¿Habrá cárceles para todos los corruptos?

Distante del bullicio, en el municipio Dabajuro, estado Falcón, durante el placer de saborear un chivo guisado con orégano como sólo la señora Bernarda, matriarca de la honorable familia Mavárez Lameda, sabe cocinar, me desconecté del mundo exterior e inconscientemente caí sumergido en las acciones que hace el Ministerio Público en contra de la corrupción en este país.

Quizás sea una tontería, -y ¡ojo! no quiero excusarme por una posible banalidad de mortal-, pero hay que decir que el bombardeo mediático al que estamos sometidos, a cualquiera puede llevar a que le ocurra como a la María Antonia de Gualberto Ibarreto, una canción –para los jóvenes que no la han escuchado-, de una mujer que llegó a una locura tal que se bañaba sobre la mesa y dormía entre la batea y escribía con una escoba y barría con un paper mate.

En mi caso, me ocurre que esté donde esté, no puedo sacarme de la mente la situación política y en Dabajuro no hubo excepción. Cuando el reconocido luchador social de esta jurisdicción, Oswaldo Mavárez, recomendaba enchumbar una arepa en el estofado, me asaltó una duda: ¿Habrá cárceles para todos los corruptos? Dicen que ese embeleso es síntoma de locura, pero bueno, no sé…

Lo cierto es que no somos el país más corrupto del mundo, como lo quiso hacer ver un informe del Banco Mundial, cuestión que aclaró el Contralor General de la República, Clodosbaldo Russián, sin embargo, dado el cúmulo de denuncias que recibe la Fiscalía, supongo que son muchos los acusados que podrían ir a prisión. En todo caso, hay expectativa en ese sentido, porque de algo si estoy seguro: Venezuela espera una pena ejemplar para las personas que incurren en estos delitos, meditaba y continuaba degustando el sabroso platillo.

Recordemos que, entre otros aspectos, Hugo Chávez está en el poder, porque la corrupción acogotó a los pobres, de allí que considero que los revolucionarios deben ser modelo de honestidad o, en su defecto, referencia de la forma como se castiga a los bandidos en un Gobierno serio y responsable.

Ese delito indigna a quienes se les exige sacrificio, más cuando se sabe de revolucionarios, que aunque no los podemos calificar de corruptos por eso, andan en camionetas lujosas, hacen fiestas pomposas, estimulan el capitalismo con sus viajes de placer al imperio, en fin, se dan esa vida de rico tan criticada por Chávez, pero que, pese a eso, la viven, pensaba cuando escuché a la jerarca de los Mavárez Lameda, preguntar: “¿Quién quiere más?” Imposible no repetir.


Periodista
albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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