Este martes se recuerda el primer año del paso del huracán Katrina en Nueva Orleans, que dejó al menos 1.800 víctimas mortales y $ 118 millardos en pérdidas. Venezuela fue el primer país que colaboró, a través de Citgo. PANORAMA entrevistó a la representante venezolana en la ciudad afectada.
De 400 venezolanos que residían en nueva orleans, entre 50 y 60 tuvieron grandes pérdidas por katrina. No murió ninguno.
“Recuerdo que cuando volvimos a Nueva Orleans, me encontré con una ciudad destrozada, que parecía un pueblo fantasma, donde entrábamos y no había sino gente caminando por donde mejor le convenía llegar al sitio donde iba”.
María Lourdes Madriz es cónsul de Venezuela desde el año 2002 en Nueva Orleans, la ciudad más importante del estado de Louisiana, en Estados Unidos. La caraqueña describió a PANORAMA la situación durante el paso del huracán Katrina por la urbe y los intentos de renacimiento en la actualidad.
“Por previsiones, una vez que se sabe lo del huracán, salimos de la ciudad, autorizados por el embajador y como medida de seguridad. Después, Nueva Orleans quedó cerrada. El 20 de septiembre fue la primera vez que pude volver, escoltados con el Departamento de Estado, para que pudiéramos ver cómo quedaron nuestras instalaciones.
Fuimos hacia el World Trade Center —homónimo del tristemente célebre escenario del 11 de septiembre de 2001—, donde están las oficinas del Consulado. Afortunadamente, no le sucedió nada, ya que estábamos en el piso 23”.
La sede consular abrió una oficina de emergencia en Lake Chapletton, una ciudad a tres horas de New Orleans. Allí se encargó de ubicar dónde estaban los venezolanos y qué daños habían sufrido.
Aproximadamente 1.800 personas fallecieron, en su mayoría gente de escasos recursos; 145.613 fueron desplazadas de sus hogares; las pérdidas económicas ascendieron a los 118 mil millones de dólares.
“De los compatriotas afectados, hubo desde los que tuvieron una pulgada de agua en su casa hasta los que lo perdieron todo. De unos 400 venezolanos que vivían en la zona del golfo, en Nueva Orleans, calculamos que unos 50 ó 60 tuvieron pérdidas grandes. No hubo víctimas mortales.
Cuatro o cinco personas perdieron completamente todo, entre estos dos funcionarios del consulado. Yo perdí todo lo que estaba en el primer piso de mi casa; la vicecónsul perdió más o menos el 40% de sus pertenencias en su casa, incluyendo el carro. Aquí sufrimos todos”.
Ayuda
El Gobierno del presidente Hugo Chávez, a través de Citgo, la filial de Petróleos de Venezuela, fue la primera nación que ayudó a las víctimas del paso del Katrina.
“Podemos decir que el primer país que hizo efectiva ayuda a las víctimas del huracán fue el Gobierno de Venezuela, inclusive antes que el Gobierno de Estados Unidos.
El huracán llegó en la madrugada del domingo 28 para el lunes 29 de agosto de 2005. El día miércoles, a través de Citgo, ya se estaba haciendo entrega de cheques de ayuda a uno de los refugios que se abrieron en Lake Chappleton. Una semana después del huracán logramos instalar la oficina con la ayuda de la alcaldía de la ciudad”.
La ayuda consistió en 2.000 dólares para las familias de tres o más miembros y de 1.000 dólares para parejas o personas.
Cuando ocurrió el desastre, el presidente George W. Bush estaba de vacaciones. “Él apareció tres días después del huracán, señalando que había cortado sus vacaciones en un día para atender la emergencia.
Lo que dijo fue que el pueblo tenía que tener paciencia porque el Congreso estaba de vacaciones y no comenzaba actividades sino hasta el próximo lunes —5 de septiembre de 2005—, ésto para aprobar los fondos de ayuda”.
Las primeras actividades de rescate que se dieron en Nueva Orleans fue por voluntarios, pues muchos quedaron aislados por las inundaciones.
“No hubo ninguna previsión desde que se mandó a evacuar la ciudad de forma obligatoria, no hubo medios de transporte para sacar a la gente en carros, no se tomó ningún tipo de previsión.
A última hora se dijo que el Superdome iba a ser un centro de refugio, pero no estaba dotado ni con agua, ni comida ni nada para la cantidad de gente que iba para allá”.
Sin medidas
Las mayores críticas, provenientes desde las mismas víctimas, recayeron sobre la Administración de Bush. Hubo negligencia, falta de previsión y reacción. Con una población afroamericana en su 75% afectada por la lenta ayuda, las acusaciones de racismo no se hicieron esperar.
“Los planes fallaron desde que hubo el alerta del huracán, ya que no se tomaron medidas ni de evacuación de la gente ni de tomar refugiados y tener la logística necesaria, como comidas, baños y agua.
Hubo gente que estuvo tres días debajo de un puente esperando qué se iba a hacer con ellos. Los refugios estaban súper llenos.
Los damnificados tuvieron que salir de las áreas inundadas en botes o caminando hasta los lugares secos. Allí estuvieron tres días, sin comida, ni agua, a la intemperie, esperando ser rescatados. Mientras tanto, aquéllos estaban de vacaciones”.
La primera reacción de las personas fue de un estado de shock. “Cuando pudieron empezar a entrar a Nueva Orleans fue para ver cómo estaban sus casas, qué habían perdido, que no habían perdido. Eso se produce como un luto.
Luego era resolver los problemas de sobrevivencia: dónde voy a vivir, cómo, dónde voy a trabajar...
Después fue la esperanza: bueno, ya el Gobierno nos va ayudar. Pero la ayuda nos está llegando muy lenta, ha sido muy burocrático lo de los seguros con la ayuda”.
El primer año
El martes se conmemora el primer año después del huracán. “Hay gente ya cansada, un año peleando con los seguros, buscando constructores para las casas... Ya la gente creo que se está moviendo es por inercia, en una ciudad que se ha ido recuperando muy, muy lentamente, donde no se han reestablecido todos los servicios.
Se habla que se ha reestablecido el 60% del servicio de agua, una de cada cinco escuelas públicas está abierta, con los hospitales públicos no han estado funcionando completamente.
La gente que va a los hospitales no tiene servicios médicos, sino que tiene que ir a Baton Rouge, la capital del estado, a una hora de acá.
La delincuencia es otro gran problema. Se ha incrementado en un 50%, en comparación con los datos estadísticos del 2005. Pero hay que considerar que la población es menor, así que el índice de inseguridad es mayor al 50%. Hay menos gente pero el índice es mayor”.
Madriz, representante diplomática venezolana en Nueva Orleans, reflexiona sobre el hoy de la ciudad y del país.
“Estados Unidos no es un país dorado. El huracán ha sacado a flote un gran nivel de corrupción, porque hay que dejar claro que los diques que se rompieron no fue por la lluvia, sino por falta de mantenimiento en más de 50 años. Fue una falla humana, no por error, sino por negligencia”.