14-10-25.-Rusia desplazó a Estados Unidos como el principal proveedor de nafta de Venezuela, un derivado del petróleo clave para diluir el crudo extrapesado del país suramericano. La reconfiguración del suministro ocurre en medio de las políticas comerciales de Washington, que han empujado a ambos países sancionados hacia una cooperación económica más estrecha.
De acuerdo con datos de Kpler, obtenidos por Bloomberg, los envíos de nafta desde Estados Unidos cayeron a cero entre marzo y octubre, mientras que los provenientes de Rusia superaron los siete millones de barriles en el mismo período. Ese volumen —equivalente a unos 49.000 barriles diarios en agosto y 69.000 en septiembre— representa la primera ola de entregas desde Moscú a Caracas en casi seis años.
La nafta es un insumo esencial para Venezuela, ya que permite diluir el crudo extrapesado de la Faja del Orinoco, de donde proviene más de la mitad de su producción actual —unos 1,1 millones de barriles diarios— y posibilita su transporte y exportación hacia mercados como China, uno de los principales destinos del petróleo venezolano.
Fin de la licencia
Venezuela comenzó a buscar nuevos proveedores tras la decisión del presidente Donald Trump de endurecer las sanciones petroleras a comienzos de este año, al revocar una licencia otorgada durante la administración de Joe Biden que permitía a empresas como Chevron operar en el país.
Esa revocación puso fin a los cerca de 18 meses en los que Estados Unidos fue prácticamente el único proveedor de nafta de Venezuela, un esquema que ofrecía a las refinerías estadounidenses una salida conveniente para su excedente de productos livianos. Las entregas llegaban a través de intermediarios y socios en proyectos conjuntos con la estatal Pdvsa.
Tras el fin de la licencia, Caracas solicitó ayuda a China para cubrir el déficit, sin resultados. En el pasado, recurrió a Irán, también bajo severas sanciones, pero la nafta rusa se impuso rápidamente como una alternativa de mejor calidad y posiblemente más barata que el condensado iraní.
“Las políticas de Washington son el pegamento aquí”, explicó Rory Johnston, investigador del mercado petrolero y fundador de Commodity Context. “Las sanciones obligan a estos productores a unirse”.
Sanciones y acercamiento político
Aunque Venezuela lleva casi dos décadas bajo sanciones estadounidenses, el gobierno de Trump acentuó las medidas contra Nicolás Maduro, a quien acusó de ser un “narcoterrorista”. Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura y ha lanzado operaciones contra embarcaciones frente a las costas venezolanas que, según las autoridades estadounidenses, transportaban sustancias ilícitas.
Bajo creciente presión, el gobierno de Maduro anunció este mes un acuerdo de asociación con Rusia para profundizar la cooperación en materia de energía y defensa, según un comunicado citado por Bloomberg. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha descrito la relación con Caracas como “estratégica”, aunque Moscú no emitió una declaración oficial sobre el pacto.
“Para Maduro, el acuerdo con Rusia aporta tanto ventaja económica como influencia política”, señaló Fernando Ferreira, director de riesgo geopolítico de Rapidan Energy Group. “Para Rusia, representa una presencia simbólica en el patio trasero de EE. UU., que refuerza la confianza de Maduro y molesta a Washington”.
Con información de Bloomberg