Promoción de la seguridad basada en la resilencia

La resilencia de los sistemas biológicos y empresariales

Introducción:

La palabra resilencia o resiliencia, proviene del latín resilio, que significa volver atrás, es usada actualmente en diferentes disciplinas, pero tres décadas atrás sólo la biología y la psicología hacían uso de ella, la primera para designar la capacidad del ambiente y sus componentes para sobreponerse a las adversidades de origen natural, antropogénico o una mezcla de ambos, que intentan acabar con ella, y en el caso de la psicología para designar la capacidad del ser humano, también para reponerse a las adversidades y seguir adelante.

Con el tiempo la palabra ha sido aplicada a otras entidades, por ejemplo, de nuestra oriental ciudad de Cumaná se dice que es una ciudad resilente, porque ha enfrentado la destrucción de las fuerzas naturales del ambiente en un par de ocasiones y se ha repuesto. Igual aplicación hacemos los ingenieros con algunos materiales, como son las bases de los motores de los vehículos, que están todo el día sometidos a condiciones extremas de vibración, calor, gases, etc. y sin embargo, luego que el vehículo se detiene, cualquier deformación que hubiese tenido es superada.

Pero como todo en la vida, una característica de la resilencia en que no es infinita, tiene sus límites. Así, tenemos ejemplos en la biósfera con la extinción de las especies, que en esta era geológica marcha a un ritmo acelerado gracias al progreso que nos trajo la modernidad, aunque no siempre fue así.

Un ejemplo intermedio, entre el origen natural y el eventual origen antropocénico, ya que no está comprobado esto último, fue la completa desaparición del bosque esplendoroso del Sahara, al norte de África, hace 5.000 años, que se transformó en el mayor desierto del mundo, ahora conocido como el Desierto del Sahara, porque el bosque no soportó el cambio climático que hace unos 15 mil años causó una leve inclinación del eje de la tierra, que llevó más radiación a esa región, acción combinada posiblemente con una explotación antropogénica como la que hoy hacen las empresas depredadoras de la carne, minería y maderera en el bosque amazónico, con la tela y la quema.

La última extinción masiva de las especies, porque han ocurrido varias por causas naturales y estamos en el desarrollo de la próxima por causas fundamentalmente antropogénicas, sucedió hace aproximadamente 66 millones de años, cuando un meteorito impactó contra la superficie de la Tierra, produciendo una nube de polvo que por años impidió la entrada de la luz solar, alteró el clima y generó la muerte de plantas y animales, entre ellas las especies dominantes de entonces, los dinosaurios.

La resilencia de los pueblos.

La historia también nos enseña como pueblos enteros han desaparecido bajo los embates de las fuerzas de la naturaleza y el uso intensivo de los recursos, como el que habitó las islas de Pascua, al oeste de Chile, cuyos pobladores agotaron el suelo, acabaron con los bosques y quizás los que corrieron con más suerte se hayan marchado a otras partes del Pacífico. Ese ejemplo poco ha sido analizado por la humanidad, que continúa agotando los suelos a una velocidad inusitada.

Lo de las Islas de Pascua debe valorarse y difundirse porque tanto el mundo empresarial de alimentos como la Organización de NN.UU para la Agricultura y la Alimentación (FAO, en inglés) conocen del agotamiento para el 2030 de las minas de donde se obtiene el fósforo, uno de los principales nutrientes del suelo, que sin duda alguna, dado que el fósforo se utiliza en los extensos cultivos industriales, para alimentar principalmente a los miles de millones de animales en granjas industriales (el negocio de la carne) y por su supuesto, para alimentar a los seres humanos, producirá el mayor aumento del precio de la comida que se haya visto en la historia con sus respectivas consecuencias sociales, políticas y económicas.

Recientemente ha entrado en mi diccionario una palabra que define el ocultamiento de esta gran verdad, la agnotología que es la ciencia que ha debido desarrollarse para estudiar el deliberado intento de confundir y engañar a la opinión pública ante hechos como los descubrimientos científicos, usando a científicos mercenarios que intenten la tergiversación de lo encontrado, como los lobbies de científicos financiados por las petroleras que niegan el cambio climático o lo peligroso para la vida que es glifosato, financiado por Bayer, su productor y productor también de las semillas transgénicas que no se ven afectado por ese plaguicida.

Ahora bien, hay importantes ejemplos de resilencia de los pueblos en situaciones extremas, como las guerras continuadas que desde los años 50´ hasta el presenta ha venido desarrollando EE.UU. alrededor del mundo, bajo el argumento de llevar su modelo de democracia para el progreso a países a los cuales tipifica de amenazas, atrasados, etc. En este caso me refiero a los pueblos del Yemen, Siria y Palestina, que al igual que lo hizo el Viet Nam, no solo resisten sino que en medio de la adversidad, nos enseñan lecciones culturales, tecnológicas y políticas que ya quisiera vivir el ciudadano estadounidense común. El pueblo afgano también es un ejemplo a considerar.

