"Éramos felices y no lo sabíamos"

El título de este ensayo es uno de los lemas más pronunciados por sectores de la oposición venezolana, que se encuentran en un estado de frustración por el permanente fracaso de la estrategia cortoplacista establecida por sus “líderes” desde diciembre del año 2001: primero la de “Chávez vete ya” y ahora la de “Maduro vete ya”.

Ese lema lo han difundido tanto que ha calado entre los jóvenes guarimberos que escriben en sus grafitis lo siguiente: “Me contaron que éramos felices pero no lo sabíamos”.

Lo que estos jóvenes no saben por falta de lectura, por flojera mental o porque les interesa un bledo el pasado reciente, es que lo ocurrido en los cuarenta años del “puntofijismo” no tiene nada que ver con la felicidad, al menos para la mayoría del pueblo venezolano.

Rómulo Betancourt (1959-1964)

El 7 de diciembre de 1958 Rómulo Betancourt ganó la Presidencia de la República con un 49,18% de los sufragios emitidos.

En su discurso a la nación como Presidente electo de la República ante el Consejo Supremo Electoral, Betancourt dijo:

Conciudadanos: Esta es una hora de profunda emoción para mí, porque sé que estoy asumiendo responsabilidades ante mi país y ante la historia. Hora de emoción, porque un sector del pueblo venezolano, me dispensó el honor de elegirme su Presidente, en libres comicios inobjetables. Y emoción de saber cuán grave es mi responsabilidad. Por propia conciencia de mis limitaciones, por sentido de responsabilidad con la República, por lealtad a los actos y compromisos solemnes adquiridos por Venezuela, este gobierno no será exclusivista y sectario. Será un gobierno de amplia base de unidad venezolana. (Subrayado nuestro)

Pero sus prácticas dirán todo lo contrario. Como dijo Orlando Araujo en su ensayo Venezuela violenta:

 Este personaje puede enorgullecerse de haber sido el primer presidente de Venezuela que concluyó su período con un saldo de 300 muertos políticos (no se cuentan los saldos de acciones armadas: Barcelona, Carúpano y Puerto Cabello) por acción represiva, más de diez periódicos clausurados; un balance de diez mil presos políticos durante los cinco años y dieciocho parlamentarios inconstitucionalmente detenidos y secuestrados.

Y remata el escritor Araujo diciendo que así como a López Contreras los llamaron el “quinquenio socarrón” al de Betancourt se podría denominar el “quinquenio violento”

Su ira con los comunistas y su espíritu represivo lo demostró el 4 de agosto de 1959, cuando un grupo de trabajadores en conjunto con numerosos desempleados se concentraron en la Plaza La Concordia, en Caracas, para protestar contra las medidas impopulares implementadas por su gobierno, entre ellas, la eliminación del “Plan de Emergencia” aplicado por Wolfang Larrazábal y la reducción de un 10 por ciento del salario de los trabajadores.

El resultado de estos acontecimientos fueron 3 muertos, 70 heridos y el envío a El Dorado de una considerable cantidad de manifestantes,

Según el libro La masacre del Liceo Sanz. Relatos de la familia Millán Marcano y otros testimonios, el 4 de mayo de 1962 se registró en ese liceo llamado Miguel José Sanz, ese lamentable hecho, ejecutado por las Bandas armadas de Acción Democrática en complicidad con la dirigencia copeyana, lo cual dejó un saldo de 2 estudiantes asesinados (los militantes comunistas Alberto César Millán y José Rafael Guerra), varios profesores y alumnos heridos, y un grupo de detenidos.

Recordemos que con este gobierno se lanzó la famosa política de “Las calles son para las fuerzas del orden público” y “hay que disparar primero y averiguar después”.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Raúl Leoni 1964-1969

Es el segundo gobierno de Acción democrática que gana con apenas el 32% de los votos.

En su discurso inaugural, el 11 de marzo de 1964, ofreció un gobierno de entendimiento nacional, de amplitud democrática y de equilibrio político.

