Hoy Como Ayer

Un Corrupto se conoce a leguas

Pienso que quienes del alto o bajo gobierno o de las cúpulas “históricas” y casi hereditarias de los partidos de los partidos de la Revolución, se molestan cuando les dicen que alguien (de la macolla) podría estar incurso en irregularidades y de inmediato piden pruebas ( casi documentos) sobre esa denuncia o remiten al denunciante a la Fiscalía…están agarrando el tenedor con mano equivocada.

Pongamos un ejemplo sencillo: en las gobernaciones, alcaldías, concejos municipales, consejos legislativos, todos nos conocemos desde que estábamos “chiquiticos”. Por ejemplo: ¿Quién no conoce en Sucre al Prof. Luis Acuña? Es posible que la mayoría de los habitantes de esta entidad no le conozcan; pero, hay un sector importante (importantísimo) que le conoce no sólo a él sino a toda su familia ¿Al Pelirrojo? a Peter Patiño?, a Antonio Esparragoza, a Melecio Millán…incluso a Ramón Yánez, etc. Aquí todo el mundo sabe si esta gente, hace 20 ó menos años eran ricos o pobres y si ahora quienes son ricos ¿Será muy difícil saber de dónde surgió su riqueza? Y aquellos que eran pobres pobres, luego de ser alcaldes, concejales, diputados regionales o nacionales o ejercer un cargo público nacional o regional…ostentan bienes, relaciones y costumbres muy lejanas de su origen social ¿Cómo costean esos lujos? …y, por favor, no me vayan a pedir pruebas ni mandarme a la Fiscalía. Es que me da la impresión, con relación con cuanto tiene que ver con el aparato burocrático, nadie cumple la Declaración Jurada de Bienes (la Ley) al entrar y salir de un cargo público y no hay ningún organismo para verificar si esa “declaración jurada” tiene que ver con la realidad.

Carlos Andrés Pérez repetía que “la riqueza ni la tos” pueden ocultarse. Este es un país donde la corrupción tiene raíces antiguas, por eso Simón Bolívar fue el primer venezolano, en lucha por la Independencia que dictó un Decreto contra la Corrupción: pena de muerte para quienes se apropiaran de bienes del Estado.

Eso de “tráigame las pruebas”, “denúncialo a la Fiscalía”…en el proceso revolucionario venezolano no es pertinente. Las autoridades superiores, de cualquier institución están en la obligación (por si ó por alguien designado por él), investigar las denuncias por pequeñas que sean en relación con este gravísimo y añejo problema de la corrupción.


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Ramón Yánez


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