Durante años, Kimberly-Clark, la empresa papelera más grande del mundo, con ventas de hasta 18 mil millones de dólares, no han hecho ningún esfuerzo para crear conciencia del medio ambiente en las personas, ni han generado ningún producto con características ecológicas, hasta este año.
Luego de una campaña de críticas encabezada por Greenpeace, la multinacional de productos de hogar anunció que fabricará sus pañuelos de papel con un 40% de celulosa procedente de materiales reciclados o bosques sostenibles certificados por el Consejo de Administración Forestal (Forest Stewardship Council-FSC) a partir de 2011, certificada con el sello FSC.
Este cambio de política de comercialización que introduce nuevas marcas de “productos ecológicos” fue denunciado como una forma de crear productos con precios más elevados, pues solo se modificó una parte del uso de materias primas para un solo producto y se registraron aumentos de precios en todas las líneas de papel sanitario de la empresa Kimberley.
En algunos casos se denunciaron falta de papel tradicional y una saturación de productos perfumados, ecológicos, con diseños o con supuestas mejoras en la calidad del papel que incrementan los precios de forma artificial.
La multinacional del papel ha sido además responsable por décadas de la tala de bosques antiguos de Canadá de forma totalmente insostenible para fabricar sus productos de usar y tirar.
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