Condenable práctica que tiende a generalizarse

El IVA se lo timan los comerciantes

Este un tema que abordamos hace ya varios meses, pero hemos resuelto retomarlo porque continúa siendo una perversa realidad...

Seguimos viendo con demasiada indignación cómo, de manera persistente y a donde quiere que acudamos a comprar cualquier bien o servicio, que los comerciantes, salvo que le sean solicitadas, no nos entregan las facturas respectivas, con lo cual se apropian de la cantidad que retienen en concepto de IVA, evadiendo así la obligación legal de enterarlas al fisco nacional.

Excluimos de esa práctica a las grandes cadenas comerciales -diríamos- de todo tipo, pues en ellas hemos podido confirmar que, en general, acatan tales obligaciones impositivas de manera normal. En el resto de los establecimientos (pequeños, medianos y algunos cuantos de cierta importancia), se ha generalizado la práctica de no emitir las facturas y cuando se las reclama, de inmediato la expiden y en algunas ocasiones sucede que se excusan de emitirlas, alegando, por ejemplo, que la caja registradora está dañada o cualquiera otra que se les ocurra para no entregarlas, con lo cual logran, las más de las veces, que los clientes se retiren sin protestar y dejan para beneficio del negocio el montante del IVA y eso, por supuesto, significa al día una suma gigantesca que se le está robando a la República.

Es asombroso cómo ha proliferado esa habilidad de los comerciantes minoristas para apropiarse de ese 12% del IVA y lo que más irrita, es que, con el aumento creciente del uso de la tarjeta de débito para cancelar, esa estafa se les ha hecho mucho más fácil hacerla, dado que el sistema de pago en línea con la banca, emite un comprobante que, por lo general, el cliente lo recibe como si se tratara de la factura, convirtiéndose así, sin querer, queriendo, en cómplice de la estafa. Por supuesto, el marchante o cualquiera de sus empleados, se hacen de la vista gorda y sólo atinan a reaccionar para acatar la ley, si a alguno de los compradores se le ocurre reclamar la correspondiente factura.

No hace falta la denuncia específica sobre este delito. Son incontables los comercios de todo tipo que lo cometen (abastos, ferreterías, panaderías, restaurantes, librerías, licorerías, floristerías, etcétera, etcétera) y no creemos equivocarnos si aseguramos que no existe ciudadano o ciudadana en este país que no viva esa inmoralidad todos los días...

El Seniat lo que le corresponde hacer para minimizar este grave delito, es retomar la campaña de concientización que mantuvo hace años, la que, entendemos, fue exitosa, así como recurrir a las tareas de "inteligencia" y a las inspecciones sorpresivas, por supuesto, con la debida regularidad, de manera de detectar en flagrancia el modus operandi de esta inmensa estafa que se le está haciendo al país, todo ello, sine qua non, bajo exigentes y rigurosas medidas de control y supervisión, para evitar que fiscales inescrupulosos opten por el chantaje y sacar provecho de ello.



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Iván Oliver Rugeles


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