Sin ir muy lejos, el pueblo venezolano está dando ejemplo de resilencia, como lo viene haciendo el cubano por la misma causa desde hace 60 años, que enfrentan una guerra no armada como los pueblos arriba citados, expresada en la aplicación de medidas económicas coercitivas, como el bloqueo para negociar petróleo en nuestro caso, principal y casi única fuente de ingresos, así como el bloqueo para adquirir medicamentos, alimentos, repuestos y componentes para PDVSA y para la industria en general, acciones que el gobierno de EE.UU. llama eufemísticamente sanciones, donde curiosamente no se bloquean los productos de consumo que van bodegones y comercios similares, lo que da la imagen que tal bloqueo no existe.

Con la persona individual, la psicología hace uso de la resilencia y la tipifica como la capacidad de sobreponerse a la tragedia, como puede ser la pérdida de un ser querido, un accidente o incluso circunstancias muy variadas como pueden ser la burla, la humillación y el acoso.

La resilencia en la producción de bienes y servicios.

En las empresas y su universo de seguridad también el concepto de resilencia se está usando, a veces sin tener consciencia de ello, arriba señalamos el uso de esa característica que presentan ciertos materiales para dar continuidad a los procesos, como son los elastómeros con los cuales se construyen las bases de los motores de los vehículos, que hacen un ciclo y paran. Para los motores fijos, se usan otras alternativas.

En todo caso se demanda que la vibración no sea la fuente del mal funcionamiento del equipo y en consecuencia de un evento no deseado. Y también decíamos arriba que hay un límite para la resilencia, en este caso de los materiales, límite que al verse superado producirá el fallo del equipo que está protegiendo, y es allí donde entra eso que en muchas empresas no es cabalmente entendido, el mantenimiento preventivo.

En ocasiones, la ingeniería usa ese límite de resilencia para la seguridad, aunque suene contradictorio. Nos referimos a los sistemas de detección, ataque y control de incendios. En la detección de la variable calor, un filamento modifica su forma y estructura al aumentar la temperatura, cortando el paso de corriente que es detectado por un sistema que hace funcionar tanto una alarma como a las unidades de suministro del agente extinguidor, llamase agua, espuma, etc. según los eventuales combustibles a atacar en el incendio que se inicia.

En el diseño de equipos e instalaciones este tema es muy importante, ya que los metales y sus aleaciones tienen sus límites de resilencia que deben ser considerados para las condiciones de operatividad. En general, definimos en ingeniería a la resilencia como energía, en este caso el límite es la energía que deformará un cuerpo y que impide que el cuerpo recupere su estructura en cuando esa energía cese de aplicarse.

Matemáticamente es el trabajo externo realizado para deformar el material hasta que alcance su límite de elasticidad, límite que al ser superado produce la rotura del cuerpo, y el accidente. En el argot de seguridad, se suele hablar de daños ocultos. Pero esto es relativamente cierto para los cuerpos estáticos cometidos a cargas, pero debe ser desechado con los cuerpos sometidos a movimiento, porque la deformación produce vibración, pequeñas al principio y por eso no detectables.

Debido a la pasividad del personal que hace mantenimiento o vigila el funcionamiento de un equipo, al no investigar esos pequeños cambios de vibraciones, para lo cual existe el medidor de vibraciones, portátil, considero que el personal de prevención de seguridad y salud en el trabajo debería incorporarlo a sus herramientas, para impedir de ese modo que el funcionamiento de los equipos sea llevado hasta los extremos y sea la causa de un evento no deseado.

Para nosotros un fallo de un equipo es un incidente que por la naturaleza del mismo se puede transformar en accidente de trabajo. La historia de los grandes accidentes industriales nos enseña como el fallo de un equipo, cuyo mantenimiento no fue atendido convenientemente fue la causa inicial de la tragedia.

Pongo este ejemplo que parte del diseño. Los aceros tienen un límite de elasticidad de 360 gigaPascal. El proyectista debe asegurarse que el cuerpo a utilizar aceros en una construcción de equipos, máquinas y herramientas, nunca se acerque a ese valor. Es como su TLV, para usar ese término de la Higiene Ocupacional. Otra expresión usada en los aceros es la tensión de rotura, que representa la máxima tensión que puede soportar el cuerpo antes que su sección transversal se contraiga de manera significativa.

Estos ejemplos nos llevan a considerar que la resilencia de los materiales es el primer componente de los sistemas de seguridad industrial, considerando a esta como la seguridad de los equipos, para diferenciarla de la seguridad laboral, que es la seguridad del personal, que de paso es otro tema a la hora de definir las cosas, dado que la tradición, más bien el paradigma dominante en seguridad, ese que generó Heinrich y que mucha gente sigue sin saber, llama seguridad industrial a todo. Nosotros creemos que se debe diferenciar al menos tres niveles de seguridad: la estructural, la industrial y la laboral.

