La naturaleza se ha convertido en un obstáculo para el capitalismo salvaje

La naturaleza se ha convertido en el mayor obstáculo para el capitalismo salvaje, pues para este sistema criminal la globalización implica no sólo el objetivo de un gran mercado universal marcado por las pautas del liberalismo más cruel, sino también el control total de las conductas del género humano, impidiendo la simple posibilidad de insinuar, disentir o practicar la disidencia. 
 
Con independencia de sí los economistas y líderes mundiales están realmente ciegos ante el peligro ecológico, se comportan como si no estuviera amenazada toda forma de vida en nuestra Madre Tierra, cuando menos se hable de ello mejor.
 
El capitalismo salvaje trata al consumo de los recursos renovables y no renovables como si fueran ingresos o contribuciones, para éstos la naturaleza es sinónimo de bienestar económico. 
 
La economía está contenida en un mundo físico y finito y la biosfera es algo dado, sin embargo, la acción del capitalismo salvaje es suicida. 
 
Los "paños de agua caliente" serían visibles cuando ya la humanidad y toda forma de vida sea exterminada. La economía actúa al margen de la naturaleza y algunos de los umbrales son hartamente conocidos: 
 
La desaparición de la capa de ozono, el cambio climático, el deterioro de la tierra para la agricultura, el colapsos de las zonas marinas, los recursos hídricos y cuatro hojas más de etcétera.
 
Ni los grandes capitalistas ni las personas acaudaladas podrán librarse de las consecuencias de la degradación ecológica que avanza a pasos acelerados.
 
El capitalismo salvaje "ignora" los bienes y servicios obtenidos de la biosfera, la contaminación, los residuos y el calor que retorna a la biosfera no se miden como costos. 
 
El agua para la vida ha comenzado a escasear, se estima que más del 70% de la población mundial vive en zonas donde el agua escasea, entre otras limitantes. Uno de los costes económicos más palpables e inmediatos de la injerencia humana en los sistemas naturales, es la frecuencia cada vez mayor con que se desatan las tormentas tropicales, que los científicos asocian al calentamiento global.
 
En definitiva vivimos hoy en un mundo trágicamente muy mal gestionado.  El capitalismo no es el estado natural de la humanidad, por el contrario desdice de la igualdad, la solidaridad y de un mundo sustentable. Y si continuamos en la senda del capitalismo salvaje, es un hecho científicamente verificable que en algún momento nos aguarda un accidente global del que no podrá recuperarse la humanidad, dejando en entredicho la extinción de toda forma de vida en nuestra Madre Tierra.
 
La Organización de las Naciones Unidas,  señaló que se necesitan medidas drásticas para cumplir los objetivos climáticos establecidos en el acuerdo de París (2015). 
 
La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera aumentó a una velocidad récord en el 2017, para alcanzar un nivel no visto durante más de tres millones de años.
 
Para entender el concepto de la naturaleza, Carlos Marx bosquejó una definición: 
 
"El hombre vive de la naturaleza; esto quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el que debe permanecer en un proceso continuo, a fin de no perecer. El hecho de que la vida física y espiritual del hombre depende de la naturaleza no significa otra cosa sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hombre es una parte de la naturaleza"; esto es, no existe dicotomía entre el ser humano y la naturaleza, pues "el hombre no está en la naturaleza, sino que es naturaleza", es parte de la naturaleza.
 
Marx tamb destacó que el trabajo alienado convierte a la naturaleza en algo extraño al hombre, en un "mundo ajeno, hostilmente contrapuesto al trabajador". En este sentido, en la apropiación privada existe una alienación respecto a la naturaleza, donde los medios de vida y del trabajo no le pertenecen al trabajador y se le presentan como objetos externos, es decir, "enajena al hombre de su propio cuerpo, de la naturaleza tal como existe fuera de él, de su esencia espiritual, y de su esencia humana". 
 
La alienación de la humanidad y de la naturaleza tiene como resultado no sólo la renuncia al trabajo creativo, sino también la renuncia a los elementos esenciales de la vida misma.
Luego, como el capitalista no va a renunciar a la acumulación de la riqueza y por lo mismo, no va a dejar de explotar a los trabajadores y expoliar a la naturaleza, construye mecanismos engañosos que supuestamente van a dar respuestas a la crisis ecológica. Una muestra de ello son los famosos foros o cumbres como el Protocolo o Acuerdo de Kyoto, Cancún o Durban o el de París, sobre el cambio climático, en el que predominan "acuerdos" que, a simple vista, son los de las multinacionales y transnacionales, del complejo industrial del automóvil, de las grandes industrias de armas, es decir, el interés del capitalismo salvaje con sus grandes capitales. Y como estos "acuerdos" no benefician a la humanidad y al mismo planeta, seguimos en la trayectoria del incremento de la temperatura, superior a los dos grados centígrados, con consecuencias extremas en materia de sequías, inundaciones, deshielo de glaciares, aumento en el nivel del mar y, en general, impactos severos sobre la agricultura y la forma de vida de millones de personas.
 