Sin embargo, con este gobierno se inicia muchos antes que en países del “Cono Sur”, la figura del desaparecido político.

El caso más emblemático lo constituyó el asesinato del dirigente del Partido Comunista, Alberto Lovera, quien el 17 de octubre de 1965 fue detenido frente a la plaza de Las Tres Gracias por funcionarios de la DIGEPOL, y trasladado a las instalaciones de esa policía en "Los Chaguaramos". Luego lo torturan durante nueve días consecutivos hasta que lo asesinan. El 27 de octubre de 1965, apareció sumergido su cuerpo en las aguas aledañas a la playa de Lecherías, estado Anzoátegui. Tenía una cadena amarrada a su cuerpo de la cual pendía un peso para mantenerle sumergido, sin embargo, el cadáver se vino en las redes de un pescador oriental. El cadáver de Alberto Lovera tenía la cara y las manos destrozadas totalmente. El Periodista José Vicente narra este caso en su libro Expediente negro

El 20 de junio de 1966, fue capturado el periodista y luchador revolucionario Fabricio Ojeda en La Guaira por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA); dos días después y en muy extrañas circunstancias, apareció “suicidado” en su celda de prisión.

Nelson López, hombre clave en la construcción del túnel por donde dirigentes políticos llevaron a cabo la fuga, en febrero de 1967, del cuartel San Carlos, será, meses después, emboscado por la Dirección General de Policía (DIGEPOL) y asesinado el 1 de noviembre de 1967 en una vía de acceso a Prados del Este (Caracas).

El 1 de noviembre de 1961, exilados batisteros, apoyados por el gobierno, dispararon contra estudiantes universitarios que llevaban a cabo una manifestación de apoyo a la Revolución Cubana, dando muerte a Livia Gouverneur Camero, de 20 años, alumna de la Universidad Central de Venezuela.

Además fueron asesinados Antonio Aguilar (La Chera), Cornelio Alvarado (Nikita), Trino Barrios,  Nelson Alejandro Cabrera Córdoba, Hugo Daniel Castillo (Comandante Bejuma) e Iván Daza (Comandante Roque).

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Rafael Caldera 1969-1974.

La alternancia, uno de los “principios” establecidos en el pacto de las élites, el de Punto Fijo, se pone en ejecución. Es electo el socialcristiano Rafael Caldera con el 27% de los votos y con el lema de "El cambio va".

No había pasado un año de haberse juramentado como presidente cuando el profesor universitario Rafael Caldera en el marco de su política de “pacificación interna y externa”, evidenció que el cambio en materia de represión no iba. El 31 de octubre de 1969 allana la Universidad Central de Venezuela (UCV) con la denominada Operación Canguro, comandada por el General Homero Leal y cerca de 3 mil efectivos policiales y militares de las Fuerzas Armadas de Cooperación, la Infantería de Marina, el Cuerpo de Cazadores, la Policía Metropolitana, la Disip, la entonces Policía Técnica Judicial (PTJ) y Tránsito Terrestre.

La versión oficial del gobierno calificaba este allanamiento como una “toma preventiva” de los espacios del Jardín Botánico y el Gimnasio Cubierto, con el objetivo de capturar a supuestos francotiradores que se hallaban apostados en ese lugar. Días después el presidente Caldera justificaba ante los medios de comunicación el allanamiento, señalando que intentó por todos los medios evitar el uso de la fuerza policial del Estado para intervenir la universidad.

Simultáneamente a estos acontecimientos, un contingente del cuerpo de cazadores del Ejército había tomado los alrededores de la Facultad de Medicina e Ingeniería de la Universidad de los Andes y el rectorado de la Universidad del Zulia. Asimismo, en Maracay diversas unidades del Ejército y la policía reprimieron una manifestación de estudiantes que dejó un saldo de más de veinte heridos y setenta detenidos que fueron enviados posteriormente al retén de Puerto Cabello.

