La patria necesita refundarse, regenerar lo que se ha pervertido, eliminar las injusticias adecopeyanas, retomar la moral y luces que nos caracterizó como nación gigante en su lucha por la libertad contra el imperio español. Hemos pasado décadas de crímenes sin castigo, de torturas y desapariciones de gente revolucionaria en manos del involutivo estado adeco y sus cómplices copeyanos. El propio comandante lideró la rebelión contra el ladrón y asesino Carlos Andrés Pérez y se jugó la vida en ello y nosotros le dimos nuestro incondicional respaldo hasta hoy.
Él mismo dice que ésta es una revolución “obrerista” y que hacemos temblar a la oligarquía como lo declaraba Ezequiel Zamora. Estamos viviendo un gobierno con plenas libertades y apego a la constitución de 1999, no violentando los derechos humanos. El propio señor presidente concedió la amnistía a una caterva de conspiradores y cómplices de asesinatos involucrados en el golpe de 2002. Por la cloaca de Globovisión el fascista Rafael Poleo declaró que nuestro líder saldría ahorcado de Miraflores como Mussolini y ningún fiscal imputó a ese cuadrúpedo del periodismo rapaz.
Se ha incitado a la violencia y al magnicidio mil veces por los diferentes medios de comunicación televisivos e impresos y la “diligente” Fiscalía no hizo nada. Y ahora una infeliz decisión de un(a) juez condena a un luchador social a más de siete años por haber hecho la undécima parte de lo que han hecho los guarimberos ultraderechistas en las calles de Caracas y el país entero. Realmente esa condena contra el sindicalista Rubén González es una aberración de la (in) justicia venezolana que aún está en mano del poder de la derecha contrarrevolucionaria, valga la redundancia.
Esto es inaceptable, señor presidente, usted no se puede quedar de brazos cruzados porque los venezolanos revolucionarios cruzaremos nuestros brazos formando una cadena nacional para luchar contra este nuevo vejamen de la justicia burguesa que nos domina. Y en cambio unos imberbes ignorantes se plantan en una huelga de hambre (supuesta) y el gobierno sale corriendo a conversar con los “bebecitos” de mamá y les concede tres pendejadas paras dejarles contentos. Pero los pendejos seguimos estando de éste lado.
Cuidado señor presidente, hay lobos disfrazados con togas de juez(as) que poco a poco van minando al proceso en complicidad con alacranes que lo rodean en Miraflores.