En Venezuela, Hugo Chávez, en los cinco grandes objetivos históricos que elaboró, dijo: 
 
"Este quinto gran objetivo histórico, convoca a sumar esfuerzos para el impulso de un movimiento de carácter mundial para contener las causas y revertir los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador".
 
Chávez hizo un llamado sobre el esfuerzo que debemos hacer todos y todas por cambiar el modelo de desarrollo destructor que el capitalismo salvaje le ha impuesto al mundo en los últimos siglos mediante la amenazante extensión de la voraz economía de mercado. 
 
Recordemos que el neoliberalismo no es desarrollo sustentable, es pobreza, opresión, explotación, es la muerte en vida.
 
El mes de agosto le recuerda a los pueblos del mundo la criminalidad imperialista en su historial: Hiroshima y Nagasaki, dos ciudades indefensas, en las que EEUU lanzó y probó los efectos de dos bombas nucleares en el año 1945, donde murieron en su mayoría niños, mujeres y ancianos japoneses. 
 
Hollywood ha hecho de EEUU una suerte de juez supremo de los valores democráticos y los derechos humanos; porqué su cine no devela  la amenaza golpista que se viene sucediendo contra Venezuela. 
 
El poderío militar del régimen estadounidense no es una necesidad en el mundo, pues es una exigencia del sistema capitalista que también alimenta el mayor mercado de drogas en el planeta. Sus planes están asociados a las millonarias sumas de dólares asignadas a los medios de información privados para mentir y desinformar.
 
Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), elaborado en Japón por más de 60 reputados expertos sobre el calentamiento global, hicieron otro alerta: 
 
El cambio climático le depara a la humanidad riesgos mucho más inmediatos y peligrosos de lo que se creía". Advierten los autores de este informe que en un período relativamente corto el cambio del clima, las sequías, entre otros fenómenos naturales, se harán realidad y provocarán problemas globales tales como hambrunas, enfermedades, sequedades, inundaciones y guerras por el acceso a los recursos.
 
La humanidad no está preparada para estos eventos que estamos viviendo. Existen riesgos globales para la civilización. Precisamente, el accidentado mundo que generó el capitalismo salvaje, con las desigualdades sociales que cada vez se agudizan más, problematizan el panorama mundial.
 
Allí está el incremento de las enfermedades, las sequías, la falta de alimentos, la pobreza y otros problemas potenciales debidos al aumento de la temperatura y el cambio climático que están acelerando la propagación de enfermedades crónicas e infecciones, lo que, junto con otros factores ambientales y pandémicos, daría un matiz apocalíptico a la civilización que engendró el capitalismo salvaje.
 
Los alimentos para el año 2050 tendrán costos impagables, toda vez que los precios mundiales aumentarían exorbitantemente debido a los cambios de temperatura y los patrones de lluvia, algo que sumado al empobrecimiento de los pueblos, tendrá como resultado mayor padecimiento y más hambruna en diversas regiones del mundo, a mayor población la demanda de alimentos crecerá.
 
La Tierra tendrá menos agua disponible, además, la actual contaminación del agua podría reducir para el 2030 aún más el acceso al agua potable para la población. Se estima que un significativo porcentaje de la población mundial no tendrá disponibilidad en los próximos años a este recurso vital.
 
Cabe señalar que estas conclusiones coinciden con los resultados del informe sobre el colapso irreversible de la civilización industrial elaborado por el Goddard Space Flight Center de la NASA, que de acuerdo con sus autores, el cambio climático está estrechamente relacionado con el desarrollo insostenible, por lo que la civilización industrial global podría derrumbarse en los próximos decenios debido a la explotación irresponsable de los recursos y la distribución cada vez más desigual de la riqueza. 
 
Al mismo tiempo, la OMM prevé frecuentes inundaciones, movimientos telúricos, tormentas y una gran ola de calor en los subsiguientes años.
 
Estamos en la hora de los pueblos por la supervivencia de la humanidad y toda forma de vida, por eso debemos marchar hacia una genuina y auténtica revolución en la que predomine el sustentable sistema socialista. 
 
Marx dejo bien claro: 
 
"Producción de plusvalía o la obtención de ganancias es la ley absoluta de este modo de producción", y la utilización de la plusvalía como capital o reconversión de plusvalía en capital, se llama acumulación. 
 
Observamos en el mundo del capitalismo salvaje no otra cosa que una constante e imparable acumulación de riquezas en pocas manos y una infinita pobreza por toda la faz de la Tierra. La avaricia, el egoísmo, y tantos otros "pecados capitales" es el rasgo característico del capitalismo salvaje en toda su historia.
 
Para contrarrestar estos escenarios contrarios a toda forma de vida, Chávez alertó: 
 
"Esto solo será posible desde el socialismo como única alternativa al modelo depredador capitalista que ya ha fracasado". 
 
La contradicción está despejada, aunque continua latente el dilema sobre: 
 
"Socialismo o barbarie", que trazó la legendaria combatiente, Rosa Luxemburgo.


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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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