En las mentes disociadas de quienes adversan el proceso revolucionario que hoy vive Venezuela, existe la convicción que el desarrollo tecnológico está reñido con la Revolución. Y esta premisa no nace de la nada, esto ha sido inculcado durante años por las fuerzas oscuras del capitalismo imperialista que hoy, lamentablemente, domina el planeta. Desde Hollywood, por ejemplo, se encargan de grabarle en el disco duro a todos los niños y adolescentes del mundo, que los policías rusos, latinoamericanos o africanos son torpes y no saben usar ni siquiera un celular, mientras que le dejan bien claro al subconsciente que los policías “made in USA” son unos vergatarios que difícilmente son burlados o superados por los ineptos (barrigones, con un muy mal aspecto y generalmente dormidos sobre el escritorio) policías tercermundistas.

El relato anterior se repite similarmente en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, de manera que en las mentes de los precitados opositores del proceso revolucionario venezolano, la única verdad verdadera es que en la Revolución no puede haber avance tecnológico.

En los países mal llamados desarrollados, el avance tecnológico está auspiciado por la industria militar. Es aquí donde nacen los primeros inventos o innovaciones, que, luego de madurarse para su uso en la guerra, o sencillamente una vez que se determina su inutilidad en éstas, son sacados al mercado común y ofrecidos como productos de consumo masivo. Esa industria invierte, diariamente, 2200 millones de dólares, es decir, 5 billones de bolívares aproximadamente, cantidad suficiente para dotar de un computador personal a toda la población venezolana en el término de un mes.

La orientación del presupuesto capitalista en Ciencia y Tecnología es, entonces, básicamente guerrerista. De allí se derivan todas las investigaciones en el área de las Tecnologías de Información, la Biotecnología, la Nanotecnología, entre otras.

Quise tocar en este artículo lo relativo a las Tecnologías de Información, porque pienso, sin temor a equivocarme, que estas representan la primera tecnología que debe estar al alcance de TODO el pueblo venezolano. Cuando digo pueblo, me refiero al campesino trujillano, a la ama de casa del Country Club Caraqueño, al estudiante universitario, de las públicas y de las privadas, pero sobre todas las cosas, me refiero a los niños, niñas y adolescentes de cualquier color, de cualquier credo y de cualquier clase social. Es allí, precisamente, donde está la garantía del desarrollo tecnológico de la nación.

Debemos incorporar en edad temprana a nuestros niños al uso de las Tecnologías de Información y Comunicación, pues es ésta la puerta de entrada al mundo de los avances tecnológicos. No podemos hablar aún de Gobierno Electrónico cuando solo un escaso 6% de la población en el mejor de los casos, tiene acceso a Internet. Estaríamos hablando que sólo la clase media alta puede acceder a estos maravillosos servicios. Estaríamos, por ende, perpetuando el modelo capitalista y elitesco donde solo las clases pudientes tienen acceso al mundo tecnológico.

El artículo 108 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela garantiza servicios de redes de bibliotecas y de informática. De igual modo, el mismo artículo obliga a los centros educativos a incorporar el conocimiento y aplicación de las nuevas tecnologías y de sus innovaciones.

Varios ministerios han desarrollado planes pilotos de masificación del uso de las tecnologías de Información y Comunicación, tal es el caso de los Infocentros, Infocentros II del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Centros Bolivarianos de Informática y Telemática (CBIT) del Ministerio de Educación, entre otros.

Pero no debe perderse de vista, todas las ramas que deben acompañar este intento de masificación. Debe existir un plan maestro de adiestramiento de profesores y maestros, un plan de generación de contenido nacional, una cobertura TOTAL del territorio nacional y, sobre todo, debe garantizarse la sustentabilidad en el tiempo de los planes y proyectos establecidos.

Estos dos últimos puntos, la cobertura nacional y la sustentabilidad, representan los aspectos más importantes a analizar, y los cuales de una u otra forma pueden ser atacados conjuntamente. En primer lugar, la cobertura nacional simplemente garantizará que la escuela rural más apartada de los centros altamente poblados, tendrá acceso a las tecnologías. El ministerio de Ciencia y Tecnología está probando Wi-Fi como medio de acceso. Sin embargo, existen áreas geográficas difíciles de acceder con dicha tecnología, básicamente por lo apartadas que se encuentran.

Confieso desconocer los detalles de quién brinda el servicio de Wi-Fi, si es una empresa privada, si es una plataforma propia del Ministerio y por ende sus costos. Pero, en todo caso, lo que se necesita es sumar los esfuerzos de todos los entes del Estado para lograr la masificación.

En este orden de ideas, en el mes de febrero de 2005, presenté en la Universidad Rafael Belloso Chacín, un Proyecto de Ley para el Aprovechamiento de la Infraestructura Telemática Estatal en el Desarrollo Educativo Nacional, como trabajo para optar al título de Magíster Scientiarum en Telemática. Dicho Proyecto contempla la utilización de la Plataforma Tecnológica propiedad del Estado, específicamente aquella en poder de PDVSA, PEQUIVEN, CVG, entre otras, para llevar acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación a las escuelas de los ciclos básico, medio y diversificado.

Este Proyecto no sería la solución total al problema del bajo uso de Internet en el país, pero entraría a formar parte de la batería de ideas aportadas para la consecución de la masificación del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación. No podemos olvidar que es necesario dotar casi todas nuestras escuelas, no solo de computadoras, sino de edificaciones de calidad, confortables y seguras para la enseñanza de los niños, niñas y adolescentes.

Una vez que se halla logrado incrementar el número de usuarios de las Tecnologías de Información y Comunicación, podremos hablar de Gobierno Electrónico, podremos hablar de biotecnología, de nanotecnología, de innovación popular, de innovación tecnológica, de vanguardia tecnológica, de revolución tecnológica.

Lo importante es saber que tenemos la gente necesaria para cambiar la realidad de hoy, gente comprometida con la nación, gente comprometida con nuestro proceso de cambios, pero básicamente, comprometida con los niños. Es importante decir, decretar, tal como lo dijo Ernesto “Che” Guevara, “La calidad no puede estar reñida con la Revolución”. Nosotros podemos implantar y llevar a cabo proyectos de máxima calidad, podemos estar a la vanguardia tecnológica dado que tenemos recursos suficientes para desarrollar todas aquellas iniciativas tendientes a incrementar el uso de las Tecnologías de Información en el futuro de nuestro país: Los niños, niñas y adolescentes de hoy.

miguel_chirinos2000@yahoo.com