en nuestro propio territorio.
Así como se crean fondos para la vivienda, para el paro forzoso, para la seguridad social y tantos otros, muy bien se puede constituir un fondo con aporte del Estado, de los patronos y de los propios trabajadores para financiar la recreación de la familia venezolana, sobre todo de los más humildes (tomando en cuenta todos los aspectos de la recreación del ser humano) y de esta forma incrementar el turismo interno, planificadamente, para constituir el principal motor del sector.
Sería conveniente que basándose en el artículo 111 de nuestra Constitución, los entes encargados de la promoción turística, tanto gubernamentales como privados, plantearan ante la Asamblea nacional la posibilidad de promulgar una Ley de Recreación nacional, que sirviera para reforzar el turismo, sobre todo en el ámbito interno.
Para terminar, quiero hacer un comentario respecto a las distorsiones que se observan en el turismo interno en nuestro país. Hace unos años (2005), durante un programa donde el Ciudadano Presidente de la República se encontraba concediendo créditos a una serie de Empresas y Cooperativas del país, le correspondió a una Cooperativa de Turismo del Estado Nueva Esparta, a la cual le había sido concedida en calidad de Comodato unas instalaciones rescatadas por el Estado venezolano por intermedio de Fogade del sector privado, que siempre se ha enriquecido a costa del patrimonio de la Nación. Luego de la presentación respectiva al Ciudadano Presidente del Proyecto, a este se le ocurrió preguntar: ¿Cuál era el costo por noche de las habitaciones en ese lugar?. Para asombro de los presentes y de los televidentes, la persona que recibía el crédito, con todas las comodidades que se le dan a este tipo de préstamos, la persona respondió que el costo era de más de 120.000 bolívares por noche y luego no pudo justificar el exorbitante precio, no acorde con la supuesta labor social que deben cumplir las Cooperativas, la condición de Comodato de las instalaciones y el crédito gubernamental con las características que posee. Ello da muestras de la reedición a nivel de las Cooperativas del viejo sistema de explotación capitalista, maquillado y renovado ahora en forma de esta nueva forma de expoliación del turista, apoyado gubernamentalmente. Así nunca podrá hacerse y desarrollarse el turismo nacional. No se puede proponer que una Empresa de cualquier naturaleza no sea rentable, pues iría al fracaso, pero de allí a constituirse en un sistema de explotación, no parece que sea lo buscado por esta Revolución, enriquecer a unos basándose en bienes provenientes de la nación y para colmo explotando vilmente al resto de los ciudadanos.
juanstaback@gmail.com