Santos, la carta de Obama para el plan Colombia

A pesar de la alta popularidad de Uribe sobre el 70%, gracias a los medios de la familia Santos. La pugna con el poder judicial, básica estructura para acceder a su segunda reelección, el desgaste con el paramilitarismo, por los jefes extraditados a Estados Unidos, la crisis diplomática con Ecuador, la tenue relación con Venezuela, impulsada más al comercio que ha estrechas relaciones bilaterales, los últimos escándalos narco políticos, impulsados por las inteligencias israelí, británica y norteamericana, utilizando al tristemente celebre DAS, sin lugar a dudas es una jugada política para desgastarlo.

Uribe tiene ante si demasiados problemas: la falencia sobre los derechos humanos calificados desde el año pasado por los demócratas, genocidio practicado por el ejercito a los campesinos acusandolos de guerrilleros, vieja practica paramilitar atrasaron los créditos militares y afectaron la firma del ALCA, la presión militar para atacar la cúpula de las FARC en territorios de naciones vecinas, parece ser otro ardid político impulsado por Santos con el beneplácito de Washington, previniendo de antemano la respuesta de Ecuador y Venezuela. La administración Obama no se va a arriesgarse a un escándalo en Latinoamérica, apenas se esta mudando a la casa blanca, considerando la alta popularidad de Correa, Chávez y Lula. No va a unir a sus pueblos definitivamente, antes de que la canciller Clinton o el mismo Obama, definan su política con Sudamérica.

No, es una estrategia para que Uribe empiece a traspasar su alta popularidad al candidato oficial Santos, utilizando la misma infraestructura mediática de su familia al servicio de Uribe. Obama y el pentágono necesitan un perfil parecido al que utilizo Bush para el plan Colombia, pero que no sea el hombre de Bush, quien continue como gobernante, las fuertes criticas de Obama a la administracion Bush por la crisis financiera y politica amerita un cambio de timon para Colombia, y el ministro de defensa reúne esos requisitos: inmoral, narco guerrerista, asesino y con experiencia en la guerra sucia que practica el plan Colombia en el continente. Debe superar lo realizado por el plan Mérida en México, guerra en las ciudades fronterizas con EEUU que empiezan a desestabilizar esa nación para ocultar los verdaderos problemas sociales, agudizados por el pésimo gobierno de Calderón, en el mismo periodo que se lleva ejecutando el plan Mérida. El pretexto, la lucha contra el narcotráfico, ya llevan dos años con ese cuento. Inclusive la tibia denuncia del gobierno de Calderón, acusando al gobierno de EEUU de trasladar el conflicto a los eslabones primarios de la cadena del narcotráfico en vez de controlar la adicción a los consumidores estadounidenses, es solo para acallar la opinión pública de los mexicanos. Los norteamericanos quieren controlar toda la cadena, los carteles mexicanos están a cargo del trasporte del narcotráfico, quieren acapararlo todo. No quieren terminar con el consumo dentro de los EEUU, pues es un buen negocio.

Los últimos meces de la administración Bush, por la crisis económica y las elecciones en EEUU, el plan Colombia cayo en un compás de espera, esperando los 540 millones de dólares, que en realidad son más de 580 millones por la logística militar entregada con anticipación. Obama necesita “rejuvenecer” la dirección del plan Colombia, importante proyecto de la ultra derecha, contra peso político para la izquierda revolucionaria de Sudamérica.

Uribe ha cumplido con uno de los propósitos del plan Colombia, sostener la producción de coca y cocaína, en los rangos normales para alimentar la adicción norteamericana, por un valor más o menos de 200 mil millones de dólares anuales en la venta al detalle en las ciudades de EEUU. No pudo arrasar a las FARC. Tras la muerte de Raúl Reyes y tiro fijo, el rescate de Ingrid y los tres norteamericanos, los partidos colombianos se quedaron sin promesas de campaña. Ya no pueden ofrecer la toalla de Marulanda, ni la liberación de los políticos en manos de las FARC, por lo tanto, la administración Obama, y los servicios de inteligencia extranjeros que alquilan Colombia “sugieren” un nuevo candidato oficialista que no es un Santo en las practicas de la “seguridad democrática” habito, por asesinar sindicalistas, periodistas y lideres comunitarios, acusados de bandidos, una vez llegados a los EEUU el mote cambia por narcotraficantes o terroristas, en juicios cerrados, con penas a cumplir en celdas 60 metros bajo tierra. Y, con los derechos humanos, bien gracias.

Hoy que llego el nuevo incentivo para continuar con los asesinatos, en las zonas rurales de Colombia, y por terminarse el acto de magia de la computadora encontrada en el campamento de Reyes, encargada de la diplomacia el año pasado contra Ecuador, Nicaragua y la misma Venezuela, Obama necesita oxigenar el plan con Santos. En los próximos días en un acto castrense Santos dejara el puesto de ministro de la defensa, para entrenarse en los EEUU, sobre lo que tiene que hacer para librarse de posibles obstáculos, si quiere acceder a la presidencia. Con el apoyo gringo, militar, bancario e industrial en Colombia, esta hecho, ese apoyo en Colombia representa el 60% del triunfo, más si el polo, se la pasa de conferencia en conferencia, y no surge un candidato, que sin lugar a dudas, no puede ser el mismo que perdió con Uribe hace dos años.

Una vez en campaña, Santos seguirá hablando de paz, igual que Obama, para el desarme mental de los colombianos y latinos, pero sin lujar a dudas, no dejara de presionar hacia una meta belicista, considerada accesible con Ecuador. estrategia utilizada para unir a los colombianos en pos de una candidatura. Así, ganara terreno y pulsara la reacción en Latinoamérica. En Ecuador, el proposito es afectar la candidatura de Correa antes de las elecciones generales en donde el presidente es nuevamente candidato, doble propósito del nuevo plan Santos-Obama. Guerra sucia que empezó contra Correa el año pasado, usando los servicios de inteligencia militares y policiales al servicio de la CIA, montandole un caso de narcotrafico a uno de sus ministros, Gustavo Larrea, y relacionandolo con las FARC, diplomacia de la computadora encontrada en Angostura. En Ecuador se la juegan con una agresion, aumentan la popularidad de Correa o lo afectan.


¿Por qué Ecuador? Pais pequeño, no tiene grandes relaciones comerciales con Colombia, las relaciones estan rotas, exportaciones ecuatorianas, no superan actualmente los 250 millones de dolares, mal armado. Todo lo contrario de Venezuela. Asi, esta estratagema de agredir Ecuador beneficie politicamente a Correa, comercialmente y economicamente, las cosas seguiran igual, posteriormente, se impulsara el asercamiento con la hermana Colombia usando los buenos oficios de la OEA y listo, por eso la guerra sucia le apunta a Acuador.


rcpuma061@yahoo.com



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Raul Crespo


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