El afán de querer destacar en las competencias deportivas

Al parecer a las autoridades venezolanas del sector deportes les ha pegado bastante los resultados de los Juegos Bolivarianos realizados recientemente en Santa Marta, especialmente porque, en términos de medallas, Colombia duplicó en cantidad a nuestro país. Se ha hablado incluso de fracaso descomunal y de caída estrepitosa.

Me llama la atención que en los demás países que participaron en estos juegos deportivos están bastante conformes con las pocas medallas que pudieron obtener, incluyendo a Chile, país éste al que por lo visto no le quita mucho el sueño eso de destacar en las competencias deportivas, más allá del papel que hasta ahora ha tenido la selección de fútbol chilena (la Roja).

Apenas hace algo más de un año que, con motivo de las tres medallas que obtuvo la delegación venezolana en los Juegos Olímpicos realizados en Río de Janeiro, los responsables del deporte en Venezuela dieron inicio al nuevo ciclo olímpico, rumbo a Tokyo 2020, y se habló en ese momento de nuestro país como futura potencia en materia de deportes. Muy pronto como que se han despertado de ese fantasioso sueño.

Está muy bien que se promueva el deporte como una actividad que contribuye a la construcción de una mejor sociedad, con una mejor salud física y mental, para un buen uso del tiempo libre, pero, eso de pensar afanosamente que Venezuela puede llegar a ser una potencia deportiva, es algo que está fuera de las posibilidades reales. Sólo basta ver los niveles que muchos países tienen ya en el desarrollo de algunos deportes, para convencerse de ello.

La actividad deportiva en Venezuela es un elemento aislado que no forma parte de un sistema integrado, ya que está en buena medida desvinculada de las universidades, de los centros de investigación y de la industria. El resultado es la producción ocasional de algunos deportistas que destacan y que son rápidamente sustraídos del ámbito nacional para ser incorporados a equipos y centros de entrenamiento de países desarrollados, desvinculándolos de la realidad deportiva nuestra, quedando como figuras-marcas para la publicidad por parte de empresas privadas, y para la propaganda por parte de los gobiernos nacionales, regionales y municipales. En términos beisbolísticos, en Venezuela, en el deporte, de cada cien lanzamientos, se batea un hit.



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Alfredo Portillo

Docente universitario

 alportillo12@gmail.com

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