Este martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró su incumplimiento a las normas internacionales y la pérdida de la cordura diplomática al declarar un "bloqueo total" al petróleo de Venezuela.
Además de reclamar abiertamente la propiedad de los recursos soberanos de Venezuela.
En un discurso cargado de lenguaje belicista y acusaciones infundadas, Trump afirmó que:
La República Bolivariana de Venezuela está completamente rodeada por la «Armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica».
Asimismo, amenazó con una "conmoción como nunca antes la han visto" hasta que, según su reclamo, se le "devuelvan" a Estados Unidos recursos energéticos y territoriales venezolanos.
La proclama, que amalgama argumentos securitizados con abiertas reivindicaciones apropiación de bienes nacionales de un estado soberano.
Esta acción representa una peligrosa escalada en la política de agresión multidimensional que Washington mantiene contra la nación bolivariana.
Trump fundamenta su medida en la designación unilateral,rechazada por el derecho internacional, del gobierno legítimo de Venezuela como "organización terrorista extranjera".
Además de mantener una retórica sin fundamentos sobre narcotráfico y trata de personas.
Pretexto para el intervencionismo
Esta medida coercitiva extrema se produce en el contexto de otra decisión de la administración estadounidense:
La designación del cártel colombiano Clan del Golfo como "organización terrorista extranjera".
Mientras Washington instrumentaliza la lucha contra el narcotráfico para justificar sus acciones, expertos regionales señalan el claro doble rasero y el objetivo geopolítico real:
Crear un corredor de intervención en el Caribe y justificar acciones contra gobiernos soberanos que se resisten a su hegemonía.
El despliegue militar norteamericano en la región, disfrazado de operación antidrogas, es categóricamente rechazado por naciones latinoamericanas como Venezuela, Colombia, Cuba y Brasil, quienes lo ven como una violación flagrante de su soberanía y una provocación que desestabiliza la paz continental.
Una amenaza a la paz y al orden multilateral
Las declaraciones de Trump, que combinan una retórica propia del colonialismo del siglo XIX con la doctrina de la guerra permanente del siglo XXI, son interpretadas por analistas como un intento desesperado por reactivar una agenda de confrontación.
La orden de un "bloqueo total" a los petroleros y la reclamación abierta de activos y territorio venezolano constituyen un llamado a la piratería internacional y un ataque directo a la Carta de las Naciones Unidas.
La comunidad internacional observa con preocupación esta nueva y peligrosa escalada verbal y operativa, que pretende someter a un país independiente y soberano.