Aquí la “Autonomía Universitaria”, se encontró supeditada a la excusa de “pacificar la violencia".

 Además es asesinado el 6 de agosto de 1973 con apenas 27 años de edad Noel Rodríguez, así como otros combatientes por la libertad y la democracia.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Carlos Andrés Pérez 1974-1979

En 1973, y bajo el lema “democracia con energía”, triunfó la candidatura de Carlos Andrés Pérez (AD). “Ese hombre sí camina, va de frente y da la cara”.

Muy pronto se vería en acción la “democracia con energía”

El dirigente político y estudiantil Jorge Rodríguez es asesinado el 25 de julio de 1976, después de haber sido salvajemente torturado. El gobierno dijo que había muerto de un infarto. En este caso las denuncias de José Vicente Rangel fueron determinantes para establecer la verdad.

 Hubo también otros asesinatos como el de Alberto Aguilar Cerrada (caso chatarra militar), Salazar Noriega Ledis, Francisco Trías Izquierdo (estudiante de cuarto año del Colegio Urbaneja Achelpohl), Álvaro Enrique Gómez Aponte, Felipe Santiago Silvera Solano, Hidelgard Romero, José Paulino Lobo Velasco y José del Valle Bermúdez Guzmán.

En una pensión de Valencia fueron asesinadas simultáneamente 9 personas, alegando que tenían antecedentes y que se trataba de un enfrentamiento.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Luis Herrera Campins 1979-1984

Luis Herrera Campins, representante del Partido Socialcristiano COPEI, resultó electo como Presidente de la República para el periodo 1979-1984. Se puso en ejecútese la alternancia nuevamente.

Su gobierno estuvo marcado por una crisis económica larga y profunda. Sus frases más conocidas fueron  “¿Dónde están los reales?”, "recibía un país hipotecado" y “ayúdenme a llegar hasta donde yo no pueda”.

Su programa de gobierno se basó en la concepción de un Estado promotor que buscaba estimular a la pequeña empresa, evitando el estatismo; una política que deseaba apuntar hacia la liberación de la economía y disminución del gasto público.

En este gobierno se produce la Masacre de Cantaura, operación militar llevada a cabo el 4 de octubre de 1982 por los órganos de seguridad del Estado venezolano en la cual fue bombardeado un campamento del Frente Guerrillero "Américo Silva" del Partido Bandera Roja en las cercanías de la ciudad de Cantaura en el estado Anzoátegui,[] compuesto por cerca de 41 guerrilleros, de las que fallecieron 23, algunos de ellos que no perecieron luego fueron acribillados o rematados.

Antes de partir del gobierno y en pleno año electoral, el del 18 de febrero de 1983, ocurre el “viernes negro”, mediante el cual se instituyó un control de cambio diferencial, es decir que a partir de ese momento se dejaron de vender los dólares libremente a 4,30 bolívares por dólar, y se vendían a dos precios. Uno (4,30) para ciertos productos y servicios prioritarios y otro más alto, para todo el resto.

Esa devaluación lleva a la quiebra a centenares de pequeñas y medianas empresas y por consiguiente sube el número de desempleados.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Jaime Lusinchi 1984-1989



En 1984, Jaime Lusinchi se impuso con el 56,8% prometiendo gobernar con los mejores y con los lemas: “Pongamos al país en marcha”, “Dile sí a tu país” y “Jaime es como tú”.

Cuatro años después de la Masacre de Cantaura, este gobierno adeco representado por el Ministro de Relaciones Interiores, Octavio Lepage, y el jefe de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), Henry López Sisco, ejecutó, el 8 de mayo de 1986, la Masacre de Yumare, en la cual vilmente nueve dirigentes sociales fueron capturados y posteriormente asesinados.

