Decreto de guerra a muerte

17/12/2025. Donald Trump acaba de anunciar un bloqueo total contra Venezuela: una declaración de guerra y de expolio final de nuestras tierras, aguas, memoria, vidas y riquezas.

A golpe de medianoche, ha dictado un decreto de "guerra a muerte" que en nada se parece al dictado por nuestro Padre Libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco.

Decreta este "bastardo sin gloria" que Venezuela le pertenece; que nuestros recursos preciosísimos no son nuestros; que el maíz del que estamos hechos —según el sagrado libro de la creación, el Popol Vuh— nunca fue carne de nuestra carne. Pretende ignorar que Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam, junto a Cahá-Paluna, Chomihá, Tzununihá y Caquixahá, los primeros hombres y mujeres del maíz, nos fundaron y nos originan.

Promulga este "soldado Ryan" que las tres franjas —amarilla, azul y roja— del tricolor patrio son, en realidad, el rojo, blanco y azul de sus padres fundadores (que ni siquiera son suyos, lo sabemos). Que viene a arrancarnos la octava estrella incorporada por decreto de Bolívar el 20 de noviembre de 1817, para aleccionarnos y hacernos entender, de una vez y para siempre, que la Provincia de Guayana es suya, lo mismo que el Esequibo, por designios de su propia madre, Mary Anne MacLeod, venida en patera desde la isla de Lewis, en el norte de las Hébridas Exteriores de Escocia.

Sentencia este "lobo de Wall Street" que nuestros activos son suyos por derecho divino y natural, acto santificado por vendepatrias que no leyeron la Carta de Jamaica y, menos aún, las cartas de Bolívar a Manuela Sáenz: "Pienso en tus ojos, tu cabello, en el aroma de tu cuerpo y la tersura de tu piel y empaco inmediatamente... Veo tu etérea figura ante mis ojos".

No entendió la historia de este continente el "bastardo sin gloria". El Decreto de Guerra a Muerte de la Campaña Admirable de Bolívar anida despierto en la memoria del glorioso Ejército Patriota Bolivariano. No yace en una fosa común, como sí yacen los cuerpos torturados y sumergidos en el Valle de Cuelgamuros en España, en el Pozo de Vargas y Campo de Mayo en Argentina, o en el puerto de Pisagua en Chile.

Puedo seguir anudando quipus para narrar la épica triunfal de nuestros procesos verdaderamente libertarios. Khipus infinitos, como infinitas han sido, son y serán las luchas por la emancipación y la descolonización definitiva. Quipus que anidan en un único abrazo las historias que nos han traído hasta aquí, a esta batalla de nuevo tipo donde los algoritmos son balas que adormecen los sentidos, y donde los cuellos de los débiles se doblan como rodillas para rendir pleitesía a los más crueles y sanguinarios genocidas.

El bando nocturno del "soldado Ryan" es también un llamamiento a los desprevenidos. No vienen solo por Venezuela; vienen por todos y todas nosotros.

Lilia Ferrer-Morillo

Soldada del dignísimo ejército que Alexandre Pétion entregó a Bolívar.



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