Pobre Pompeyo

Pompeyo ha quedado reducido al papel de figura de relleno en los programas de opinión. Quienes lo manipulan lo exhiben en los canales privados como una figura descollante de la ¡y que oposición!, y en verdad tienen razón, pues entre las grises figuras que conformaban esa melcocha autodenominada "Coordinadora Democrática" la de Pompeyo todavía descuella, a pesar de la significante merma de la actividad de sus neuronas. En esos programas, dedicados a las personas que padecen del SITE (Síndrome de Intransigentes, Testarudos y Egoístas), los entrevistadores, sin mucha sutileza, le sugieren a Pompeyo las respuestas que ellos esperan y que aderezan con sus comentarios, dándole cuerda al entrevistado para que vuelque "lo que lleve por dentro" como dice "el matacuras", pero basta con que sea entrevistado en el canal del Estado por una periodista como Vanessa Davies, que siempre ha hecho gala de un alto profesionalismo, para mostrar que "el rey está desnudo" y que su ropaje sólo aparentan verlo quienes no quieren aparecer como tontos, tal como nos lo narra el cuento de Andersen.

Fue realmente patético, o más bien peripatético, el papel de Pompeyo en la reciente entrevista que Vanessa le hizo pese a que la sagaz periodista, con gran sensibilidad de su parte, no quiso aprovecharse de su indudable ventaja sobre el entrevistado seguramente porque a ella le fue inculcado aquel viejo principio, hoy casi olvidado, de que "las canas se respetan" (en este caso hablaríamos más bien de arrugas, que predominan sobre las canas). Pero eso no te conviene Vanessa, te lo aconseja alguien que por haber oído consejos, por lo menos ha llegado a viejo. Tienes que buscar "contrincantes" que estén a tu altura aunque dentro de la ¡y que oposición! eso no es una tarea fácil, aclarando que cuando me refiero a la ¡y que oposición! pienso sólo en quienes integran la coordinadora fascista y no en los numerosos compatriotas que con todo derecho adversan al Presidente Chávez y el proceso que él lidera, independientemente de las razones que tengan.

Tal vez en otra ocasión escriba acerca de la política y la chochera, tema sobre el cual en Venezuela tenemos no pocos ejemplos, pero en este artículo sólo me referí al caso específico del pobre Pompeyo, persona que, al término de su vida útil se ha convertido en pobre instrumento de factores de poder e intereses que combatió en su juventud y madurez, y se podrá ver que entre esos ejemplos no todos son tan negativos como el de él y que inclusive hay algunos que son hasta peores.




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Ño Leandro


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