El Ministerio de Relaciones Exteriores de China advirtió este viernes que adoptará medidas de respuesta contra EEUU en caso de que la Casa Blanca imponga aranceles a los buques fabricados en la nación asiática.
La Administración Trump anunció su intención de imponer una tasa portuaria a los buques de fabricación china a partir de octubre. Invocó la Ley de Comercio de 1974, que permitiría al inquilino de la Casa Blanca tomar medidas contra países que este considere están afectando el comercio de EEUU o utilicen prácticas que violen acuerdos internacionales.
El portavoz de la Cancillería, Lin Jian, manifestó que la imposición de estas tasas perjudicaría tanto a EE.UU. como a otros países. Relacionó que se incrementarían los costos del transporte marítimo global y se alteraría la estabilidad de las cadenas industriales y de suministros. Añadió que ello generaría más presiones inflacionarias a EEUU y afectaría en última instancia a sus consumidores y sus empresas.
China ha reafirmado repetidamente sus opiniones sobre la investigación de la Sección 301 y presentó el documento oficioso sobre su posición, instando a Estados Unidos a dejar de responsabilizar a China por sus problemas industriales internos, dijo un portavoz del Ministerio de Comercio de China.
Como acto típico de unilateralismo y proteccionismo, las medidas perjudican gravemente los derechos e intereses legítimos de empresas chinas, perturban gravemente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales, violan flagrantemente las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y socavan fundamentalmente el sistema multilateral de comercio basado en normas así como el orden económico y comercial internacional, subrayó el portavoz.
China instó a Estados Unidos a respetar los hechos y las normas multilaterales y poner fin a sus prácticas erróneas, indicó el portavoz, señalando que China seguirá de cerca las acciones estadounidenses y con determinación tomará las medidas necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos.
Desde el 5 de abril, Washington aplica un arancel base del 10 por ciento, sumado a las tasas anteriores, para todos los productos importados con ciertas exenciones; y desde el día 9 planeaba cobrar impuestos más elevados a 57 países con los que tiene déficit comercial. Pero el 10 de abril, la Casa Blanca anunció repentinamente una pausa de 90 días a sus aranceles «recíprocos» para todos, salvo China.
La víspera, el Ministerio de Comercio chino comentó que algunas de sus exportaciones a EEUU están ahora sujetas a aranceles acumulativos de hasta el 245 por ciento bajo diversos pretextos. La cartera señaló que ignorará ese «juego de números sin sentido».