Seguridad sin control (II)

Es el mismo problema de los países desarrollados y de los que aun no lo han hecho o están en vías de ello. Pero, también representa el mismo negocio para los países productores de armas, de licor y de drogas, ya sean naturales y artificiales. Son inmensas las cantidades de dinero que se han invertido y se seguirán invirtiendo en esos rubros y ello hará que la inversión social de los gobiernos parezca insignificante ante tan impactante negocio.

En Venezuela se visualiza el mejor ejemplo de ese contraste. Entre lo que invierte el gobierno en la educación, en la salud, en la construcción de viviendas y de medios masivos de transporte como los metros de Maracaibo, de Valencia, de Los Teques, del Caracas Guarenas. Del aumento de líneas en el principal de la capital, los novísimos Metro cables en zonas de alta densidad poblacional y las líneas de trenes que cruzan el territorio nacional, cuya planificación alcanza los13 mil kilómetros de vías férreas, y lo que invierte la cultura del consumismo con los tres elementos arriba mencionados y la producción del gran capital en bienes no indispensables para el quehacer de la vida diaria.

Porque el choque entre la inversión social del estado y los factores negativos de la sociedad? . La respuesta es sencilla y en esencia se debe a que la propia sociedad requiere de tener colonizados a los pueblos y su gente para que una minoría se siga beneficiando en detrimento de la mayoría. Se prevé que el capital este por encima de la sociedad, viva de ella y se fortalezca cada día más.

Quien le sirve a la sociedad para conseguir ese objetivo?. Los miembros de ella misma, incluso los pobres son manipulados por la fuerza mediática del poder y convierte a los necesitados en enemigos, cada no buscando un mendrugo mas.

En el área de la seguridad el problema es tan complejo como en el aspecto general, debido especialmente, a que el prestador del servicio de seguridad del ciudadano y sus bienes, se convierte a su vez en su depredador, buscando siempre ese poquito de mas para poder parecerse a la minoría de la sociedad pudiente.

Si. Es eso, el que nos cuida nos dilapida. El que está presto a velar por ti hoy, mañana lo está para extorsionarte, o secuestrarte, o atracarte e incluso, a asesinarte por encargo por simple acción de influjo de alguna droga consumida.

Es en serio. Hoy nuestras policías cuidan a los comerciantes que pagan para ello, grandes y chicos porque, por igual, son aterrorizados por su celador. Cuidan los casinos ilegales y sin pudor se instalan en un tugurio que en un lugar de lujo. Protegen el micro tráfico en forma abierta, utilizando el miedo como arma de disuasión colectiva. Veamos el número de expedientes y droga decomisada en el país en este rubro y saquemos conclusiones respecto a las 50 y mas toneladas incautadas cada año en grandes alijos.

En esencia, no podemos comprar armas de uso particular pero hay alguien sin control que la tiene y la va a usar para su beneficio. Hay millones estudiando gratis pero de allí saldrán los que conformen el ejercito de delincuentes de cuello blanco y el de color que azotara a las barriadas y urbanizaciones porque el flujo de las drogas diversas es casi imposible parar.

Tendremos millones de niños utilizando las Canaimitas pero habrá también padres que con el poder del arma querrá un blackberry de última generación, o una tablet u otro elemento tecnológico que lo acerque al umbral del rico o pudiente.

Se requiere, entonces, un control efectivo del hombre sobre el hombre, férreo, duro, pertinaz, implacable para que cumpla su función sin mancharse o tenga, al menos, la rendija mas pequeña para que logre embadurnarse de basura y estiércol.

Los controlamos o no?

ajvmederico@gmail.com


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Antonio Valdez mederico


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