La excusa de los asesinos fue que estas nueve personas “formaban parte de la guerrilla” y “los habían enfrentado”. Sin embargo, los estudios criminalísticos y las evidencias ayudaron a demostrar lo contrario, y dejaron ver que lo de Yumare fue un ajusticiamiento, una verdadera masacre contra dirigentes sociales.

No habían pasado dos años de esa masacre, cuando la “democracia representativa” de Lusinchi hizo presencia nuevamente con otra masacre, el 29 de octubre de 1988, en este caso en El Amparo, municipio Páez del estado Apure fronterizo con Colombia. Allí, fueron asesinados 14 pescadores por funcionarios policiales y militares del Comando Específico “José Antonio Páez” (Cejap), en una operación denominada “Anguila III”, que consistía en la lucha contra grupos subversivos colombianos.

Esta matanza fue coordinada por los jefes del Cejap el General Humberto Camejo Arias, el Coronel Enrique Vivas Quintero y el nefasto Jefe Nacional de Operaciones de la Disip Henry López Sisco. Los efectivos justificaron la acción alegando que los pescadores eran guerrilleros colombianos que estarían preparando acciones en el territorio venezolano. Pero, casi la totalidad de las víctimas eran venezolanos sin antecedentes judiciales.

El Presidente con mucho gusto por lo etílico y su compañera de camino impusieron además y abiertamente censura a los medios de comunicación.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Carlos Andrés Pérez 1989-1993

Llega al gobierno nuevamente Carlos Andrés Pérez con el 54.6 por ciento de los votos

Tras el anuncio de los ajustes macroeconómicos, conocidos popularmente como “paquete económico”, los días 27 y 28 de febrero de 1989 tuvo lugar en las ciudades más importantes del país un estallido masivo y sorpresivo en rechazo a las medidas.

En respuesta a estos hechos en la madrugada del 28 de febrero Pérez decidió ejecutar el Plan Ávila, el cual consistió en ordenar directamente a la Guardia Nacional y al Ejército acabar con cualquier revuelta, permitiéndoles el uso de armas de fuego; junto con esta medida también se estableció el toque de queda y la suspensión de las garantías constitucionales.

Esta medida tuvo un alto costo, las Fuerzas Armadas incurrieron en una represión excesiva que dejó según cifras oficiales 276 muertos y numerosos heridos, pero las organizaciones defensoras de los derechos humanos indicaron que el número oficial de víctimas llegó a los 3.000.

Los problemas no terminaron ahí. Unos años después, en 1992 se produjeron dos intentos de golpe de estado. El 4 de febrero, un grupo de oficiales, liderados por Hugo Chávez Frías intentó tomar el poder para cambiar el rumbo del país. Unos meses más tarde, el 27 y 28 de noviembre, se produjo un nuevo intento golpista, cuando otros oficiales, Gruber Odreman y Visconti también fracasaron, teniendo que huir hacia el Perú.

En el año 93 la presión política contra el gobierno siguió aumentando y Carlos Andrés Pérez fue progresivamente perdiendo el apoyo de su mismo partido, lo cual condujo a que en el segundo trimestre del año en curso, se le siguiera un juicio en contra por mal uso de la partida secreta, lo cual condujo a su destitución, unos meses antes que terminara su mandato presidencial. El historiador Ramón J. Velásquez fue nombrado presidente interino, hasta tanto se eligiera el próximo presidente.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Rafael Caldera 1994-1999

Caldera con su lema “Mi carta de intención  con el Pueblo” en contraste con “La carta de intención con el FMI” de CAP II, capitalizará el descontento existente en amplios sectores del país y, acompañado de una coalición de pequeños partidos denominada “El Chiripero”, obtuvo la Presidencia de la República por segunda vez, con un porcentaje de 30,46%.

Este segundo período gubernamental de Caldera estuvo marcado por la existencia de una difícil situación económica, profundizada por la crisis bancaria tras la quiebra del Banco Latino, para lo cual puso en ejecución planes económicos fracasados, como el Plan Sosa, el Corrales.

