14 de diciembre de 2025.- Camboya suspendió de forma inmediata todos los movimientos en los cruces terrestres con Tailandia, y dejó así a miles de personas varadas en ambos lados de la frontera, mientras continúan los combates armados que ya han causado 33 muertos y más de 200 heridos en una semana.

La medida, anunciada por el Ministerio de Interior camboyano, busca proteger a civiles y extranjeros de los riesgos vinculados a los intensos enfrentamientos militares en la zona fronteriza.

“Se ha decidido suspender por completo todos los movimientos de entrada y salida en todos los cruces fronterizos entre Camboya y Tailandia, con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”, señaló el comunicado oficial. La decisión se da en medio de una escalada que ha incluido el uso de aeronaves y cohetes a lo largo de los 820 kilómetros de frontera compartida.

Según las autoridades camboyanas, la medida responde a la necesidad de garantizar la seguridad de civiles, incluidos extranjeros que no han podido ingresar a Tailandia. Además, Camboya pidió a sus ciudadanos en Tailandia y a los tailandeses que esperaban regresar a su país que permanezcan donde están “hasta que se aplique plenamente el alto el fuego”.

Sin embargo, Bangkok ha rechazado reconocer un cese de hostilidades, pese a los esfuerzos de mediación impulsados por el presidente estadounidense Donald Trump y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). El ministro tailandés Anutin Charnvirakul afirmó este sábado en Facebook que Tailandia “continuará con sus acciones militares” hasta que no haya “más daños ni amenazas”, acusando a Camboya de violar los acuerdos al supuestamente sembrar nuevas minas antipersonas en la zona fronteriza.

“Debe quedar claro al mundo que Camboya cesará el fuego, que retirará sus fuerzas y que retirará todos los artefactos explosivos que se han colocado. Si esto se hace y se puede demostrar, Tailandia nunca ha pretendido quitarles nada. Pero primero deben detenerlo todo”, declaró Anutin ante la prensa.

Por su parte, el gobierno camboyano denunció que Tailandia ha expandido sus ataques hacia la provincia de Koh Kong, en el suroeste del país, provocando nuevas oleadas de desplazados. El Ministerio de Defensa de Camboya informó que, tras el anuncio de alto el fuego por parte de Trump, las fuerzas tailandesas han utilizado aviones de combate, atacado puentes y disparado contra poblados, destruyendo infraestructura civil.

La tensión ha provocado el desplazamiento de más de 600.000 personas en provincias fronterizas de ambos países, algunas de las cuales operan bajo toques de queda nocturnos impuestos por los militares. Los balances oficiales indican que Tailandia registra siete civiles y 15 soldados muertos, mientras que Camboya reporta 11 civiles fallecidos y no ha informado bajas militares.

El conflicto tiene raíces históricas ligadas a disputas territoriales por zonas fronterizas cartografiadas por Francia en 1907, cuando Camboya formaba parte de la Indochina francesa. En julio de este año, ambos países ya vivieron enfrentamientos similares durante cinco días, con un saldo de medio centenar de muertos.

Ante la suspensión de los cruces terrestres, Tailandia anunció la organización de vuelos de repatriación desde Siem Reap, con capacidad para 1.000 personas diarias, para facilitar el retorno de sus ciudadanos varados. “Estas acciones violan numerosas disposiciones del derecho internacional que, por nuestra parte, Tailandia respeta. Les aseguro que los camboyanos y otros ciudadanos extranjeros que viven en Tailandia recibirán asistencia de conformidad con el derecho internacional”, afirmó el portavoz adjunto de la Cancillería tailandesa, Maratee Nalita Andamo.