Porte de armas

Cuando tenía 7 años, es decir hace 40 años atrás, un día venía con mis padres por una carretera cercana a Santa Lucía donde teníamos una granjita, el pasatiempo de mis papás, súbitamente un camastrón de carro nos cortó el paso, ya mi papá lo había visto y al parecer nos venían siguiendo durante algunos kilometros -sí mi queridos lectores hace cuarenta años ya sucedían estas cosas- mi papá muy sereno y paciente esperó la reacción de los tres hombres armados que finalmente decidieron bajarse del carro y caminar hacia nosotros con gesto amenazador. Ahí fue cuando mi papá sacó su pequeña pistola italiana calibre 7.65,(permiso regular)hizo dos disparos al aire y apuntó a uno de los maleantes al cuerpo, experiencia bastante traumática para cualquier niño de 7 años e incontrolable para un ama de casa que hacía pocas horas recogía aguacates y parchitas en su paraíso frutal. Los individuos sorprendidos no pudieron seguir con su plan que seguramente no iba a tener un final feliz, particularmente para nosotros, y con la ayuda inconsciente de otro carro que por suerte pasó en ese instante hizo posible que en este momento les esté echando el cuento. Tal vez la hija de la modelo Mónica Spears hoy tendría una vida normal con su familia si su padre hubiese tenido un arma para defenderse, quien sabe, quizá hubiese sido peor, aunque sea difícil imaginar un desenlace aún peor. A decir verdad lo ideal sería que no fuera necesario llevar o tener que llevar un arma, lo ideal sería que nadie en el mundo tuviera que pensar en un arma, ese realmente es el deseo general de la humanidad que cree en el bien.

En algunos países las políticas de seguridad, debido a "infinidad de factores", no funcionan correctamente. En nuestro país está garantizado en la constitución de la república el derecho a la vida y el estado debe proveer los mecanismos necesarios para garantizar el mismo, en mi opinión, si el estado por una "infinidad de factores" no es capaz de hacer valer este derecho elemental, entonces no debería castigar al que quiere defender a su familia, eliminando las posibilidades para poseer un arma, sino endurecer las sanciones y penas para los que cometan actos delictivos y porten armas ilegalmente y particularmente a los funcionarios corruptos y mafiosos que están en el negocio de armamento, es elemental que las armas de alto calibre, de asalto y guerra llegan a las manos de los delincuentes por un sólo camino. En primer plano se ha hecho ya normal el poseer un arma, cualquier adolescente en decenas de barrios y otras zonas del país tiene un arma y el mal debería atacarse desde este punto, educar y castigar con todo el peso de la ley a quien porte un arma ilegalmente, es un trabajo difícil que debería empezar ya en las escuelas, es la base para la concientización. Portar un arma ilegalmente debería significar un hecho gravísimo que supondría penas máximas e ineludibles con lo cual cualquier individuo deberá pensarlo dos veces antes de tocar una pistola.

El debate real es eliminar o no el porte de armas a civiles porque estas significan más violencia en las calles y una probabilidad mayor de que los delincuentes traten de atacar más a las personas para despojarlos del armamento, argumento muy valedero. También es cierto que el temperamento del venezolano en general, mayormente explosivo y confrontista indica un riesgo mayor en la población de situaciones violentas con finales trágicos cuando haya mayor número de armas en la calle, muy cierto. Es verdad también que en un país lleno de corrupción individuos no deseados pudieran tener acceso a dichos permisos.

Una conocida paseaba con su esposo y fueron abordados por dos sujetos que querían despojarlos de sus pertenencias, sin oponer resistencia entregaron todo, a los pocos segundos uno de los jóvenes maleantes sin mediar más palabras y sin razón lógica disparó al hombre cinco veces dejándolo muerto en los brazos de su esposa. Es incomprensible negarle a una persona, en una situación extrema como esta, ante individuos que no tienen ningún respeto por la vida y carecen completamente de sentimientos y de conciencia, el derecho a defenderse o a terceros el derecho a defender a otros, argumento también muy valedero. Insisto que dicho argumento no significa armar a la población para que se defienda sola, más bien es dejar la posibilidad a los ciudadanos que cumplan estrictamente ciertas condiciones sociales, emocionales y psicológicas a portar un arma de defensa personal.

Un buen amigo fue secuestrado en su propia casa, obligado a permanecer sentado en el sofá junto a su esposa e hijo, observando como varios individuos cargaban su propia camioneta con la mayoría de sus pertenencias de valor y aunque el muy aturdido amigo guardaba un revolver muy al alcance de sus manos, en ningún momento vio comprometida su vida por lo que decidió no darle un curso diferente a la situación, buen ejemplo de inteligencia y conciencia para alguien que porta un arma.

Cuando el ciudadano se sienta seguro, asistido e identificado con una policía capaz y organizada no debería pensar jamás en tener que llevar un arma consigo, pero hasta que esto suceda deberá ser considerado como un derecho. El debate tendrá que ser amplio ya que el tema es delicado, esperemos que las decisiones sean en consenso y no a la ligera.


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Luben Aldana


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