Hay otro ámbito a la que se ha expandido el uso de la palabra resilencia, como consecuencia de una nueva forma de agresión a la cual están expuestas las empresas e instituciones de un Estado como producto del alto nivel de informatización al que se ha llegado. Ahora hablamos de ciberataques.

El primer ciberataque conocido, que causó conmoción en el mundo fue el ataque al sistema computarizado de la empresa de energía nuclear de Irán por el Mossad del Israel, a lo que siguió el ataque al sistema eléctrico de Ucrania y más recientemente a Venezuela, que llevó al presidente de EE.UU. Donal Trump ha firmar en 2019 una orden ejecutiva para «proteger» al país de Ataques de Pulso Electromagnético (EMP), considerados potencialmente peligrosos para infraestructura crítica como la red eléctrica. EE.UU es uno de los productores de este tipo de armas. La foto estoy usando para recrear esta nota es una de esas armas que mucha gente cree que no existen. En la internet se consigue información de como construirlas artesanalmente, es decir, la promoción del ciberterrorismo.

Ahora bien, e tipo de leyes poco pueden hacer ante la voracidad de los atacantes externos de los sistemas de las empresas, por eso en 2021, tras los ataques de hakers al sistema de suministro de gasolinas en la costa este de EE.UU. el gobierno de esa país admitió que se enfrentaba a una crisis de suministro de combustible en ciertas zonas tras el ciberataque contra la mayor red de oleoductos del país, propiedad de la empresa Colonial Pipeline que transporta diariamente 400 millones de litros de combustible.

Todo esto lleva a desarrollar un concepto de resilencia para las empresas como la capacidad de la organización para proseguir su misión, e incluso aprovechar las oportunidades, para seguir produciendo ante situaciones adversas. Como en todos los procesos anteriores, donde la mano humana esté involucrada, se trata de crear las condiciones para que esa capacidad sea la mayor posible, buscando entonces los puntos en que desde el punto de vista de la cibernética los empresas son vulnerables, algo así como hacen con las técnicas de ingeniería de riesgos, donde se busca esos puntos vulnerables en aras de reforzarlos, disminuir la vulnerabilidad y generar las condiciones para la mejor y más rápida recuperación de la producción.

Sobre documentación en esta última parte nos conseguimos con la española Norma Técnica de Prevención 1.132 "Ingeniería de la Resilencia. Conceptos básicos del nuevo paradigma de la Seguridad". Este documento trae algo en lo que coincido plenamente, y es que la seguridad industrial es netamente pasiva, se ha dedicado a detectar los fallos de los equipos en una actividad y solo alcanza algún protagonismo cuando sucede un accidente mayor o catastrófico.

Los colegas españoles se plantean que el paradigma de la seguridad debe cambiar al modo activo, que incluya el proceso de mejora continua como se viene haciendo para responder a las fallas que se van detectando, pero que base su trabajo en la anticipación, es decir, en las variables que luego determinaran esa falla de la que venimos hablando. Ellos ponen el ejemplo de un ciclista profesional en una competencia quien dispone de un equipo dispuesto a dar respuesta a todas las situaciones posibles que pudieran paralizar el avance en la competencia con eficacia y eficiencia, que va desde el cambio de una rueda hasta la bicicleta completa, con la vista puesta en la meta.

Eso nos lleva a una nueva definición de resilencia en seguridad como la habilidad del proceso industrial para mantener el funcionamiento antes, durante y posterior a cambios y perturbaciones generados por un agente o factores ajenos al proceso, o incluso producto de fallos internos, y mantener los requerimientos de la producción, salvando la vida del personal, la integridad de los equipos y las condiciones naturales del ambiente.

Por eso, en el surgimiento de un nuevo paradigma de la seguridad debe promoverse la resilencia, para lo que se requiere dejar de pensar en entes estancos y trabajar en equipo, pero en equipo de verdad, algo de lo que hablamos todos los días, pero por falsos protagonismos, esas personas que se consideran por encima de los demás lo impiden. De manera tal que este es un aspecto a revisar relacionado con el clima organizacional.

Actuar desde la comunicación, el intercambio de información, la coordinación y el comportamiento responsable deben ser el ABC de los sistemas de seguridad. Y eso pasa por lo que sabemos, la formación del personal, el mantenimiento consciente, la relación con procura, etc

En conclusión, para promover la resilencia en una empresa, no basta la declaración como tal, sino que se debe empezar por cambiar los paradigmas de seguridad de la empresa, de un rol pasivo, muy del post-morten a un rol activo, que como en el ejemplo del ciclista desarrolle una estrategia y aplique un plan para cada caso que se pueda presentar, lo que lleva a que en cada proceso se cuente con un equipo de personas, haciendo la respectiva ingeniería de seguridad de los procesos.

Referencias

INSST. 2018. Nota Técnica de Prevención 1.132 Ingeniería de la Resilencia. Conceptos básicos del nuevo paradigma de la Seguridad. España.

 

ericomanados@gmail.com



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