Contra el fraude oligarquico en Venezuela

Los pueblos deberían un día escribir un libro que cuente la historia del fraude
oligárquico en América Latina. En el caso argentino, el famoso “fraude
patriótico” de la Década Infame hizo escuela y se encuentra retratado en novelas y
películas, allí se conjugaban diferentes formas de trampa y extorsión a los votantes, desde
ir a votar con un arma en la cabeza hasta el voto comprado y el hacer votar a
los muertos.
En Venezuela, los mismos protagonistas del intento de fraude
actual, habían impuesto el conocido “acta mata voto”; fraguando las actas de las mesas
de votación mataban el resultado de los votos reales en las urnas de verdad.
En el reciente proceso de recolección de firmas para habilitar el Referéndum
Revocatorio contra el presidente Chávez, la oligarquía venezolana, sin renunciar
a sus clásicas argucias, ha sumado el componente virtual del fraude, producido
en el laboratorio de los medios de comunicación.
Los dirigentes de la oposición, reincidentemente golpistas y tradicionalmente
tramposos, planificaron los siguientes pasos: 1) Generar una matriz de opinión
mediática sobre una asistencia masiva de firmantes contra Chávez, en todos los
puntos del país y durante todas las jornadas, para lo cual obtuvieron las
imágenes necesarias y montaron el show. 2) Inventar firmas, más allá de las que
voluntariamente se iban a presentar, para que las planillas de rúbricas dijeran lo mismo que
las imágenes habían simulado o exagerado.

Lo que sucedió

Por indicaciones de los dirigentes opositores, el primer día fue a firmar la
mayoría los que deseaban hacerlo. Se vio mucha gente en las mesas
correspondientes a zonas de clase media y clase media alta y se fraguaron colas en las zonas más pobres. Los otros tres días se repartieron el resto de los firmantes. Las mesas
en general estuvieron vacías. Fueron a firmar quienes quisieron hacerlo, en paz
y hasta cómodamente, con escasa participación salvo en algunos reductos de las
clases altas donde todavía el segundo día se veían colas de autos lujosos al
lado de las filas de firmantes.

El fraude virtual
El fraude virtual era necesario para generar una matriz de opinión pública
favorable y como sostén de futuras presiones nacionales e internacionales al Consejo
Nacional Electoral (CNE). No obstante, periodistas y observadores latinoamericanos de
carne y hueso, que recorrieron los puestos de recolección de firmas, notaron
desde el primer día, pero mucho más a partir del segundo día, que se había
montado el show de las filas. Las mesas se veían vacías desde cierta distancia, pero
cuando los visitantes se aproximaban, se armaba automáticamente una fila de
supuestos firmantes, con gente que estaba en los alrededores descansando hasta que fuera
necesaria la actuación.
Es revelador el caso del periodista Ricardo Durán de Venezolana de Televisión,
que fue agredido por dejar testimoniado con sus cámaras este show premeditado.
El periodista increpó a un grupo de personas que estaban haciendo una fila en
la que, curiosamente, la gente estaba siempre en el mismo lugar, ninguno de los
que estaban allí firmaba, preguntándoles por qué seguían allí si ya habían
firmado.
Los opositores entraron en contradicción entre sí y quedó demostrado lo que se
denunciaba, que estaban sólo para aparentar una fila, para las cámaras de TV.
¿Para qué aparentar una fila si las firmas no se pueden aparentar?
CNN en Español también tuvo su parte. En su página web presentó una imagen que
mostraba gente humilde haciendo cola en un mercado popular, con un texto en el
que se decía que eran ciudadanos que esperaban su turno para firmar contra
Chávez.
En realidad era la gente había asistido masivamente al Megamercado organizado
por el gobierno en la Avenida Bolívar durante el fin de semana, allí donde se
presentó Chávez el día domingo haciendo las primeras declaraciones sobre el
fraude orquestado. Chávez fue ovacionado por el pueblo cuando fue a recorrer el
Megamercado.
Y sin embargo, quien haya visto la nota de CNN creyó que esa gente estaba ahí
para firmar contra él. CNN recortó la imagen original, pero se alcanza a ver
un soldado sacando mercaderías de un camión. En la página de Aporrea se puede
acceder a la foto en cuestión http://www.aporrea.org/dameverbo.php?docid=12142.
Luego de la denuncia de Aporrea CNN ofreció disculpas a Venezuela por el “error”
en la galería de fotos, instando a "no malinterpretar" su publicación. No sólo
hicieron el daño, sino que al verse descubiertos, todavía exigen que no se los
cuestione.

