El Kremlin ha calificado la posible entrega de misiles Tomahawk a Ucrania como una “nueva ronda seria de tensión” que demandaría una respuesta firme de Rusia. Mientras tanto, Estados Unidos ha reanudado el envío de inteligencia militar para ayudar a Ucrania a atacar instalaciones energéticas rusas.
Putin advierte a EE.UU. que el envío de misiles Tomahawk a Ucrania marcaría una “escalada cualitativamente nueva” en el conflicto. Aunque reconoce su potencia, asegura que Rusia podrá derribarlos. También recordó el tratado New START y subrayó la fortaleza del escudo nuclear ruso en caso de ataque. Además, cuestionó por qué incluir solo a China en futuros tratados de no proliferación, y no también a potencias como Francia o Reino Unido. En paralelo, crecen los debates sobre el rol del ejército alemán como posible fuerza militar líder en Europa. Putin fue tajante: “Nadie duda de que la respuesta de Rusia no tardará en llegar”.
