"Manuel Rosales somos todos". La propia barbarie

En Maracaibo se han visto algunas manifestaciones públicas de apoyo al alcalde Manuel Rosales y algunas pancartas dicen: “Te apoyamos Manuel”. “Estamos contigo Manuel”. Y la joya: “Manuel Rosales somos todos”. En verdad considero manido ese tema de la acusación que se le sigue al sujeto de marras y la solidaridad automática de los “fieles” seguidores del contrachavismo, o sea, oponerse por oponerse a todo lo que provenga del presidente simplemente por odio visceral. Eso ya es harto sabido. Pero lo que subyace y preocupa en el fondo psíquico de la cuestión es eso de que “M. Rosales somos todos”.

El Zulia fue el último Estado en independizarse del yugo español y siempre se ha caracterizado por una idiosincrasia al margen del comportamiento social del país. Cuando se hacen estudios de mercado para introducir algún producto comercial, el estudio que se hace en el Zulia debe ser diferente por sus matices díscolos, de lo contrario la mercancía no se venderá como quieren sus propietarios. Se habla mucho del regionalismo zuliano y que en esa región todo es diferente al resto de la nación. Eso nadie lo cambiará. Cuando en la pasada campaña electoral de alcaldes y gobernadores el señor presidente visitó el Zulia en varias oportunidades, cometió varios errores capitales insultando al hoy fugitivo Rosales y profiriendo amenazas que debió habérselas dejado a otros funcionarios. El primer mandatario debe guardar distancia en relación a situaciones puntuales que sus ministros o diputados de la AN deben resolver. Como resultado de esa pifia fuimos derrotados en las elecciones últimas, sumando a eso la enorme cantidad de millones de bolívares que corrieron por los barrios de esa región petrolera para comprar conciencias votando por el tándem Rosales-Pérez. Hay que cambiar la estrategia.

El pueblo zuliano no es, en su mayoría, muy afecto a la lectura, sobre todo en los estratos C, D y E. Eso si, todos los días leemos el diario Panorama y La Verdad, este último perteneciente a la ultraderecha que apoya a Rosales y sus secuaces sin ningún tipo de escrúpulos. También circulan dos asquerosos periodiquitos editados por esas dos rotativas antes mencionadas, como son Mi Diario y Hoy, respectivamente. Allí encontramos la propia escoria de un pseudoperiodismo mediocre, sucio, amarillista e involutivo. Pero leer un clásico de la literatura o una novela de Rómulo Gallegos o Uslar Pietri es realmente un hallazgo. Y ahora con la flojera de consultar casi todo por internet el asunto es aún más torcido.

En el Zulia la oposición a Chávez es absolutamente instintiva. Claro que existen razones psicológicas, sociales y políticas que no es el caso analizar ahora en profundidad pero la situación es grave. Decir que “Manuel Rosales somos todos” es como gritarle al chavismo que no importa el atraco que ese señor le haya hecho al erario público. Que no importa si se asoció con uno de los peores criminales del país, como lo es López Sisco. Que no importa si compra conciencias en tiempos electorales. Que no importa si conspira contra la nación facilitando la entrada de paramilitares colombianos que vienen a matar compatriotas por 30 monedas y a conspirar contra el gobierno legítimo. Que no importa un coño lo que ese sujeto haya hecho pues lo que sí importa es sacar a Chávez del poder cueste lo que cueste. La propia barbarie. ¿Y por qué quieren tumbar a Chávez? No tienen respuesta a eso. La elemental razón de no debatir las bondades y debilidades del gobierno bolivariano indica un alto grado de ignorancia, una conciencia social profundamente dormida en los laberintos del odio, la corrupción y el soñar con un gobierno adeco que nos ponga “donde haiga”. No hay un razonamiento medianamente objetivo.

Al menos los que somos afines al socialismo bolivariano NUNCA saldremos a pintar consignas como “Raúl Baduel somos todos”, “Rafael Giménez somos todos”, “Te apoyamos Juan Barreto”, etc. Nosotros al menos tenemos escrúpulos. Por el contrario, celebramos que todo aquél que haya sido un corrupto sea juzgado, así tenemos una manzana podrida menos.

La oposición tiene derecho a querer un capitalismo predador pero al menos tomen distancia de los políticos bandidos y reemplácelos por otr@s que continúen con la antorcha de sus predicamentos facistas. Hay que tener vergüenza. Que cada quien se defienda en los tribunales y que demuestre su inocencia. Eso es todo.

efraingran@gmail.com


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Efrain Jose Granadillo


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