Rápidamente su promesa electoral de establecer un gobierno con prioridad en los temas sociales se dejó dormir el sueño de los justos, y su “Carta de Intención con el Pueblo” fue sustituida por la “Agenda Venezuela”, bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional. 

Sus resultados no se hicieron esperar. La inflación llegó al 102% y se eliminaron, sin consulta alguna a los involucrados las prestaciones sociales de los trabajadores.

Hay que recordar el caso del astrólogo José Bernardo Gómez que predijo que el Presidente Rafael Caldera desaparecería de la escena política alrededor de marzo de 1997 por una serie de coincidencias astrales, por lo cual la policía política lo metió preso.

Debe señalarse que, además,  se aceleró la crisis política del bipartidismo.

Pero “éramos felices y no lo sabíamos”.

Conclusión

Ahora, en la Revolución Bolivariana, por primera vez en la historia se reivindica a los pobres, a los desvalidos, a los que menos tienen, a los de abajo según Mariano Azuela y se levantan contra eso los egoístas, censitarios, discriminadores y racistas, que viviendo bien, con todo lo que quieren, no aceptan que la mayoría del pueblo pueda vivir feliz.

En los últimos 15 años se han mejorado las condiciones de la calidad de vida de los venezolanos, y ello por una política gubernamental comprometida con la satisfacción de las necesidades del trabajo y no del capital, y utilizando el ingreso petrolero en su inmensa mayoría en misiones sociales de salud, alimentación, educación,  cultura, protección social y vivienda.

Venezuela ocupa el segundo lugar entre los países más felices de Latinoamérica, según indica un estudio realizado por el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y publicado en el Reporte de felicidad Mundial el mes de abril de 2013.

Revela la investigación que a nivel de Latinoamérica, el país mejor posesionado es Costa Rica, que se ubica en el número 12 a nivel mundial, Venezuela (19), Brasil (25), Argentina (39) y Colombia (41). Los primeros lugares de 150 países lo ocupan Dinamarca, Finlandia y Noruega.

Según este estudio, las personas ricas son más felices que las pobres en promedio, pero la riqueza es sólo uno de los factores en la totalidad de la felicidad. Hay otros factores, que son también importantes, como la libertad personal, la ausencia de corrupción o el apoyo social.

Venezuela ocupó el quinto lugar entre los países más optimistas del mundo según un estudio realizado  en 2013 por la encuestadora norteamericana Gallup.

Ciertamente antes, en la época de la “democracia consensuada”, de la “democracia de élite”, la pactada en la casa Punto Fijo, el 31 de octubre de 1958, un grupo reducido de venezolanos, quizás un 20% de su población, se sentía feliz con el gobierno asesino de Betancourt, el de las desapariciones de Leoni, el violador de la autonomía universitaria (Caldera I), con el CAP del “Ta barato, dame dos”, con Luis Herrera que recibió una Venezuela hipotecada y la entregó al borde del abismo, de Lusinchi, el que firmó el “mejor financiamiento del mundo” y luego “la banca lo engañó”, seguramente en un estado etílico muy propio de su diario trajinar, o el CAP II con todo y su cleptomanía y de Caldera II en su “más de los mismo”, ambos, por cierto, trasmutados al neoliberalismo.

Pero esta minoría de venezolano no logra digerir que el bienestar para la mayoría de los venezolanos ha significado para ellos estabilidad, tranquilidad y sosiego social; su egoísmo de clase se lo impide. Ni siquiera son capaces de compartir con un ideólogo del liberalismo como John Rawls la tesis según la cual el Estado tiene que en primer lugar garantizar el goce y usufructo de las libertades individuales, como ha venido ocurriendo en Venezuela, pero debe también cumplir un importante papel en la redistribución de la riqueza, la protección de los más débiles y la creación de una situación de verdadera igualdad de oportunidades.

* Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, profesor titular, ex-director de la Escuela Internacionales de la UCV y ex embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

framongonzalez@gmail.com



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