El fraude con las planillas
La insuficiente cantidad de firmas obtenidas el primer día, que fue el de mayor
concurrencia, influyó sobre el segundo componente del fraude, el que se iba a
concretar en el papel. Las trampas evidenciaron que estaban desesperados y que
se creen impunes. Pero los testigos del gobierno y observadores internacionales,
entre los que se encontraban los participantes del Congreso Bolivariano de los
Pueblos, han dejado por escrito su testimonio sobre las irregularidades
presenciadas.
Entre las maniobras detectadas se pudo testimoniar la existencia de cédulas
falsas, de firmantes muertos, de personas que firmaron dos, tres y hasta cuatro veces,
de firmantes no inscriptos en el registro electoral, de menores de edad y
extranjeros, trabajadores que fueron forzados a firmar por sus patronos.
Las planillas itinerantes -que debían emplearse sólo en casos de que el firmante
tuviera un grado de incapacidad para asistir a las mesas- fueron utilizadas de
manera no autorizada: recorrieron comercios y empresas en las que el dueño
obligaba a sus trabajadores a firmar, se introdujeron en clínicas para hacer firmar a
los enfermos bajo amenaza de dejarlos sin atención médica, llegando al extremo
de hacer firmar a pacientes psiquiátricos.
Los abusos realizados con las planillas itinerantes son el símbolo del
Mega-Fraude.
Advertimos que se han detectado actas donde figuran planillas de destino
incierto, ya que no han sido completadas, pero tampoco han sido consignadas como planillas en blanco ante el CNE.
Según las proyecciones realizadas sobre las denuncias, se calcula que debería
ser anulada más de la mitad de los 3 millones 600 mil firmas que dice tener la
oposición. Esto significa que sin el fraude la oposición no tiene la cantidad
de firmas necesarias para habilitar el Referéndum Revocatorio del Presidente
Chávez. Este intento de Mega-Fraude, tiene así una magnitud tal como para
considerarlo un tercer intento de golpe: un golpe electoral.
Entre todas estas maniobras, cada cual más miserable, hay una que a nuestro modo
de ver constituye la mayor violación a los principios democráticos. Esto es que
el patrón obligue a sus empleados a firmar por lo que él quiere. Esta es la
esencia oligárquica de su concepción del poder. El pobre hace lo que el rico manda. No
se han dado cuenta que esto se acabó en Venezuela. Y aunque hayan logrado, a
través de diversas maniobras, concretar la coacción y forzar a sus empleadas
domésticas o a los trabajadores de sus comercios y empresas, el Ministerio de
Trabajo y las fuerzas bolivarianas desarrollarán los mecanismos para garantizar
que las firmas no voluntarias sean anuladas.

La prueba de la extorsión
La existencia de unas credenciales, que no estaban autorizadas por el CNE, que
servían como constancia de haber firmado, son la prueba flagrante de una
extorsión o coacción para firmar. Dichas credenciales incluían nombre, firma, número de
planilla, renglón e incluso la huella digital del firmante. El hecho de que la
firma para solicitar el Referéndum Revocatorio constituya un acto público, y
no secreto como en el caso del voto, tiene sus ventajas para el proceso de
fiscalización popular que se avecina. Pero debió haberse complementado con una estricta
prohibición y vigilancia con respecto a las posibilidades de coacción. Porque de hecho la
implementación de estos certificados de firma impidió al trabajador y la
trabajadora cualquier recurso para evitar la extorsión. Dado que el empleador le solicitaba
una constancia de haber firmado para eludir el peligro de despido o la sanción
económica. Constancia que, en complicidad con el patrono, le proporcionaba el
opositor que estaba a cargo de la mesa, sólo cuando hubiera constatado que el
trabajador verdaderamente firmaba, registrando sus datos reales y su huella
digital.
Es necesario investigar y penalizar a quienes imprimieron y repartieron las
credenciales y revisar las mesas en donde se hayan entregado, para que puedan anularse las
planillas correspondientes.
El CNE, que no previó o no pudo evitar que se organizara esta trampa, deberá
ahora redoblar las investigaciones, porque es justamente este fraude el más
difícil de revertir. Ya que si se revisan una por una todas las firmas, se pueden
descartar las falsas y las duplicadas, las no autorizadas en planillas itinerantes, pero
una firma original realizada bajo amenaza es imposible de descubrir si el propio
trabajador no realiza la denuncia. Y para que el trabajador lo haga, deberán
dársele garantías sobre su propia seguridad, brindándosele confidencialidad en
la denuncia.


No volverán
La oligarquía venezolana nuevamente se burla del pueblo y de la democracia. La
democracia no es su objetivo sino que utiliza los mecanismos democráticos como
pretexto para conseguir sus fines.
El pueblo vio que las mesas estaban vacías, todo el que estuvo aquí lo vio. El
pueblo vio las maniobras y la desesperación de los dirigentes opositores. El
mundo vio que la oposición no pudo ni festejar el 1 de diciembre, cuando
convocaron a una frustrada marcha. Porque ellos saben que perdieron. Mientras tanto, el
mismo día, el presidente Chávez y el pueblo bolivariano anunciaban en una gran
concentración realizada en Miraflores que no iban a dejar pasar el fraude.
El pueblo no permitirá que le roben su nuevo y grandioso triunfo democrático.
Y ya lo demostró lanzándose a las calles para testimoniar su firmeza y su apoyo
al presidente Hugo Chávez, al celebrarse el 6 de diciembre los 5 años de
gobierno revolucionario.
El fraude no se ha consumado. La próxima batalla se dará en el Consejo Nacional
Electoral, en la revisión de las firmas. Es necesario apoyar y fortalecer al
CNE frente a las presiones que recibirá de las mafias fascistas y golpistas.
Las fuerzas progresistas y democráticas del mundo deben conocer y comunicar la
verdad sobre el Mega-Fraude en Venezuela. La verdad debe imponerse ante la
opinión pública mundial, que ya aprendió a desconfiar de los laboratorios mediáticos
de la mentira. La solidaridad internacional debe actuar firme junto al pueblo
de Venezuela, para sellar unidos un nuevo triunfo democrático en la patria de
Simón Bolívar.





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Mónica Saiz

Diplomática


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